La llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia de la República y de Clara Brugada a la Jefatura de la Ciudad de México es un hito histórico signado por la numerosa presencia de mujeres y feministas en puestos de decisión dentro del Estado, lo cual en sí es un signo de los tiempos que transcurren, cuando las mujeres dan muestras de sus avances y la sociedad las reconoce y apoya. 

El presidente saliente, López Obrador, habla de la revolución de las conciencias, y entre muchas personas con quienes hemos conversado estos días, se comparte la percepción de que en efecto la gente está analizando desde otras perspectivas, con acceso a información y con claridad para descartar las mentiras con que antes enajenaron al público deliberadamente. Hoy existe en México una cultura política que cuestiona, que se expresa directamente, que se une para defenderse. Una cultura encarnada en la gente que vio con buenos ojos votar por las mujeres. 

Es cierto que ambas funcionarias tienen amplias capacidades y experiencias acumuladas, pero sin duda no estarían allí sin los pasos que otras antes que ellas dieron para que las mujeres tuvieran acceso a los espacios políticos, durante muchos años exclusivos para los hombres. Más aún, el hecho que sus proyectos y programas se enfoquen hacia el bienestar popular, y que existan pruebas tangentes de la efectividad de su trabajo, es otra indicación no sólo de sus trayectorias y atributos personales, sino de la habilidad para manejar equipos y proyectos sociales de gran envergadura, cosa que requiere talento, lucidez, cabalidad. Las distintas luchas feministas que han trabajado por la vigencia de nuestros derechos son un antecedente innegable de este suceso histórico. 

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Como es previsible, no tienen el camino allanado, hay adversarios declarados y ocultos que se oponen a las transformaciones y que cuentan con recursos para sostener una agresión desgastante desde distintos frentes. Medios de comunicación, agrupaciones de oposición política y demás sectores inconformes con los programas de gobiernos, sacarán sus armas para atacarlas y obstaculizar su mandato. Tienen a su favor que cuentan con un apoyo popular masivo, más de 36 millones de personas que no sólo les dieron el voto, sino que se han beneficiado con las medidas implementadas por el gobierno, como las pensiones universales que están llegando a la población mayor de 65 años como un apoyo ante los incrementos al costo de la vida y las múltiples necesidades que han quedado insatisfechas desde tiempo atrás. Al respecto hay posiciones encontradas, por supuesto, y será necesario escuchar a las distintas voces feministas para formarnos un panorama complejo de lo que está sucediendo.

laCuerda está interesada en observar y analizar lo que pase en México, un país al que admiramos y amamos entrañablemente, de cuyas feministas hemos recibido colaboraciones fundamentales, así como del solidario pueblo mexicano. Un Estado democrático conducido por mujeres y feministas tiene altas posibilidades de concretar políticas públicas que beneficien a las mujeres, así como de abrir vías para fortalecer las relaciones con las mujeres de la región Mesoamericana. Para nosotras, como medio de comunicación feminista, es importante apuntar nuestras miradas en los procesos que estas nuevas autoridades han de conducir, para aprender de sus éxitos y fracasos. 

Para ello hemos conversado con feministas de distintas opiniones y territorios del vecino país que nos han dado sus pareceres. De esa cuenta, en los próximos días estaremos publicando una serie de artículos dedicados a reflexionar sobre lo que significa que una mujer de izquierda asuma la presidencia con un gabinete paritario y proyectos para mujeres por reforzar y llevar a cabo; y que la jefa de la ciudad más poblada de México esté dispuesta a construir centros públicos de cuidado, así como espacios para la recreación, el deporte y la cultura, entre otros proyectos, como las Utopías que hoy existen en la delegación Iztapalapa, construidas cuando Clara Brugada la tuvo bajo su cargo.

Daptnhe Cuevas Ortiz estará a cargo de la Secretaría de las Mujeres en el gobierno de la CDMX. A ella la conocemos desde hace muchos años a través de encuentros y otras actividades feministas que han reunido a compañeras de la región. Al preguntarle si éste será un gobierno feminista, contesta con certeza que sí, que todas las secretarías tendrán perspectiva feminista, y nombra a otras colegas del gabinete, como la encargada de la Secretaría de Trabajo, Inés González, y la artista y exdiputada Ana Francis Mor, que estará a cargo de la Secretaría de Cultura, quienes seguramente abonarán a construir nuevas condiciones para la ciudad y sus habitantes. 

Nos dice que las prioridades de este gobierno estarán enfocadas en la Justicia Social, en brindar servicios públicos de Cuidado, luchar por salarios igualitarios, disminuir las tasas de violencia contra las mujeres y los feminicidios. 

Al preguntarle sobre los retos que tienen por delante, destacó que aparte de la violencia sistémica, instaurada, de los poderes fácticos, a pesar de los altos índices de violencia contra las mujeres, también está el reto de reorganizar la vida cotidiana de los 9 millones de personas que habitan la Ciudad. De cara a resolver la escasez de agua que existe, se han planteado medidas específicas para garantizar el servicio, como el manejo de residuos, la siembra de agua, el cuidado del entorno, etc., para ello se ha creado una Secretaría del Agua diseñada para trabajar en coordinación con las demás instancias para hacer un manejo adecuado de la crisis.

Daptnhe confía en que Claudia y Clara podrán trabajar coordinadamente como lo han hecho antes y como es deseable que suceda con todas las mujeres involucradas en este proyecto. Es muy pronto para hacer juicios sobre sus mandatos. Hoy apenas se marca el inicio de una nueva era.