Por: Elizabeth Oglesby / Profesora de Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Arizona y Amy Ross / Profesora de Geografía en la Universidad de Georgia

 

La caravana que partió de Honduras hace poco tiempo, causó revuelo en EE.UU en plena época electoral. Sin embargo, el esfuerzo de Trump y el partido republicano de manipularlo a su favor parece haber fracasado, ya que la mayoría de los votantes no se dejaron llevar por el discurso de miedo.

Trump, el vicepresidente Pence y muchos candidatos republicanos intentaron crear una histeria colectiva frente al avance de la caravana, creando el espectro de una “invasión” y una “crisis fronteriza”. Al inicio, los principales medios de comunicación estadounidenses les seguían la corriente, pasando imágenes y reportajes que daban una visión sensacionalista de lo que estaba transcurriendo. La Associated Press, por ejemplo, publicó un reportaje con el titular “Ejército de migrantes avanza” y fue duramente criticada en las redes sociales.

Después de unos días, la prensa empezó a moderar su cobertura (salvo el canal Fox y otros medios de extrema derecha). Esto probablemente se debía a la presencia dentro de la caravana de algunos periodistas independientes, quienes empezaron a enviar otro tipo de imágenes y reportajes. Se empezaron a publicar historias de las personas y familias que hacen la caminata, con imágenes de niños cargados por sus padres, gente enferma de tos y fiebre que seguían caminando y detalles sobre las muestras de solidaridad humana que ellos recibían en el viaje. Todo esto llega a contrarrestar el discurso de Trump.

Al cabo de pocos días, se generaba más debate en los medios sobre las razones de fondo de la salida de tanta gente de Centroamérica, pintando un retrato más complejo. Se llegó, incluso, a analizar el papel histórico de los Estados Unidos en la creación de condiciones de pobreza extrema y violencia en la región. Algunos medios observaron cáusticamente que, al hablar de Centroamérica, el invasor ha sido EE.UU. Se inició un debate sobre el lenguaje que se debe usar para describir la caravana: ¿Migrantes y refugiados? ¿Caravana o éxodo?

Por otra parte, los medios empezaron a cuestionar el discurso de “crisis fronteriza”, notando que, en general, el número de migrantes cruzando la frontera sur de Estados Unidos está en su punto más bajo en cuarenta años.

Mientras, la verdadera crisis es un aumento en los actos terroristas dentro de EE.UU. perpetuados por individuos de extrema derecha y sectores supremacistas blancos. La retórica de Trump de que habían “terroristas y personas provenientes del Medio Oriente” dentro de la caravana fue una causa directa de la masacre cometida contra la sinagoga de Pittsburgh, que llegó a ser blanco del terrorismo porque una agencia judía de la localidad estaba ayudando a los refugiados.

La opinión pública no parece haberse movido por los esfuerzos de Trump para sembrar el temor. Seguramente el discurso de Trump fue diseñado para motivar la participación electoral de sus seguidores. Pero vemos que en el caso clase de Arizona, la candidata republicana Martha McSally perdió su campaña para el Senado, a pesar de repetir la retórica anti-migrante de Trump. El partido demócrata, por su parte, no ha abordado el tema migratorio, aunque seguramente después de las elecciones habrá más presión por parte de las bases sociales progresistas presionando por una reforma de política migratoria.

En las regiones fronterizas, hay una gran movilización humanitaria para juntar ayuda para los integrantes de las caravanas, por parte de las iglesias, organizaciones de activistas y otros ciudadanos. Esta movilización ya lleva años pero se ha intensificado en las últimas semanas. Desde octubre de este años ICE (la autoridad migratoria) ha implementado una estrategia de liberación en masa de los detenidos centroamericanos, a veces centenares de personas en un solo día, para crear una sensación de caos en las localidades fronterizas como una forma de presión política frente a las elecciones. También esto tiene el objetivo de presionar para que el Congreso apruebe una ley para permitir la detención indefinida de familiares migrantes con niños.

Trump ha sido duramente criticado, incluso por algunos oficiales del Pentágono, por enviar tropas a la frontera. La prensa fronteriza y la mayoría de los medios nacionales lo han denunciado como un “show” político y posiblemente ilegal, ya que según la Ley Posse Comitatus (1878), el ejército no debe ser desplegado dentro del país. Ha habido protestas en Arizona y otros lugares en contra del despliegue de tropas.

Mientras, Trump ha emitido una prohibición en contra del derecho de los migrantes para pedir asilo si la gente no cruza la frontera en un “punto designado” (y las tropas están colocando alambre de púas en todos los puntos “designados”). Esto es descaradamente ilegal y va a acabar en las cortes, conjuntamente con otras demandas judiciales en contra del tratamiento abusivo de las caravanas centroamericanas que ocurrió el año pasado.

La retórica de la Casa Blanca es preocupante porque sataniza a los migrantes y ha motivado a grupos paramilitares, que están viajando a la frontera. Esto conlleva una militarización aún más profunda de las regiones fronterizas y una amenaza al estado de derecho. No obstante, las movidas de Trump han encontrado oposición política a través de las urnas, oposición legal en las cortes, y con una resistencia ciudadana en apoyo a los migrantes.