Adriana Gómez / Antropóloga

Explorar las alternativas de uso de productos desechables para el manejo del flujo menstrual nos abre la posibilidad de reconectarnos con nuestra ciclicidad. Somos cíclicas, vamos transitando de una fase a otra y, en determinado momento del mes, nuestro cuerpo cambia más evidentemente, advirtiéndonos de esta ciclicidad. La mayor parte del tiempo nos posee la corriente de la vida sin percatarnos de los cambios que experimentamos durante las distintas fases del ciclo menstrual, la sangre menstrual nos recuerda que somos naturaleza y estamos conectadas a los ciclos de la tierra que habitamos.

La época nos exige vivir el tiempo de forma lineal, y los productos fabricados por empresas farmacéuticas transnacionales para el manejo del flujo menstrual colaboran confeccionando toallas y tampones bajo la lógica de usar y desechar. La descartabilidad de estos productos ayudó a ocultar el cuerpo menstruante ante otros, y paulatinamente ante nosotras mismas, distanciándonos de nuestro cuerpo al minimizar el contacto que tenemos con él1. Esto provocó la disminución progresiva de la conexión con la ciclicidad de nuestro cuerpo.

La lógica de usar y desechar ha llevado al planeta al límite. Una persona menstruante con recursos, usa a lo largo de su vida aproximadamente 13 mil toallas o tampones desechables, equivalente a 2 mil 600 kilos de basura que no se degradan en cientos de años.2 Por si fuera poco, estos productos contienen químicos tóxicos que el cuerpo absorbe, alterando el equilibrio vaginal. No sólo absorben la sangre, sino también la humedad propia de la vagina, lo que aumenta la posibilidad de infecciones.

Repensarnos desde nuestros cuerpos es posible, como desde la tierra que habitamos y de la cual somos parte, y qué mejor que hacerlo utilizando métodos alternativos para el manejo del flujo menstrual, por ejemplo:

Copa Menstrual: Es un dispositivo flexible, regularmente de silicona médica, que se introduce en la vagina para recolectar la sangre menstrual. Sus diseños y texturas se adaptan a las necesidades entre cada cuerpo y vaginas. La talla se determina por diferentes factores, como estatura, si has tenido partos vaginales, si practicás deporte, entre otros. Puede durar de 5 a 10 años, dependiendo del cuidado y la marca. Por su material, la sangre no es contaminada y no produce malos olores. No absorbe, sólo contiene la sangre. El período de tiempo para utilizar y retirar la  copa  depende del flujo y el día del período, todas somos diferentes y vamos aprendiendo con la práctica. 

Aunque el precio de la copa es un poco alto, su impacto ecológico es mínimo y su tiempo de uso es largo. Además, para introducirla es necesario tocarte y conocer el canal vaginal, un proceso de autoconocimiento riquísimo.

Toallas de tela: Son compresas hechas principalmente de algodón para absorber el flujo menstrual. Las fibras de algodón permiten ventilación, lo que disminuye la posibilidad de olores desagradables, hongos e infecciones. También se pueden autofabricar, reutilizando telas de ropa vieja. Su precio es accesible y si las fabricás, no gastás. Son cómodas, lavables y reusables, sin insertar nada en la vagina. Pueden durar algunos años dependiendo del cuidado. Al lavarlas es necesario secarlas al sol, ya que esto ayuda a matar bacterias. Por otro lado, el algodón libre de químicos permite visibilizar las diferentes tonalidades de la sangre a lo largo de los días menstruantes, parte de la ciclicidad de nuestros cuerpos.

Esponjas marinas: Son tampones naturales cien por ciento biodegradables. Son reutilizables y se introducen en la vagina para absorber el flujo menstrual. Se pueden recortar para adaptarse a las necesidades de cada cuerpo. Son libres de químicos, por lo que no irritan la vagina. En seco son ásperas y rígidas, por lo que se deben mojar y escurrir el exceso de agua antes de insertarlas en la vagina. Al sumergirlas en agua se vuelven suaves y maleables. Las horas que la puedes tener adentro depende del flujo y el día del período, entre otros factores. Una vez la esponja está saturada, debes retirarla, lavarla, escurrirla e introducirla de nuevo. Este producto no es tan accesible, por lo que su precio es un poco alto. Al igual que la copa, para introducirla es necesario conocer el canal vaginal. Además puede usarse durante las relaciones sexuales.

Puedes conseguir estos productos en la Tiendita Roja3, East West Center Atitlán4 y Akasha Shop5. Algunos tienen la opción de enviar los productos a domicilio en toda Guatemala. Si investigás, seguro encontrarás opciones en línea que tengan la posibilidad de hacerte el envío. Debés tener cuidado de revisar los materiales, tallas y procedencias de los productos para tener una mejor experiencia.

Por último, es importante mencionar la opción de sangrar libremente, dejar fluir la sangre menstrual sin ningún tipo de barrera, ni temor de mancharnos. Si se practica como estrategia menstrual, consiste en el fluir de la sangre utilizando solamente los músculos del suelo pélvico. Para ello es necesario aprender a activar el suelo pélvico, por lo que debés tener disponibilidad de tiempo. Esto ayuda a tener  el control total de la menstruación y a escuchar  al cuerpo para saber el momento preciso de evacuar la sangre, reconocés y utilizas los músculos al máximo.

Todos los seres menstruantes somos únicos, el color, olor,  temperatura,  necesidades,  deseos y dolor, varían en cada uno. Escoger entre las diferentes alternativas es una decisión personal. Es óptimo tener la oportunidad de probarlas todas para elegir la que mejor se adapte a nuestras vidas y cuerpos.

Estas alternativas nos permiten recuperar el poder sobre nuestro propio cuerpo y la ciclicidad contenida en nosotras, desde el autocuidado y no desde el asco o el miedo. En mi experiencia personal, el ciclo menstrual pasó de ser algo que no tenía voz, a ser algo presente que me conecta con mi ciclicidad, que veo reflejada en los ciclos de la tierra que habito y cuido.

Experimentar la menstruación escuchando atentamente los tiempos, deseos y necesidades de nuestro cuerpo, mente y energías a través de nuestro ciclo, nos acerca más a nosotras mismas y a restablecer la relación que tenemos con nuestra sangre: la única sangre que sale del cuerpo humano sin necesidad de heridas o por enfermedad.

 

 

 

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  1. Ver Cosa de mujeres. Menstruación, género y poder de Eugenia Tarzibachi (2017).
  2. Ver http://www.vulvasapiens.net/?p=15584
  3. 5a calle 5-18 zona 1, Casa de Cervantes, Ciudad Guatemala.
  4. Atitlán, San Marcos La Laguna, Barrio 3.
  5. Antigua Guatemala, 7ma avenida Norte # 8.