Por: Dante Barbeyto

 

La palabra “orden” no se puede aplicar cuando hablamos de la actual situación de Nicaragua. Este viernes 15 de marzo, a un mes de cumplir un año desde el inicio de la peor crisis del país, Nicaragua entera sigue a la espera de la liberación de los más de 200 presos políticos, que están siendo juzgados como “terroristas”, por haber participado en marchas antigubernamentales. En cambio, el régimen y su policía le dieron casa por cárcel a 50 de estos presos. 

Para este 16 de marzo, se programó la primera marcha ciudadana del año 2019 en contra del gobierno de Daniel Ortega. Dicha movilización ya fue denegada por la policía sandinista de Nicaragua. Desde hace meses se aprobó una ley que establece que cualquier protesta debe ser, primero, autorizada por la policía, privando la libre expresión y libre protesta. 

Pese a ello, la ciudadanía llevará a cabo la manifestación, demostrando que han perdido el miedo con tal de hacerse escuchar y exigir sus derechos. La marcha va, con o sin autorización. Entretanto, representantes gubernamentales y algunos entes de la alianza cívica (fundada inicialmente con el objetivo de presionar al gobierno a desistir de los múltiples asesinatos, secuestros y crímenes de lesa humanidad) sostienen un diálogo. 

Éste no ha sido bien visto por la población. Escenifican un espectáculo, previamente orquestado. El Movimiento Estudiantil 19 de abril no ha tomado parte, ya que se han negado a intercambiar ideas con el gobierno, mientras aún se encuentren/existan presos políticos. Cabe destacar que, en este diálogo, tampoco están presentes los dirigentes campesinos, representantes de la costa atlántica, ni las mujeres. 

La aprobación de los nuevos impuestos ha provocado el alza sobre la canasta básica, aún así el salario mínimo se mantiene como el más bajo, en relación a la región centroamericana. Es comprensible la frustración del pueblo nicaragüense. 

También el régimen del presidente Ortega y la vice presidenta, su esposa, Rosario Murillo, se ve desgastado; Murillo ya tiene sanciones de parte de Estados Unidos y la Unión Europea, por crímenes de lesa humanidad, siendo la vicepresidenta con más correctivos de toda la región. La situación nicaragüense es una bomba de tiempo a punto de estallar, cuyo resultado, al paso que vamos, sólo puede ser lamentable y desalentador. 

Alerta emitida por Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos

 

Fotografía de portada: Carlos Herrera