Maya Alvarado / La Cuerda

Imagen: @FNERRR_EDOMEX

El 6 de octubre del 2023, la franja de Gaza se convertía nuevamente en más de medio siglo, en escenario de muerte y destrucción indiscriminados contra la población palestina, principalmente mujeres y niñez. Desde ese día, Israel ha realizado constantes ataques militares, incluso contra hospitales y escuelas en lo que el mundo ya ha calificado como un genocidio, sin que esto suponga el fin de aquel infierno. Muy por el contrario, en semanas recientes, Israel ha extendido sus mortíferos ataques a Líbano y amenaza con extenderse aún más por tierras árabes. 

Todo este tiempo, y más allá del mismo, el pueblo palestino ha estado presente en nuestros corazones, pensamientos, diálogos, en nuestras letras, en el aprendizaje cotidiano del pensamiento complejo  ejercitado  en el álgebra; en la raíz de muchos conocimientos médicos vigentes; en las notas musicales del laúd, el rababe y el kemanya, algunos de los varios instrumentos de cuerda de la música árabe que nos conectan con la armonía de sus pueblos; en los cantos e historias que las mujeres palestinas transmiten al mundo: 

 

Soy una mujer árabe de color

 y nosotras venimos en todas las tonalidades

                                                         [de la ira. 

Así que déjame decirte que esta mujer que 

                                                      [hay dentro de mí 

sólo te traerá tu próxima rebelde. 

Ella tendrá una piedra en una mano y una 

                                                       [bandera palestina en la otra. 

Soy una mujer árabe de color… 

ten cuidado, ten cuidado, 

De mi ira.

Rafeef Ziadah, Poeta Palestina

 

Cada día una hora más cruel, 

la esgrima de corazones apenas palpitando, 

el pálpito de hojas en nuestros jardines secos, 

el calor en Gaza en Jericó manteniendo sueños que jamás tuvimos tiempo de recordar.

Nathalie Handal, poetisa haitiana de origen palestino y libanés

 

La fuerza y hermosura de la poesía palestina despierta y agita nuestras conciencias, cuyo clamor no ha sido suficiente para las élites mundiales, militares, políticas y económicas, sumidas en la indiferencia, la tibieza, la inacción y el balbuceo de discursos y declaraciones vacías, cuando no en su apoyo abierto y directo a Israel. 

Por eso hoy, rendimos tributo a todo lo que supone la cultura árabe, palestina o libanesa para el mundo. Honramos sus creaciones, que de alguna manera se entrelazan con nuestro ADN en este lado del mundo. 

Honramos también no sólo las más de 42 mil vidas sacrificadas en este año, sino todas las que han nutrido la resistencia palestina y libanesa a lo largo de más de medio siglo, desde que inició el asedio israelí a territorios palestinos y árabes, con el apoyo militar y político de occidente. 

También honramos las vidas de personas judías sacrificadas, que han actuado en conciencia, porque saben lo que ha supuesto para Palestina y otros territorios del mundo, incluida Guatemala, la ocupación del estado sionista de Israel y su apoyo a genocidios cometidos contra otros pueblos.

Si el mundo ha decidido mirar a otro lado mientras la tierra se parte en mil pedazos, nosotras, feministas que habitamos un espacio de tierra que también lucha y resiste, exigimos el fin de aquel infierno que hemos conocido y sentimos en nuestras entrañas. 

Elevamos la poesía palestina a modo de plegaria por nuestra propia fuerza, al ánimo de ese pueblo hermano, atravesado por el llanto, pero también por la luz de su historia, su música, y sus atardeceres cargados de olor a especies que nos recuerdan la intensidad y la extraña dulzura de la vida… 

En Guatemala se exige #AltoAlGenocidio, #PalestinaLibre. Foto: Maya Alvarado

Tenemos un único sueño: que el aire pase
como un amigo, difundiendo el olor del café árabe
por las colinas expuestas al verano y al forastero

Tenemos, nosotros, pueblo de noches antiguas, nuestros ritos
para ascender a la luna de la rima.
Creemos en nuestros sueños y mentimos a nuestros días
—no todos nos acompañan desde que llegaron los tártaros.
Pero ya se preparan para marcharse,
¡y se dejan detrás nuestros días! Dentro de poco bajaremos
a poblar nuestros campos. Haremos banderas
con sábanas blancas. Si hemos
de tener bandera, que sea así, limpia
de símbolos que la arruguen…

Mahmud Darwish, Poeta Palestino