Por: Rosario Orellana

 

Tenía 19 años cuando un grupo de hombres armados intentó secuestrarme en la zona 10. Iba, temprano por la mañana, camino a la universidad. No sé qué los hizo cambiar de opinión y no llevarme, pero fueron los minutos más largos y tensos de toda mi vida. Aún están frescos en mi memoria; sus rostros, el carro en el que se transportaban y sus elegantes trajes negros con corbatas de colores vibrantes. Estoy segura que, de haber acudido a las autoridades, mi caso hubiese permanecido engavetado, como miles de denuncias más, de mujeres que no volvieron a ver la luz del día. 

En noviembre del 2015, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ordenó al Estado de Guatemala que diseñara e implementara un sistema especializado en la búsqueda inmediata de las mujeres desaparecidas, luego de emitir sentencia en el caso de María Isabel Veliz Franco y Claudina Isabel Velásquez Paiz, desaparecidas y asesinadas en los años 2001 y 2005, respectivamente. 

Según la resolución, en ambos hechos las instancias de seguridad guatemaltecas violaron el derecho a la vida e integridad personal, garantía judicial y protección, además de omitir el Artículo 7 de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, entre otros. 

Isabel, Claudina y sus familiares no solamente fueron víctimas de un sistema fallido que no respondió a tiempo tras su desaparición, con lo que se pudo evitar la muerte de ambas jóvenes, también sufrieron un linchamiento social que automáticamente las inculpó de su asesinato, aduciendo que pertenecían a pandillas, estaban en una borrachera o escapando con algún “traido”. 

Así como estos dos casos, son decenas de denuncias que han quedado en impunidad, cubiertas por el manto del machismo y la misoginia que reproducen estereotipos, prejuicios y roles sociales a las mujeres, causando falencias en los procesos de investigación, esclarecimiento y justicia, situación que se pretende contrarrestar con la activación de este sistema de búsqueda. 

Las cifras alarmantes 

El 6 de agosto de 2018 comenzó a funcionar, como parte del mandato de la CIDH, la Alerta Isabel Claudina. En promedio, se reportan cuatro desapariciones diarias. Según datos de la Fiscalía de la Mujer del Ministerio Público, desde aquella fecha hasta el 30 de enero de 2019, se han reportado 679 alertas, de las cuales alrededor del 33 por ciento permanecen activas. 

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Según los hallazgos del Ministerio Público, los días con mayor cantidad de desapariciones son los viernes, en un 18 por ciento. 

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El 41 por ciento de las mujeres desaparecidas entre agosto 2018 y enero 2019 oscilan entre los 21 y 30 años de edad. El segundo índice más alto corresponde a las edades de 18 a 20, con el 32 por ciento. 

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Las estadísticas señalan que la mayoría de desapariciones ocurren entre las 06:00 y 11:59 horas, en un 37 por ciento de los casos.  

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Guatemala es el departamento con mayoría de reportes. Le sigue Quetzaltenango, Escuintla, Alta Verapaz y Chimaltenango. En contraparte, Zacapa es donde menos desapariciones se han registrado.