Construcción de autonomías, desde el impulso de la soberanía alimentaria.

Texto y fotos: Claudia Jerónimo, agrónoma agro-ecológica

 

Esta es una guía para iniciar o continuar inspirando la instalación y mantenimiento de un huerto en casa. Desde miradas feministas, brinda la posibilidad de cuidar la naturaleza, observar sus ciclos, conectarnos y relacionarnos con ella; cultivar parte de nuestros alimentos y plantas medicinales de utilidad para el autocuidado. 

Una primera consideración es reflexionar acerca de qué comemos, cómo nos cuidamos, qué vínculos tenemos con la naturaleza. En el contexto actual marcado por las restricciones de la pandemia del Covid-19, la reducción de oportunidades de empleo seguro y bien pagado, las incertidumbres generadas por el mal gobierno y las redes corruptas que impunemente limitan el acceso de las personas a alimentos y salud.

La propuesta ecofeminista afirma que la destrucción de la naturaleza es provocada por el sistema de dominio actual que desprecia los límites de la naturaleza y los daños sobre la salud de las personas, animales y ecosistemas; misma que puede ser revertida mediante la cooperación entre las personas y la ética de cuidado hacia nosotras mismas y entre todos los seres vivos. 

Con base en tales premisas, vale analizar si el trabajo que realizamos las mujeres básicamente es para complacer a otros, y no a nuestras necesidades; si las relaciones que llevamos con otras personas contribuyen a nuestro bienestar y si nos cuidamos a nosotras mismas; si nuestra relación con la naturaleza está basada en respetarla y cuidarla. 

Miradas ecofeministas y agroecológicas

Esta propuesta tiene como referente elementos del ecofeminismo; especialmente sobre el cuidado de la vida, las relaciones armoniosas entre las personas y la naturaleza, el cuestionamiento al sistema destructor de la naturaleza y la vida (capitalismo-neoliberalismo), así como el compromiso por construir alternativas y nuevas formas de organizarse 

Además, retoma planteamientos de la agroecología que permite cultivar alimentos con base en principios que promueven que los agroecosistemas sean diversificados, productivos y resilientes. Ello implica el rechazo a los agroquímicos, a la sobreexplotación de la tierra, al desperdicio y contaminación de agua y al mal manejo de desechos y residuos.

A nivel urbano, esta experiencia permite establecer vínculos con la naturaleza y al mismo tiempo, asumir actitudes que promueven la observación crítica, la reflexión sobre el autocuidado y la distribución del trabajo en casa. 

Para empezar

Hay que identificar el espacio donde sea posible cultivar. Cualquier rincón de la vivienda puede convertirse en área de producción: ventanas, pasillos, paredes, esquinas, balcones, recovecos cerca de escaleras. En un jardín o patio destinar un espacio de -al menos- 1.5 metros de largo por un metro de ancho. 

Lo fundamental es tener en cuenta la luz, el agua y la tierra, indispensables para el crecimiento de plantas, flores, verduras, etcétera. Es necesario que el lugar tenga luz solar la mayor parte del día, para asegurar el crecimiento adecuado de los cultivos. Se requiere contar con agua limpia para regar, ya sea la que proviene de lluvia o del servicio de agua potable. 

Si tiene la oportunidad de recolectar tierra negra y broza, se recomienda hacerlo de bosques con árboles diversos y hojas anchas, no de pino ni de ciprés; o bien adquirir en algún vivero “tierra abonada”. 

Equilibrio y cuidado

Es importante tener distintos tipos de plantas y hacer rotación de cultivos porque contribuye no solo a tener una variedad de alimentos y otros productos, sino a promover el equilibrio dentro del huerto. Las poblaciones de hongos, bacterias e insectos contarán también con diversidad de alimento, y tendrán menos probabilidad de convertirse en plaga o enfermedades. 

Se recomienda contar con plantas ornamentales que produzcan lindos follajes o flores ya que atraerán y servirán de alimento a polinizadores (abejas, mariposas, colibríes, especialmente), ello favorece la polinización de algunas plantas. 

La rotación de cultivos ayuda a regular la acidez del suelo para que las plantas aprovechen mejor los nutrientes disponibles. Ejemplo: en una maceta cultivar un primer ciclo de hortalizas de raíz (rábano, zanahoria, remolacha); una vez realizada la cosecha, puede sembrar un segundo ciclo con algún frijol que ayuda a fijar nitrógeno en el suelo; finalmente, en un tercer ciclo, cultivar otras plantas como repollo, coliflor o brócoli.

