Decenas de niñas y mujeres de Palín, Escuintla, han liderado un movimiento surgido de la  indignación por el asesinato de Jenifer Lobo, de 13 años, quien había desaparecido unos días antes. En contraste, las autoridades parecen indiferentes a las peticiones de justicia de la familia de Jenifer y la sociedad palineca que la ha acompañado.

Kimberly López / laCuerda

El 29 de abril la familia de Jenifer Lobo Chocojay y el resto de la población de Palín se conmocionó con una noticia devastadora. Después de 12 días sin noticias, el cuerpo de Jenifer apareció a la orilla de la carretera, con evidentes señales de violencia. Desde entonces, en el municipio, el temor y la indignación han generado distintas movilizaciones para exigir que un suceso similar no vuelva a ocurrir y que se encuentre a quienes cometieron el crimen.

La familia de Jenifer Lobo prefiere no emitir pronunciamiento alguno. En medio del luto les ha invadido el  temor. Es por eso que la Alcaldía Indígena y la Asociación de Mujeres Ixoq Taq Peeq, que significa “Mujeres Vamos Adelante”, han liderado marchas y plantones para que el caso no quede en la impunidad.

“Venimos hasta aquí para ser escuchados”, gritaba Alida Arana Vicente, lideresa de la alcaldía indígena de Palín, Escuintla, frente al edificio del Congreso de la República. Al igual que ella, decenas de madres, mujeres, niños y niñas se movilizaron esta semana, rumbo a la Ciudad de Guatemala, para exigir justicia.

“Este fue un caso que despertó mucha indignación, repudio y miedo. La indignación se transformó en fuerza para salir y manifestarse en las calles”, explica Vicente. Durante los últimos fines de semana, se han llevado a cabo actividades para recordar la memoria de Jenifer, una niña con afición por el fútbol, que salió a comprar pan en el Barrio San Antonio de aquel municipio y jamás volvió a casa.

Hasta el momento las organizaciones no han logrado un acercamiento con autoridades locales para establecer como prioridad el esclarecimiento de este caso.

La diputada del Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP), Vicenta Jerónimo, citó al gobernador de Escuintla, Luis Hernández Chen, junto con autoridades del Ministerio de Gobernación (Mingob) para discutir el suceso. Sin embargo, Hernández no se presentó y la citación no se realizó.

“Es preocupante que el gobernador no tenga interés en este tema, pero vamos a seguir citando a las autoridades para que comparezcan y tomen acciones contra la violencia en Palín”, dijo la diputada.

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El miedo tras la muerte de Jenifer

Desde la desaparición de Jenifer se respira una sensación de miedo constante, explica una de las madres que marchó esta semana. “Da miedo que los niños salgan aunque sea a la esquina, antes no sentíamos eso”, explica. Quienes asistieron a la ciudad capital a manifestar coinciden en señalar que en Palín ese tipo de crímenes en contra de niñez y adolescentes no son frecuentes. Sin embargo, en los últimos años ha aumentado la sensación de inseguridad.

“Palín es el municipio más pequeño, pero su ubicación es importante porque acá pasa todo lo que va para el puerto, para la frontera de El Salvador”, explica Arana Vicente. Las personas del lugar señalaron que por ello hay mayor presencia de grupos que se dedican al tráfico de drogas.

Según un informe publicado este año por el Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), Guatemala y Escuintla evidenciaron un incremento en las cifras de homicidios en los dos primeros meses de este año. Más allá de eso, ambos departamentos han encabezado las tasas de homicidios en los últimos años.

En las últimas semanas la Alcaldía Indígena y la Asociación de Mujeres Ixoq Taq Peeq han fomentado la idea de utilizar silbatos como una herramienta para pedir ayuda en caso de peligro.

El riesgo de las clases virtuales

El asesinato de Jenifer ocurrió en abril. Hasta el momento, las pesquisas del Ministerio Público (MP) señalan a dos presuntos responsables quienes supuestamente la contactaron a través de Facebook y la citaron en el parque de Palín. El contacto con personas extrañas es un riesgo difícil de prevenir cuando infantes y adolescentes utilizan las redes sociales.

“Vemos con muchísima preocupación los riesgos de las redes sociales porque no tienen límite. Ahora con las clases virtuales casi todos tienen conexión a internet y pueden tener contacto con desconocidos, creyendo que son personas de su edad”, explica Arana Vicente.

En Palín, el sistema de alerta por Covid-19 continúa en color naranja. Es decir, las escuelas permanecen parcialmente cerradas así que las clases se desarrollan a través de plataformas virtuales. El contacto con la tecnología, aunque es necesario, empieza a preocupar a las familias del lugar.

Ana Lucía Ramazzini, experta en temas de educación, explica que justamente por situaciones como esta es que se necesita acompañar, en lo inmediato, con un programa que provea a niñez, adolescencia y juventud de las herramientas fundamentales para desenvolverse tecnológicamente en el mundo virtual, de la forma más segura posible.

«La ciudadanía digital debe ser parte del aprendizaje, la pandemia y el confinamiento lo vino a enfatizar. Es por esto, también, que se insiste en implementar la Educación Integral en Sexualidad (EIS) en el sistema educativo», añade.

Uno de los temas clave que aborda la EIS es la violencia y la seguridad personal, así como el uso seguro de tecnologías de información y comunicación.

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Cuando hablamos del derecho a la educación integral en sexualidad, agrega, lo hacemos reiterando que esta desarrolla conocimientos, actitudes y habilidades. «Tiene que ver con aprender a comunicarse, a reconocer la violencia y el ciberacoso, a tomar decisiones, a denunciar, a saber distinguir la información confiable, los beneficios y riesgos del internet y redes sociales, entre otros.  Frente a lo que estamos viviendo, no podemos seguir pensando en la calidad educativa, sin tomar en cuenta la educación integral en sexualidad, que es un derecho humano», puntualiza.

Las jornadas de denuncia continuarán en Palín, mientras la familia espera pronta justicia por lo ocurrido.