Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad (MPDL)

El teatro-vida: transformarse y sanarse

“Lo que estamos haciendo, es un proceso de sanación y trasformación, para mí y para otras personas. No va todo para dentro sino también para fuera, para sanar al exterior. Son fuertes las dos partes”. Telma Ajín, integrante del colectivo teatral Las Poderosas, describe así la experiencia de creación artística del grupo y, para que se entienda mejor la componente revolucionaria del proceso, agrega: “Hay que hacer un trabajo personal interno para poder lograr apoyar a otras mujeres. Porque es como el teatro: si yo no me creo lo que estoy haciendo, el público tampoco lo va a creer”.

Han sido largos años para lograr un cambio en la forma de ser, pensar y actuar de las integrantes del colectivo. “El ser parte del grupo me ha transformado. Ya no soy la mujer que fui hace once años, una mujer que no hablaba, que siempre andaba de cabeza baja y que no podía verte a los ojos. Ya no soy esa mujer”, comenta Lesbia Téllez con emoción y orgullo, mientras Mayra Salvador, la más joven del grupo, no tiene dudas: “Tenía menos conciencia de mis derechos antes de integrarme a Las Poderosas. Algo que he aprendido es que puedo defenderme y no quedarme callada”. 

En las conversaciones con el colectivo, retorna la cuestión de la voz y de ahí surge la exigencia de liberarla, compartir prácticas y colectivizar transformaciones. Telma Sarceño, la poderosa que nunca te imaginarías que su mamá la llamaba La Muda cuando era pequeña, expresa así esta sensación: En los talleres que damos, las personas se convierten. Es lo que nos pasó a nosotras, y a mí me fascina tanto ver esto, que la persona puede salir de la violencia, solo necesita una orientación. El teatro ha servido mucho.”

Es un camino delicado que conlleva conflictos interiores, preguntas y contradicciones. En la experiencia de Adelma Cifuentes, la poderosa que cuida con amor de sus animales, el recuerdo de la violencia sufrida se mezcla con su representación escénica, generando emociones encontradas, pero también, cambios de miradas: “Todavía hay veces que me meto mucho en la obra y me quebranto un poco. Me meto y recuerdo lo mal que lo he pasado. Pero ya no es por victimizarme. El teatro me ayuda a sanarme”.

El teatro-lucha: transformar y defender

Cada obra de Las Poderosas implica un trabajo previo de investigación en terreno, para profundizar el tema que se quiere tratar. En su última, obra el colectivo se acercó, en coordinación con el Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad (MPDL) y con la investigadora y compañera de camino Silvia Trujillo, al trabajo de las mujeres que integran las Redes de Defensores y Defensoras de Derechos Humanos de Sololá, San Marcos y Quetzaltenango. A través de entrevistas y grupos focales, se recolectaron testimonios, experiencias y fragmentos de vida cotidiana, con el objetivo, declarado en el diagnóstico de la investigación, de que “todo lo expresado [por las defensoras] se utilizará como insumo para la construcción (…) de una obra de teatro que reflejará sus historias, sus luchas y demandas.”

El objetivo de MPDL y de Las Poderosas es llevar la voz de todas las defensoras por el mundo, en forma de teatro, herramienta potente para el cambio de paradigma social. 

En el mismo documento, se puede leer que “de los testimonios se logró determinar que muchas comenzaron el trabajo de defensoría para que su propia historia de violencia en el ámbito doméstico, no se repitiera en la vida de otras”. Un paralelo interesante con las historias de vida de Las Poderosas, que, para Marcelo Solares, codirector de la obra junto con Patricia Orantes, ayudó el proceso artístico: “Este texto [refiriéndose al guion trabajado por la dramaturga Evelyn Price y por Las Poderosas] es de otras personas, pero calza como si fuera la vida de ellas. Es que ellas también son defensoras de derechos humanos, sólo que en otro contexto”.

Todas Las Poderosas, en medidas diferentes, se sienten defensoras o aspiran a serlo. Algunas en sus propias comunidades son ya referentes, otras limitan su impacto al trabajo teatral y a los talleres que han brindado en comunidades de Guatemala, México, Honduras, Nicaragua y España. Telma Ajín valora mucho este último aspecto: “El teatro es una experiencia extrema, puede transformar la realidad. No podemos olvidar, pero sí podemos cambiar la historia”. Al mismo tiempo, Mayra, pensando en las violencias cotidianas que sufren las defensoras, reconoce los límites: “Si le pasa algo a una de ellas, lo de nosotras solo es un pedacito de texto”. Lo que sí puede hacer el teatro es sensibilizar y llevar a la atención de públicos diferentes, temáticas de relevancia social, mover conciencias y multiplicar perspectivas. Como afirma Patricia Orantes: “Son semillas pequeñitas que se multiplican. Uno sabe que con el teatro no puede transformar la realidad, pero un pedacito pequeñito sí”.

La nueva obra del colectivo, que será estrenada el 3 de octubre en el Centro Cultural de España, en un evento organizado por MPDL, contiene una frase que suena así: “No hay vida en libertad para ninguna, si no hay vida digna para todas”. No sabemos si estas palabras fueron pronunciadas por una de Las Poderosas o por una defensora de San Marcos, Sololá o Quetzaltenango. Lo que sí sabemos es que no es la voz de una sola mujer. Se trata de un canto de revuelta. Un coro que encarna el espíritu de una lucha transversal que hay que abordar en diferentes terrenos y con diferentes medios.

¿Quiénes son Las Poderosas?

Somos un colectivo conformado en 2007 por las mujeres sobrevivientes de violencia Lesbia Téllez, Adelma Cifuentes, Telma Ajín, Rosa García y Telma Sarceño, nuestras hijas e hijos, y el director y dramaturgo Marco Canale. Creamos e investigamos a partir de cuestiones que afectan nuestras vidas, que las confrontan y nos las descubren. Y también a nuestro país, a su historia.