La alerta Isabel-Claudina fue puesta en marcha en agosto del 2018. En 2 años y 6 meses se han activado 4,473 alertas, dato que indica que ese mismo número de mujeres han sido reportadas desaparecidas. Si bien el Ministerio Público (MP) indica que el 84 por ciento ha sido desactivada, esto no significa que las mujeres hayan aparecido con vida ni que esté garantizada su integridad. 

Francelia Solano / laCuerda

La alerta Isabel-Claudina es un mecanismo de búsqueda inmediata de mujeres reportadas desaparecidas, que involucra a diversas instituciones del Estado. Del 01 al 22 de enero de 2021, se registraron 172 alertas Isabel-Claudina. De estas, 51 por ciento aún no han sido desactivadas. En una entrevista con Edda Roblero, analista y encargada de la Unidad de Análisis Criminal de la alerta Isabel-Claudina, quisimos obtener más información sobre los procedimientos y hallazgos encontrados tras más de dos años de trabajo en la búsqueda de mujeres. 

¿Cuál es el proceso cuando se activa una alerta Isabel-Claudina? 

Las denuncias se reciben a través del 1572 y los receptores inmediatamente la derivan a la Unidad de Mujeres Desaparecidas. Allí activan la alerta, elaboran el boletín y se envían los oficios a distintas instituciones como la Dirección General de Migración, el Ministerio de Relaciones Exteriores y la Policía Nacional Civil (PNC).

El personal de turno también la deriva a la fiscalía del departamento que corresponde para que inicien las investigaciones y la búsqueda. A partir de esa activación, ya con los fiscales designados, se inician las diligencias de las primeras seis horas (exhibiciones personales, allanamientos, arraigo y solicitud de realización de pruebas de ADN) que establece la ley.

¿Cuánto personal tiene la Unidad de Mujeres Desaparecidas? 

Tiene alrededor de siete personas que activan y desactivan las alertas y le dan seguimiento a nivel nacional. Luego cada fiscalía tiene a cargo la búsqueda e investigación.

El año pasado se registró por primera vez una alerta Isabel-Claudina de una mujer trans ¿Hay otro caso similar?¿Hay información de parte de la fiscalía para este tipo de denuncias? 

El único registro hasta el momento que tenemos de una mujer transgénero desaparecida fue justamente el del año pasado. La socialización se ha mermado por el asunto de la pandemia, pero se continúa la promoción de la activación de alerta Isabel-Claudina. 

¿Cuál es el rango de edad más elevado de desapariciones? 

Nosotros sacamos análisis en infografías de forma mensual y general, pero hay que recordar que la alerta Isabel-Claudina es para reportar mujeres desaparecidas que son mayores de edad.

¿Dónde y cuándo desaparecen más mujeres? 

En los lugares de mayor incidencia de desaparición de mujeres, el más alto es el departamento de Guatemala y el municipio de Guatemala. El que le sigue es Quetzaltenango, pero con una gran diferencia, y luego Escuintla. 

Los días más incidentes son viernes con un 16 por ciento de las alertas, y lunes y sábado con un respectivo 15 por ciento. Sin embargo, la fecha de desaparición no es la misma que la del reporte, algunas tardan uno o dos días en ser reportadas. 

En 2019, que es el primer año con datos completos, se registró octubre como el mes con más alertas (211 activaciones). En 2020 también fue octubre con 169, en este mismo año hubo un descenso en desapariciones o en activaciones debido a la pandemia.

¿Han encontrado un patrón en la desaparición de mujeres? 

Trabajamos patrones, pero en este caso no es un patrón criminal porque la desaparición de mujeres no es un delito en sí. Puede estar vinculada a un delito por supuesto, pero eso se encuentra en la investigación.  

Nosotros manejamos unas categorías y subcategorías. Estas las obtenemos a partir de las declaraciones que brindan las mujeres al ser localizadas. Es decir que los datos son de las circunstancias confirmadas de desaparición. 

La primera categoría, que representa el 46 por ciento, se refiere a “otras formas de violencia”, es decir a todas las circunstancias que llevan a una mujer, de forma voluntaria, a irse. Son causas muy fuertes relacionadas con la desigualdad y discriminación que sufren las mujeres.

Dentro de esta categoría encontramos mujeres migrantes, mujeres que deciden tomar independencia emocional, afectiva, económica o sentimental respecto al lugar donde viven. 

La segunda categoría es la que se refiere a razones personales, 21 por ciento de los casos. Son mujeres que no lograron avisar a tiempo, por alguna razón o no quisieron avisar de alguna actividad a la que salieron. También tiene que ver con que les robaron el celular o no tenían cómo comunicarse con su familia o su círculo cercano y activaron la alerta. 

Después están las desapariciones vinculadas a un delito, que es un 7 por ciento, estamos hablando de violencia contra la mujer, amenaza, trata, robo, delito sexual y por supuesto las mujeres que fueron localizadas sin vida. Se usa este término ya que no tipificamos delitos porque está iniciando la fase de investigación. 

La cuarta categoría son mujeres que desaparecen por alguna discapacidad, este es el 5 por ciento de los casos.  La última categoría está para cuando ellas prefieren no dar su razón de desaparición. Es un 20 por ciento de los casos.

Al momento de encontrarlas se desactiva la alerta, pero se inicia la investigación correspondiente.

¿Durante la pandemia cambiaron los patrones? 

No, de hecho, se han mantenido. Por ejemplo, este año hay una variación de un 2 por ciento entre razones personales y otras formas de violencia. Pero luego siempre se mantiene el porcentaje de otras formas de violencia.

Hay casos en los que las mujeres son víctimas de violencia y huyen de su abusador y es este quien pone la alerta ¿Qué se hace en estos casos? ¿Cómo una mujer puede desactivar su propia alerta? 

Si es un agresor quien activa la alerta nosotros como institución en ese momento no sabemos todo el contexto, así que nos corresponde activar la alerta y tomar la información necesaria. Pero si en la investigación se descubre ese tipo de violencia o ellas mismas se dan cuenta que tienen una alerta activada, pueden hacerlo público o tienen la opción de apersonarse a una fiscalía o estación de policía para desactivarla. 

La ley es muy clara para hablar de localización y resguardo. Si ella siente que corre riesgo, puede presentarse a una agencia del MP o de la PNC y se le provee información, se le toma la denuncia y se le dice que puede obtener medidas de seguridad. 

También, si ella no lo desea, no se publica el boletín de localización. Por supuesto tampoco se le notifica a la persona que activó la alerta, porque en ese momento ya sabe que ella está en riesgo. 

¿Han encontrado redes de trata de personas a raíz de estas alertas? 

Es un porcentaje muy bajo. Del 7 por ciento que representa la categoría de delito, este solo es el 1.5 por ciento del total de desapariciones. Las mujeres que no han sido encontradas podrían estar siendo víctimas del delito de trata, pero eso ya corresponde a la investigación. 

Tras la entrevista con Roblero, es irrefutable que la alerta Isabel-Claudina resulta fundamental para activar acciones inmediatas para la búsqueda y localización de las mujeres que han desaparecido. Este es un mecanismo relativamente nuevo, y sin duda, aún hay muchas cosas que podrían ser perfectibles; el desarrollo de la evaluación de las categorías y el registro de los datos, quizá sean algunos de los procesos que aún habrá que afinar. 

 

Ilustración: Diego Orellana