La tarde de este martes, Armando Filiberto Vaidez fue condenado a 27 años de prisión y 8 meses inconmutables, por haber violado a una estudiante de 12 años, en una escuela pública de Alta Verapaz. La sentencia, en uno de los departamentos con mayor cantidad de denuncias por violencia contra la mujer, es una resolución emblemática que plasma un precedente para las niñas de la región e invita a denunciar todo tipo de violencia.

Kimberly López / laCuerda

Liliann Vásquez, abogada del Bufete Jurídico de Derechos Humanos con Enfoque Feminista (BJFEM), dijo esta mañana que si «el profe» saliera sentenciado por el Tribunal de Sentencia de Delitos de Femicidio y otras Formas de Violencia Contra la Mujer en Cobán, Alta Verapaz, de sentaría un precedente importante para todas las niñas.

Vásquez se referiría a Armando Filiberto Vaidez, un maestro de Cobán que en 2020 fue acusado por una de sus alumnas de haber abusado sexualmente de ella. Esta fue una de las denuncias que salieron a luz en 2018, cuando 22 niñas de Alta Verapaz aseguraron haber sido víctimas de abuso sexual de parte de profesores del sistema de educación pública. Desde ese momento el Bufete se presentó para dar acompañamiento a las niñas y sus familias.

«Estoy nerviosa», reconoció la abogada minutos antes de la audiencia en la que un tribunal debía determinar si Vaidez debía cumplir condena por los actos denunciados.

Fotografía: CECI

El caso comenzó su rumbo desde el 2020, cuando el profesor fue acusado formalmente. “Todo este esfuerzo es el de un equipo que ha luchado por el acceso a la justicia a las mujeres. Este proceso será significativo para llevar un mensaje de esperanza a las niñas de Alta Verapaz y Guatemala al decir: sí hay justicia toda vez haya una representación digna y acuerpamiento”, dijo la abogada.

Horas después, Vaidez fue sentenciado a cumplir más de 27 años de prisión por los abusos cometidos.  La sentencia fue emitida por el juez Edgar Barrios.

En el 2020, la estudiante de la cual Vaidez abusó tomó la decisión de contarle lo sucedido a su familia y emprender un proceso penal contra su agresor. Desde entonces, la niña, junto con su madre, se han enfrentado a procesos complejos dentro de su comunidad, pues los maestros ocupan una posición social privilegiada ante el resto de la comunidad. Hasta antes de la sentencia, el acusado trabajaba en la Dirección Departamental de Educación.

“Podemos decir a las niñas de Alta Verapaz que pueden denunciar para que en un proceso legal se determine si hubo violencia sexual. Sí hay vida después de la violencia sexual”, anticipó la abogada.

Alta Verapaz encabeza los índices de denuncias por violencia contra la mujer. De acuerdo con la información del Observatorio de las Mujeres del Ministerio Público, entre 2020 y 2021 se presentaron más de 8 mil denuncias por delitos de esta naturaleza.

La sentencia de hoy, sin embargo, no es la única que las niñas y mujeres de Alta Verapaz esperan ya que en ese departamento se han presentado varias denuncias similares.

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Un arduo camino para las sobrevivientes

Una constante en casos de violencia contra mujeres es que las sobrevivientes enfrentan todo tipo de obstáculos, ataques y revictimización en el proceso. El agresor, en este caso, fue denunciado y fueron la sobreviviente y su familia quienes enfrentaron el acoso social.

Además, durante la audiencia enfrentaron los argumentos de la defensa del agresor, en los cuales se intentaba responsabilizar a la madre de la niña, de lo ocurrido. La abogada Karol Monroy hizo una serie de señalamientos.

Entre ellos, que la niña no pudo dar descripciones “amplias de la violación, que no pudo identificar líquidos. También aseguró que “la madre es la responsable de su hija”.

“La niña no se quejó de los supuestos abusos sexuales antes”, agregó, entre otros argumentos más.

 

Sin embargo, el Ministerio Público indicó que según el peritaje del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) el relato de la niña fue confiable y clínicamente consistente. Por lo tanto, no debían existir dudas de lo sucedido.

Durante la audiencia, la madre de la niña suplicó a la justicia que emitiera una sentencia a favor de su hija, pues desde lo ocurrido, ella no ha sido la misma de antes.

“Ella ya no se valora, ya no es la persona que era antes. Pido que por toda esta situación, se me otorguen medidas de seguridad porque mi familia y yo corremos el riesgo por todas las amenazas que él me ha hecho”, indicó.

Según Vásquez, en octubre y noviembre se espera que se emitan otras dos sentencias por casos similares. Además, el próximo año se emprenderá un proceso legal contra otros maestros en Cobán que han sido acusados por las mismas razones.