Plantas comestibles

Existen plantas de crecimiento rápido como el rábano que aporta raíz y hojas, la rúcula (arúgula) que sirven de condimento o para ensaladas; ambas pueden cultivarse de manera asociada con otras de desarrollo lento. Se puede hacer siembras de manera escalonada, es decir, se programan para tener disponibilidad constante de las mismas, por ejemplo: lechuga, pepino, cebolla, zanahoria, tomate. El maíz y el frijol también se cultivan en espacios reducidos para obtener algunos elotes o ejotes solamente. 

El tiempo que tarda cada cultivo para ser cosechado, dependerá de la variedad y el clima principalmente, a continuación se presenta una tabla de elaboración propia con datos para algunos cultivos.

Planta Distancia de siembra entre planta e hilera (centímetros) Profundidad de la maceta (centímetros) Ciclo de cultivo (días)
Acelga 20 30 65
Cebolla 10 30 120 – 150
Chile pimiento 30 60 80 – 100
Coliflor 20 40 120 – 150
Espinaca 10 30 80 – 90
Lechuga 20 20 60
Papa 30 60 90 – 120
Pepino 30 40 120 – 150
Remolacha 15 30 75 (a partir de 35 días puede cosechar hojas)
Rábano 5 10 20 – 30
Repollo 35 40 60 – 90
Rúcula 10 10 20 – 30 (cuando la planta tenga al menos 10 hojas)
Tomate 25 60 80 – 90
Zanahoria 10 30 120 – 150
Maíz 30 40 90 – 120
[1] Se recomienda el uso de macetas grandes, ya que contienen más tierra, son apropiadas para diversas hortalizas.

Abonos, semilleros y preparados botánicos

Contar con abono es importante para nutrir las plantas y renovar la tierra del huerto en casa.

Abonera en casa

Abrir un agujero en la tierra de un metro de diámetro por un metro de profundidad, colocar adentro del mismo los residuos orgánicos (no animales ni huesos o semillas) que genere en la preparación de alimentos. Depositar diariamente una capa de tierra para cubrirlos, mantenerlo con una tapa de madera o plástico para evitar la entrada de animales y/o insectos. 

Cada 15 días apretar el contenido para que los residuos queden en el fondo, así como para liberar algo de espacio e incorporar otros. Al llenarse, taparlo al menos tres meses, y ahí tendrá tierra abonada para sus cultivos; mientras transcurre este tiempo, abrir un nuevo agujero para repetir este procedimiento.

Bocashi

Este abono puede elaborarse en cantidades pequeñas, ideales para huertos en casa. Materiales a utilizar: Tres cucharadas de levadura disueltas en medio vaso de agua des-clorada, puede sustituirse por medita taza de yogurt; cuatro libras de afrecho o rastrojo de milpa de maíz, tuza, hojas secas y bien picadas; una libra de maíz tostado y molido; cinco cucharadas de panela rallada, azúcar morena, mermeladas viejas o un cuarto de taza de miel, disueltas en un cuarto de taza de agua des-clorada, lo que ayudará a activar a los microorganismos que se fermentarán. 

Para elaborarlo, colocar en un recipiente el afrecho y la harina de maíz, agregar poco a poco el agua con la panela rallada disuelta, mezclar y agregar el agua con la levadura disuelta; continuar mezclando y añadir agua hasta obtener una consistencia en la que -al apretar con el puño- se forme una bolita que fácilmente se separe; esto indica que la mezcla está bien, ni húmeda ni seca. 

Una vez incorporados todos los materiales, vaciarlos en bolsas de plástico sin agujeros o bien en un recipiente con tapadera hermética. Luego de 15 días, retirar la mezcla de la bolsa o recipiente hermético, la cual tendrá aroma de fermento, extender el bocashi sobre una bolsa o costal y secarlo al sol.

Composta

Usar un recipiente con tapadera y agujeros al fondo; en primer lugar, colocar una capa de medio centímetro de altura de tierra o bocashi seco, agregar una capa de residuos orgánicos de cocina que mida cinco centímetros aproximadamente (no utilizar residuos animales ni huesos o semillas), después colocar una capa de medio centímetro de tierra o bocashi seco para cubrir los residuos. Repetir el procedimiento cuantas veces sea posible.

