Por: Andrea Carrillo y Rosario Orellana / laCuerda

 

Coraje y compromiso distinguen a estas mujeres que no conocen excusas para encarar, inclusive la muerte. Todas ellas decididas a defender sus derechos, proteger la vida humana y la de los ríos, bosques, lagos y la tierra…

«Nuestra lucha es justa», dicen muchas, y agregan que, «cuando una ve en peligro lo que ama, lucha». En distintos países, pero similares contextos, estas defensoras se enfrentan a empresas extractivas, a militares, gobiernos machistas y represores, a hombres cercanos que las critican y en ocasiones, también ellos las difamas y agreden por ser mujeres que están resueltas a impedir «que este sistema nos quite y nos robe el derecho a ser felices».

Ellas coincidieron en Honduras, compartieron sus historias y luchas, durante cinco días, en el marco de la Misión de Solidaridad Feminista «El Abrazo», impulsada por la Iniciativa Mesoamericana de Defensoras de Derechos Humanos, «nos fortalecimos y agarramos fuerza para seguir y no dejarnos callar». Valientes y sonrientes, son admirables todas, su entereza es una luz frente a tanta oscuridad que cae sobre la región.

«Cuando un pueblo está decidido y las mujeres estamos ahí, algo cambia, algo sucede…», enfatizan.