Maya Alvarado / La Cuerda

Este domingo 6 de octubre se cumplen 43 años del secuestro y desaparición forzada de Marco Antonio Molina Theissen, niño nacido en noviembre, con 14 años fue arrebatado de los brazos de su madre por fuerzas represivas del Estado de Guatemala que actuaron con total impunidad, transgrediendo no sólo normas elementales de humanidad, sino los propios compromisos suscritos por el Estado, incluso desde antes del inicio de la guerra contrainsurgente.  

El ejército de Guatemala y las fuerzas paramilitares, con la asesoría militar de Estados Unidos, Israel y otros países, desarrollaron una estrategia de represión generalizada que a su paso arrasó con la vida de cientos y miles de seres humanos, mayoritariamente de pueblos originarios, y también arrasó con la tierra, el agua y el aire tras la destrucción dejada a su paso en comunidades que fueron borradas del mapa.

Foto tomada del sitio Viaje a la Verdad

El secuestro de Marco Antonio se ejecutó al día siguiente de que su hermana Emma lograra escapar luego de nueve días de cautiverio, torturas y continuas violaciones padecidas en las instalaciones de la base militar Manuel Lisandro Barillas en Quetzaltenango.  

La familia Molina Theissen y algunas de las organizaciones que hemos acompañado su andar, invitamos a participar en la campaña 10 Días por Emma y Marco Antonio iniciada el 27 de septiembre y que finalizará en la Plaza de las Niñas el domingo 6 de octubre a las 10 de la mañana. 

Esta campaña exige conocer el paradero no sólo de Marco Antonio, sino de cinco mil niñas y niños desaparecidos y 45 mil personas adultas. Todas víctimas de este crimen atroz contra la humanidad.

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La historia gráfica Viaje a la Verdad, publicada por el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional, nos acerca a la posibilidad de encuentro con la memoria, desde la búsqueda que las y los familiares de desaparecidos también reclaman como su verdad, como necesidad de cumplir su ciclo.

Recuperando la tradición originaria del Yaxché, árbol que mantiene unidos a los mundos, de la mano de Marco Antonio, Glenda, Chagüita y Chajul, recorremos el camino de la memoria no en una sola dirección, sino desde rutas que dan cuenta de la capacidad humana de buscar incansablemente nuestros sueños y seres arrebatados. Rutas que nunca comprenderán los esbirros responsables de estos actos de crueldad extrema. Ellos fueron sentenciados en 2018, y a pesar de las pruebas contundentes, continúan buscando burlar la justicia.

Viaje a la Verdad también relata los pasos que se han logrado en este recorrido cuesta arriba y viento en contra, que con serenidad y valentía han recorrido estas mujeres sembradoras de fuerza y esperanza. Ellas siguen sin detenerse hasta que se cumpla la justicia, hasta que nos digan dónde está Marco Antonio, toda la niñez y todas las personas desaparecidas. Nosotras vamos con ellas, con nuestras propias memorias y con el corazón en un mismo palpitar, ¡hasta encontrarles!