Una vez lleno, taparlo y al cabo de siete días destapar y mezclar el contenido; revisando que esté húmedo, tapar nuevamente y al cabo de siete días destapar y mezclarlo de nuevo. 

Semilleros o almácigos

Los semilleros son el espacio donde se colocan las semillas para que las mismas puedan germinar al recibir agua, luz y cuidados suficientes para que su raíz se desarrolle y pueda ser trasplantada. Es importante destinar un área donde el semillero reciba luz del sol (no directa), de preferencia durante todo el día; asegúrese de que estén fuera del alcance de niñas o niños pequeños, así como de mascotas.  

Un semillero puede ser cualquier recipiente o caja que tenga entre diez y 15 cm de profundidad. Entre las bandejas para semilleros o germinadoras se cuenta: macetas, envases “tetrabrick” (elaborado con cartón, plástico polietileno y aluminio), recipientes plásticos, ollas con agujero, cartones de huevo. 

Entre las ventajas del semillero, está el cuidado fácil de las semillas y su germinación, el uso de menos cantidad de agua durante la fase de crecimiento, así como el ahorro de tiempo y trabajo. 

Pasos para su elaboración:

  1. Iniciar con la mezcla de tierra. Se recomienda usar una parte de tierra, una parte de composta o abono orgánico y otra de broza/hojarasca, todas cernidas en malla no muy fina.
  2. Colocar las semillas a una profundidad de tres veces su tamaño, las que son largas pueden colocarse acostadas, abrir un agujerito en la tierra, depositar la semilla y tapar con una fina capa de tierra encima.
  3. Regar con regadera y rotularlas, lo importante es que se especifique la fecha de siembra y nombre de la semilla. 

Se recomienda elaborar semilleros para lechuga, repollo, brócoli, coliflor, tomate, chile, pepino, bledo, maíz, granadilla o frijol. También, poner a germinar pocas semillas de cada planta. 

*** *** ***         *** *** ***

Obtener semillas en: SENACRI-GT WhatsApp: 4592-5429

Instituto Mesoamericano de Permacultura (IMAP). Tel: 4549-0578

Asociación Qachuu Aloom «Madre Tierra». Tel. 7938-8384 

*** *** ***         *** *** ***

Preparados botánicos para control de insectos y enfermedades

Los preparados botánicos contribuyen a cultivar alimentos libres de compuestos contaminantes, en tanto se degradan o descomponen rápidamente. Entre las ventajas de estos preparados: son baratos, ya que se utiliza plantas o materiales que se encuentran en la cocina o mercado; fáciles de elaborar; seguros de utilizar observando que al momento de aplicarlos no caiga sobre el rostro; se pueden almacenar. 

Se recomienda su uso para prevenir el aparecimiento de plagas y enfermedades, deben ser aplicados en horas frescas, ya sea por la mañana o por la tarde, para que no se evaporen.  Hay que elaborarlos con tiempo anticipado, ya que son necesarios varios días para que estén listos; también hay algunos que se pueden hacer y utilizar de manera inmediata.

Soluciones jabonosas: Son las indicadas para control preventivo de ácaros, insectos (mosca blanca, cochinillas, pulgones, larvas). Se recomienda utilizar jabón de “bola” (utilizado para lavar ropa) o jabón “de coche” (con grasa de cerdo y ceniza). No se recomienda aplicar cuando las plantas están en floración, debido a que puede mancharlas. 

Utilizar 1/4 onza de jabón rallado (aproximadamente 1 cucharada) por cada litro de agua. Colocar en un aspersor y aplicar cada tres, ocho o 15 días dependiendo de la presencia de insectos que quieran controlar. El jabón puede agregarse a otros preparados botánicos, como los siguientes, sugeridos en el texto “Preparación de fertilizantes foliares, insecticidas y fungicidas naturales”, de la Fundación Centro de Servicios Cristianos (s.f.).

Vinagril: Esta solución es la indicada para control de ácaros (araña roja), mosca blanca, pulgones, insectos de cuerpo blando y gusanos pequeños. Para prepararlo, machacar la cabeza de ajo en un recipiente, después agregar vinagre y dejar reposar mínimo dos horas antes de usarlo. Colar la preparación; mezclar una cucharada en un litro de agua; guardar el resto en un recipiente de vidrio debidamente rotulado.  Puede disolver una cucharada de jabón rallado en la misma, esto ayudará a que se pegue en las hojas de las plantas. Aplicarlo cada cinco días. 

