Partió nuestra querida compañera feminista mejicana Chuy Tinoco, con quien compartimos nuestros sueños por construir autonomía en estos territorios de Abya Yala. A ella dedicamos estas reflexiones, porque en su compartir de vida, profundizamos sobre el sentido extenso de las implicaciones que tiene para las mujeres y los pueblos esa anhelada autonomía.
Y justo hoy en el planeta vemos cómo esa posibilidad de decisión está siendo disputada por diversos poderes. En Guatemala, desde el 2 de octubre de 2023 la población, encabezada por las autoridades de pueblos indígenas, dio muestras de una forma autónoma de organización comunitaria en donde entraron a jugar varios elementos discursivos en el marco de la defensa de la democracia como sistema político consensuado para este territorio.
Es importante recalcar que una fuerza social logró frenar un golpe de Estado que todavía sigue siendo impulsado por fuerzas que pretenden mantenerse en el poder enquistado en la institucionalidad estatal.
Haciendo vívido el poder de la ciudadanía activa, vimos un levantamiento que exigía la valoración de la voluntad popular, demostrando que la lucha cotidiana contra la corrupción y la vigencia de la institucionalidad estatal es parte de la auditoría social.
Esta democratización de la democracia nos reta a que cada quien en lo personal y como colectividades reconozcamos la realidad en que vivimos, que identifiquemos a las personas que de verdad nos representan y que tengamos un pensamiento crítico frente a lo que nos han vendido como única forma de pensar.
Acumular fuerza política a través de la organización territorial cuestiona el concepto que tenemos de autoridad porque nos confronta con el concepto tradicional que refiere únicamente a reconocer a la clase política refugiada en las instituciones partidarias como la forma de constituirse en autoridad, aunque no cuenten con respaldo social, legitimidad y, en la mayoría de los casos, ese investimento sirva únicamente para garantizar la satisfacción de sus intereses, lejanos de las necesidades de la población.
Eso sucede en muchas partes del planeta. No podemos abstraernos del genocidio que se está realizando contra el pueblo palestino frente a las cámaras del mundo. Las movilizaciones sociales que han logrado llevar al Estado de Israel frente a la Corte Penal Internacional para que cese al fuego y termine de una vez por todas la política de aniquilamiento que hoy implica más de 32 mil personas asesinadas y/o desaparecidas; de las cuales más de la mitad son mujeres, y más de diez mil son niñas y niños.
Hoy más que nunca, el derecho a decidir de los pueblos, por sobre los intereses del gran capital y de los Estados-nación, se hace más visible que nunca.
Aunque en Guatemala la Constitución Política de la República no reconozca las formas organizativas de los Pueblos, es importante que retomemos esta fuerza y energía en los procesos que se aproximan, como los relacionados con elección de cortes, la reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, que mantengamos vigente la exigencia de la renuncia de la Fiscal General Consuelo Porras.