Por: Vivian Guzmán Quiroa / Economista y mamá

Desde tempranas horas del día, mujeres de Salamá y aldeas de los alrededores, llegan acompañadas de sus hijos para vender ramos de flores. Las precarias condiciones de vida hacen de esta celebración religiosa, el domingo de ramos durante Semana Santa, una oportunidad para generar algún ingreso por medio de la creatividad multicolor que se mezcla con los olores de incienso, corozo y pólvora.