Manzanillol: Controla argeño (hongos) en papa, tomate, frijol, güicoy, arveja y plantas de vivero. Preparación: En una olla hervir el agua, agregar la manzanilla cuando esté hirviendo y retirar del fuego, cuando la infusión esté fría, colar el producto final y mezclar el contenido en un litro de agua. Puede agregar una cucharada de jabón de bola rallado. Aplicar la preparación cada siete días. 

Caja: Controla cualquier tipo de insectos en todos los cultivos y plantas de vivero. Para prepararlo, en un recipiente, picar y machacar ajos y chiles, agregar jabón rallado, agua y tapar, dejar reposar durante una semana. Colarla y después mezclar una taza en un litro de agua. Guardar el resto de la preparación en un recipiente de vidrio debidamente rotulado. Aplicarla cada siete días.

Son necesarias algunas precauciones: Mal manejo de productos naturales puede causar la muerte de peces, abejas e insectos; evite mezclar los preparados con la mano (son irritantes); aplique la solución al lado contrario del viento, si está muy fuerte, no lo haga; si le ha caído encima algún preparado, procure bañarse con agua y jabón o bien cambiarse de ropa y lavarse la cara; si se ingiere alguno, acuda al médico y dele la información sobre los preparados usados. 

Manejo de plantas medicinales

Cultivar plantas medicinales es de utilidad para la prevención o el tratamiento de ciertas dolencias o enfermedades; además para el autocuidado, debido a sus propiedades relajantes, repelentes, etcétera. Se sugiere cultivar, entre otras: albahaca, altamisa, orégano, ajenjo, menta, sábila, verbena, llantén, María Luisa, romero, manzanilla, té de limón, citronela, ruda, lavanda. 

También las hierbas que se utilizan como condimento en la cocina, de ahí la recomendación de cultivarlas por su doble beneficio. La mayoría es de crecimiento y floración relativamente rápida, es fácil reproducirlas por medio de esquejes (brotes), estolones (tallos) y semillas.

Cosecha, lavado, secado y almacenado

Se recomienda hacer la cosecha de plantas medicinales en horas frescas de la mañana o tarde, así como utilizar tijeras lavadas previamente con agua y jabón. Es importante usar tijeras de poda en caso tengan tallos duros y regulares, en caso de cortar únicamente hojas; ello contribuye a mantenerlas saludables. 

Una vez cosechadas las plantas medicinales, lavarlas con agua, previamente hervida; después dejarlas escurrir sobre una manta limpia o un recipiente escurridor.

Para secarlas, hacer pequeños manojos, envolverlos en un cartucho de papel de estraza o manila, conocido como kraft, y amarrarlos después con una cinta en la parte inferior; colgar los paquetes en un lugar ventilado y bajo sombra. También se pueden colocar dentro de una canasta de mimbre, que es necesario tapar con una manta delgada para protegerlos del polvo. Diariamente, revisar su estado, mover los manojos para evitar que cualquier humedad favorezca la aparición de moho u hongos.

Si al tocar las plantas medicinales se parten con facilidad, el sonido es crujiente, conservan su aroma y están libres de moho, significa que el secado fue adecuado. Para almacenarlas, utilizar frascos de vidrio limpios con tapadera, de preferencia hermética, o bien bolsas de papel manila bien selladas; rotularlas indicando nombre de la planta, fecha de cosecha y de almacenamiento.

Algunas formas de preparación

Infusión: Colocar hojas y/o flores en agua hirviendo, apagar el recipiente de manera inmediata, taparlo y esperar al menos cinco minutos antes de tomar la infusión.

Decocción: Poner las plantas en agua hirviendo, tapar el recipiente, dejar hervir entre cinco y 15 minutos; si son hojas y tallos gruesos, dejar cinco minutos, si son raíces, semillas o cortezas cocinar hasta por 15 minutos.

Oleato: Sumergirlas en aceite vegetal en un frasco y dejarlas hervir en “baño maría”, de preferencia usar aceite de girasol, también es opción el de macadamia. Ejemplo de oleado de manzanilla y albahaca frescas, útil para masajes relajantes y aliviar dolores menstruales y estomacales: Lavarlas con agua limpia y secarlas con un paño limpio; picarlas y llenar ¾ partes del frasco de vidrio disponible, agregar el aceite hasta llenarlo completamente y taparlo, colocarlo en un recipiente con agua que lo cubra totalmente y dejarlo hervir al menos 30 minutos, si utiliza plantas secas, dejarlas hervir una hora. Después, retirar el frasco del agua y secarlo, al abrirlo tendrá aroma y color entre verde y café claro; envasar en un frasco limpio y con tapadera; rotular indicando fecha de elaboración, plantas utilizadas y uso.

