Por: Magalí Rey Rosa

 

Cuando las mujeres hablamos y pensamos en recuperar nuestra natural cuota de poder tendríamos que tener un concepto propio de los tipos de poder que queremos. ¿O vamos a competir por poderes patriarcales? 

Las mujer moderna del siglo XX perdimos uno de los poderes femeninos mas importantes: el poder de dar a luz. Nos diferenciamos de los hombres en un montón de cosas. Una de ellas es que todavía somos nosotras las que parimos a los/las hijos/as. Esa es una cuestión concreta que las mujeres podemos (o podíamos) hacer. 

Trágicamente, hemos perdido ese poder natural. Lo normal ahora, por lo menos en la ciudades, es que las mujeres vayamos a ver un ginecólogo, cuando estamos embarazadas. Y confiamos en un hombre que jamás ha dado a luz, que jamás lo hará y que no puede entender lo sagrado del proceso. Como le hemos dado la categoría de semi-dios a la figura del medico, difícilmente cuestionamos sus instrucciones y en la mayoría de los caos, el parto se convierte en un momento lleno de impotencia, miedo a dolor. 

Tengo experiencias personales que compartir: mis primeros dos partes fueron en un hospital, provocados con fueron; en un caso utilizaron fórceps, en el otro anestesia. En ambas oportunidades me practicaron una episiotamía: me mutilaron. Partos normales, diría un ginecólogo. El tercero fue una casera (ante el temor del medico de que mi cuerpo no funcionara bien), con molestias que persistieron mas de un año. Mis dos últimos partos fueron en casa, totalmente naturales, rodeada solamente de mujeres. La abismal diferencia entre estilos tan opuestos de parir me dio una base para sacar mis conclusiones. 

Durante de miles de años, las mujeres han dado a luz de una manera sencillamente natural, siguiendo solamente sus voces interiores, su instinto. Sin embargo, con la “modernización”  y occidentalización de la medicina, las mujeres hemos ido perdiendo nuestro poder de dar a luz. 

Cada vez son mas las mujeres que dependen de un ginecólogo para recibir a sus hijos e hijas. Lo peligroso de esta tendencia es que, para la ciencia occidental y para los hombres (y mujeres que lo practicas), el momento de dar a luz es solo un momento difícil. Y le dan un tratamiento frio, escéptico y hasta perverso, que por nada acepta los sentimientos de los seres involucrados, ni los importantísimos procesos naturales que tendrían que darse. 

Así, los hombres y la medicina moderna que practican, se han apoderado de los que puede ser uno de los acontecimientos mas poderosos, empoderantes y mágicos que le tocan a una, por ser mujer, y nos colocan, como a un personaje de segunda categoría, en la posición de de ignorantes que nada puede aportar, mas que su completa incondicional obediencia. 

En el mundo patriarcal se mantiene la creencia de que un hospital (un lugar donde se trata a la gente enferma) es el mejor lugar para dar a luz. Un hombre casi siempre que nunca podrá experimentar los cambios profundos por los que atraviesa una mujer durante el proceso del embarazo, es quien nos va a monitorear a a hora de dar a luz, va decidir que anestésico usar, va a decirnos cuando pujar , cuando no pujar, va mutilar una de las partes mas sensibles he importantes de nuestra sexualidad, para facilitar el nacimiento, y, si los considera necesarios, nos va a practicar cesárea. Es sorprendente que en cada vez mas, las mujeres estén siendo sometida a este tipo de denigrante y carísimo tratamiento. 

Lo que nos parece que se nos escapa es lo importante, sagrado e íntimo del momento de nacer. Tanto para criatura como para la madre. Además, el momento y el estilo de nacer. Tienen repercusiones que afectaran al ser naciente para toda la vida. 

Yo propongo que pensemos uno poco en lo que estamos haciendo. Según yo, es importante y total que recuperemos el poder de dar a luz, que empieza con la libertad de decidir si queremos dar a luz. Y si esta es nuestra decisión, la libertad de decidir como. Mi propuesta es compartir la reflexión entre mujeres. ¿Qué tipo de poder aspiramos a recuperar y a donde radica? ¿en que momento perdimos el poder de dar a luz? ¿A quien interesa el poder de dar a luz?