Paula Irene del Cid Vargas / La Cuerda

Ante los intentos de impedir que se cumpla la voluntad del pueblo en las urnas, comunidades del Pueblo Maya y del Pueblo Xinka designaron a sus autoridades ancestrales venir a Armita, Ciudad de Guatemala en kaqchikel. Cada vara que vemos en sus manos nos indica la responsabilidad asignada por su comunidad para recordar a los funcionarios que su obligación es respetar la decisión de todo un pueblo. 

Las calles y aceras que rodean el edificio del MP, se convirtieron en el centro del accionar del pueblo, que bien podríamos nombrar el  Ruk’u’x Tinamit, Corazón del Pueblo, la sede de intercambios de miradas y discursos. Las autoridades ancestrales realizan ceremonias  que inician con el agradecimiento a la vida y a la naturaleza por lo que acontece; y explican «sabiendo que no está en nosotros que los funcionarios cambien de opinión», piden al universo que se toque su corazón y al de los burócratas para que renuncien. Al mismo tiempo reconocen que está en cada persona levantarse y ser eslabón de una cadena que nos articula para poder tener un país justo.

El corazón al centro del accionar

La tradición de la medicina occidental concibe al corazón como una bomba mecánica que transporta la sangre a todo el cuerpo. Desde tradiciones ancestrales como la china, al corazón se le atribuye una importancia especial, ya que en él reside el shen o espíritu vital que se expresa como conciencia e inteligencia, en el sentido del poder discernir. El corazón es el emperador, el que comanda, centraliza los datos psíquicos y emocionales que emanan de otros órganos.

Con nueva información, en Occidente se está cambiando lo que se piensa sobre este órgano. En las últimas décadas se descubrió que el corazón contiene un sistema nervioso con más de cuarenta mil neuronas, una red compleja de neurotransmisores, proteínas y células de apoyo, puede actuar por sí mismo, tomar decisiones y pasar a la acción independientemente del cerebro, ya que el corazón envía más información al cerebro de la que recibe. Otro dato importante es que la onda eléctrica que se genera por los latidos del corazón tiene una amplitud cincuenta veces mayor que el cerebro y una intensidad mil veces superior a la onda cerebral; con esta fuerza, el corazón tiene el poder de imponer su ritmo al cerebro y a los otros órganos.

Lo que el corazón le dicta al resto del cuerpo depende del tipo de conciencia que tenemos. Como especie hemos transitado de no tener conciencia de nosotros mismos, a la de tener autoconciencia y libertad para elegir. Nuestra elección y nuestra respuesta depende del tipo de conciencia, de la percepción de la realidad, de cómo interpretemos nuestro entorno. La coherencia de nuestra respuesta con el entorno depende de nuestro estado de conciencia, de lo que logremos utilizar del cerebro y del corazón para escuchar, tener paciencia, cooperar, aceptar las diferencias.

Despejando arterias

Las avenidas y calles de la ciudad de Guatemala y las carreteras del país suelen estar colapsadas por el tráfico y por tráileres que se mueven sin respeto por la vida. En estos últimos quince días, los caminos han sido testigos de acciones pacíficas y creativas: hemos recuperado las calles y las noches con sonrisas y juegos, arte, baile, generando convivencia solidaria, que ha venido a oxigenar la dinámica social, revitalizando el tejido social. El pueblo llegó a tener más de cien puntos para manifestarse. En ellos no hizo falta el calor de un abrazo, el alimento, el cuidado que se requiere en estos momentos. El pueblo, así como votó en las urnas por un cambio de administración estatal, también ha demostrado su capacidad para accionar respondiendo al llamado de manifestarse pacíficamente.

Latir en sintonía

Me sumo a la intención y al deseo de que funcionarios de los organismos Ejecutivo, Legislativo y Judicial, particularmente del MP, a los de la Municipalidad de Guatemala, a quienes conforman redes de crimen organizado, y narcoactividad, a quienes amenazan en las redes y en territorios como Petén y Malacatán donde mataron a Francisco Gonzalo Velásquez Gómez, para que logren romper la coraza que tienen en su corazón y puedan ponerse en contacto consigo mismos, decirles que nunca es tarde para actuar por el bien común y ponerse en sintonía con el corazón de un pueblo que quiere latir al unísono por el Buen Vivir.