Jarabe para la tos y la gripe: Verter y licuar media taza de jugo de limón, media taza de miel de abeja y tres dientes de ajo (limpios y pelados). Envasar la mezcla en un frasco limpio y con tapadera, rotularlo indicando fecha de elaboración, plantas utilizadas y uso. Tomar este jarabe una cucharada tres veces al día, por un lapso de ocho días. 

Tintura: Es una opción para almacenar de manera concentrada, se utiliza con gotero. Esta elaboración es mediante el uso de alcohol de consumo humano, y es posible elaborarse con plantas frescas o secas. 

Ejemplo de tintura de “hierro” que puede utilizarse para prevenir la anemia. La dosis es tomarlo tres veces al día: Personas adultas, 30 gotas en medio vaso de agua; niñas y niños entre 10 y 15 años, 15 gotas en medio vaso de agua; para niñas y niños entre tres y nueve años, siete gotas en un ¼ vaso de agua. Esta tintura es contraindicada para personas con úlcera gástrica o alcoholismo. 

Preparación: Picar un manojo de berro fresco, un manojo de hojas de remolacha frescas y un manojo de hierba mora (macuy), previamente lavadas y desinfectadas; colocarlas en un frasco, que llene ¾ partes de este; rellenar el frasco con alcohol o ron y taparlo. Envolver el frasco con papel manila, sellarlo con cinta adhesiva y rotularlo, indicando plantas utilizadas y fecha de elaboración. Colocarlo en un lugar oscuro y seco, lejos del alcance de niños y mascotas, agitarlo diariamente durante 15 días, finalmente colar el contenido en otro frasco limpio.

Lecciones que vamos aprendiendo

La instalación, cuidado, utilidad y mantenimiento de un huerto en casa contribuye a conocer procesos de agro producción, usar de manera adecuada el agua, reconocer las hierbas no comestibles y diversos organismos que conviven en dicho espacio, así como manejar -sin contaminar- la presencia de plagas. En especial, brinda la oportunidad del manejo y aprovechamiento de residuos orgánicos generados en el hogar mediante la elaboración de abonos.

Cultivar un huerto permite construir autonomía, basada en el cuidado de nuestro cuerpo ya que se obtienen cosechas saludables; invita a repensar alternativas para reducir significativamente el uso de plásticos no reutilizables y el consumo de comida industrializada con conservantes y azúcares dañinos a la salud; ayuda a reflexionar acerca de quiénes producen y venden alimentos (monopolios, grandes empresas, cooperativas, pequeños y micro productores), y cuáles colectivos producen semillas sanas y/o productos locales nutritivos. 

Sin duda, un huerto plantea retos que repercuten en nuestra vida vinculados al cambio de actitudes que favorezcan relaciones en armonía entre las personas y con la naturaleza.

 

 

 

Fuentes consultadas:

Bellone, F. (2020), “Derecho al cuidado: un reconocimiento impostergable”. Economía Femini(s)ta, Argentina. Consultado 13 de septiembre de 2021.

FAO, (2011), Producción de hortalizas (en línea). Consultado 13 de septiembre de 2021.

Fundación Centro de Servicios Cristianos [FUNCEDESCRI], (s.f.),Preparación de fertilizantes foliares, insecticidas y fungicidas naturales. Guatemala, p. 20. 

Galindo, P. (s.f.),“Agroecología, consumo responsable y ecofeminismo”. AeRevista Agroecológica de divulgación. España. Consultado 31 de agosto de 2021.

LEISA, Revista de agroecología. 2015. “Origen y evolución de la agroecología en América Latina”. Consultado 10 de septiembre de 2021.

Migliaro, A. (2020). Tintes violetas: Lecturas eco feministas en la Red de Agro ecología del Uruguay. Consultado 10 de septiembre de 2021.

Vía Orgánica A.C., (s.f.), Guía práctica para cultivar en casa [en línea] Consultado 13 de septiembre de 2021.

Whittingham, J. (2009), Cultivar hortalizas en un huerto pequeño. Royal Horticultural Society. Blume, Barcelona, España, p. 159.