Por: Lucía Escobar / Periodista

Conocí a Paula Morales a finales del siglo pasado, en Quetzaltenango. Pertenecía a un colectivo de artistas emergentes que se reunían con la excusa del rock y de la música. Desde esos años, la percibo como una mujer solidaria y consecuente, honesta y directa. Hace algunos años se fue a estudiar a San Francisco y ganó una residencia artística en Recology SF. Ha trabajado dirección de arte y diseño, y su trabajo ha aparecido en diversas publicaciones. Actualmente se encuentra realizando y publicando en línea, un archivo visual donde ilustra y guarda espacio para visibilizar a mujeres en Guatemala que destacan en diferentes ámbitos de la vida.

Lo que Paula realiza no es fácilmente clasificable; mezcla diferentes medios en los que incorpora ilustración, escultura, gifs, etcétera. Tiene su propia línea de productos en la que evidencia su interés por la re-imaginación de diferentes formas de consumo de arte. Además, trabaja como manager en una tienda de medicina natural, y comparte su hogar con un perrito, un conejo y un humano. No se desvincula del país, la siento pendiente de las noticias y de lo que sucede aquí.

Vía correo electrónico, le pregunté: ¿Cómo se te ocurrió y cuándo hacer esta galería de mujeres? 

Guatemala es un referente de negatividad por su larga historia de corrupción, invasión y muerte.  Hice un análisis interno de quiénes se dedican desde sus nichos a luchar por espacios incluyentes, diversos, y seguros. Quise ponerle nombre y apellido a lxs que día con día, a pesar de la inseguridad, la violencia, la xenofobia etcétera, apuestan por usar sus labores emocionales y físicas para crear escenarios de posibilidad y realidades alternas.

Decidí usar la ilustración como medio para resaltar y crear homenaje especialmente a aquelles que se identifican mujeres ya que en un país machista y misógino no suelen ser reconocidas. Es de suma importancia reconocernos, reconocer la labor diaria y constante que sucede desde la individualidad y desde la colectividad.  Es importante tener referentes reales con los cuales nos identificamos. Y no sólo referentes de una blanquitud impuesta. En Guatemala hay vida, y más allá que usar maneras opresivas y coloniales de enmarcarse, como lo son la constante folklorización y tokenización hacia los pueblos originarios, podemos hablar de una colectividad crítica y real basada en el respeto; podemos centrar nuestro diálogo en pequeños homenajes diarios que le ponen cara a las luchas que encontramos a nuestro alrededor.  Luchas que muchas veces pasan desapercibidas, aunque sean de importancia monumental. El proyecto surge como un ejercicio de autorreflexión y de colectividad. Es un archivo visual de personas que mantienen, dan vida y mueven y remueven las formas opresoras que han sido impuestas por tantas vías.

Una de las características de este proyecto es que las definiciones surgen de la autoreflexión ya que cada participante se describe a sí misma. Es un espacio para contar nuestra historia con nuestras propias palabras y para escuchar.

Paula tiene ahora más de cien mujeres por dibujar, lleva casi setenta. La respuesta ha sido masiva, aunque confiesa que lo más curioso es que, a casi todas, lo que más les cuesta es describirse.

Eventualmente y con el consentimiento de las participantes, a Paula le gustaría crear un libro y un círculo de sororidad. El proyecto sigue en pie, así que pueden visitar el Instagram @paulaillustrates para seguir el trabajo de esta quezalteca. Y para aquellas que quieran participar en el homenaje archivo, pueden mandar una foto de frente medio cuerpo y un párrafo en el cual se describen a sí mismas al correo electrónico:  [email protected]