Abelino Chub Caal, maya q’eqchi’, es un profesor de enseñanza media, defensor de derechos humanos y de la tierra, estudiante de Administración Educativa y guía espiritual maya. El pasado 22 de abril inició el debate oral y público en su contra, luego de ser capturado en febrero de 2017. 

El defensor fue acusado de asociación ilícita, usurpación agravada e incendio, hechos presuntamente perpetrados en agosto de 2016 y en octubre del mismo año de mediar un desalojo en las fincas El Murciélago y Plan Grande, productoras de banano y aceite de palma, ubicadas en El Estor, Izabal.

Hasta la fecha se exige justicia y su inmediata liberación. La jueza Yassmin Barrios preside el tribunal que lleva el caso de Chub, quien decidió declarar hasta ayer, 23 de abril. 

Foto: Festivales Solidarios

Durante su intervención, Chub Caal advirtió que las acusaciones en su contra son resultado de la lucha de más de diez años “en la defensa de la vida y de la madre tierra”. Explicó, además, que fue la empresa bananera la que se acercó a él por medio de Manuel García. 

Querían que los apoyara a solventar un problema que presentaba la empresa con algunas comunidades. Considerando que es importante contribuir al diálogo de la conflictividad que agudiza a los municipios de El Estor, Panzós y Santa Catarina La Tinta, aceptamos acompañar el caso en la Fundación Guillermo Toriello [organización donde laboraba] y tuvimos la primera reunión el 6 de julio de 2016.

Según las declaraciones de Abelino, la empresa insistía en desalojar a las familias de la comunidad Esperanza Túnico. Reuniones después, el 20 de julio del 2016, conoció a Miguel Ángel Arriaza quien se identificó como representante legal de la bananera. 

Este señor me dijo que ya me habían investigado. Que yo los ayudaría a resolver los conflictos. Lo que querían de mí era que llevara Q 1,500 a cada Junta Directiva de las comunidades y Q 700 a cada persona porque ‘a esos diablos’ ya no los querían ver en su finca

Le ofrecieron transporte, ser asesor de la empresa y un préstamo en el Banco Reformador para la compra de fertilizantes, que luego debía repartir en las comunidades. También le facilitarían un apartamento en la capital para él y su familia y al término del proceso de desalojo, como regalo, un viaje a donde Abelino deseara. 

Foto: Festivales Solidarios

“Le contesté que eso no lo hago yo. Desde ese momento comencé a recolectar información de las comunidades y le decía a Miguel Ángel que para ganar la confianza de la gente podían arrendar las tierras con opción a compra”, detalló, entre otras opciones que mejorarían las condiciones de vida de las familias. Sin embargo, el defensor notó el descontento de García y de Arriaza.

No soy ningún criminal como me tipifica el Ministerio Público. Lo único que he hecho es ser interlocutor, interpretar y mediar un problema estructural del Estado. He acompañado en la gestión de titulación de tierras a las comunidades, en específico las que viven históricamente en la biosfera Sierra de las Minas porque la Ley de Áreas Protegidas no reconoce el derecho de posesión de tierras. Yo amo la vida, amo la humanidad y amo la tierra.

Chub Caal añadió que ha sido testigo de las desigualdades que afrontan las comunidades de la región y que durante la defensa de los territorios no ha cometido ninguna ilegalidad. 

Estoy enfrentando un escenario de corrupción e impunidad por no aceptar un ofrecimiento para ir a engañar a las familias en medio de la agonía. Que prevalezca la verdad y les exijo mi libertad.

La audiencia continúa hoy, 24 de abril, a partir de las 8:30 horas en el Tribunal de Mayor Riesgo “A”.