Por: Johanna Scherpereel / Activista por el Buen Vivir

 

Tengo 55 años y no tengo trabajo. No desde que regresé a Bélgica en el 2014 después de 25 años en Centroamérica. Parece que aquí ya soy demasiado “anciana” para tener alguna utilidad en mi campo de trabajo. Sin el apoyo del gobierno, no podría sobrevivir. El apoyo es limitado, mis intereses, capacidades y experiencias, al contrario, variados y amplios. ¡Para algo sirve envejecer!

A causa de los muchos reglamentos que hay en Bélgica y el control estricto de parte de la agencia de trabajo, no puedo ganar dinero con las cosas que me gustan y que sé hacer profesionalmente o como pasatiempo, si no es a través de un trabajo oficialmente reconocido en una organización o como profesional independiente.

¿Pero quién se interesa por mis jaleas y jugos de manzana, mi pan hecho en casa, las verduras de mi huerto, los retoños de las plantas cuidadosamente cultivados, mis objetos tejidos o en crochet, mi español aprendido con los compañeros de trabajo, familiares guatemaltecos y las comunidades mayas? ¿Y cómo pagar los servicios demasiado caros que a veces necesito, como una mano para el trabajo pesado en el jardín o un masaje cuando otra vez mi nuca no quiere colaborar?

La buena noticia: Hay manera 

No llevaba mucho tiempo de regreso en Bélgica, cuando descubrí un sistema genial. Desde entonces para tener “ingresos” doy clases de español a personas interesadas, ayudo a estudiantes con exámenes de recuperación, vendo jaleas y tarjetas hechas en casa y colaboro con traslados o en fiestas, por ejemplo. Con lo que me “pagan”, puedo comprar plantas para el huerto, hacerme cortar el pelo, recibir clases de costura o pedir ayuda para dar vuelta a la compostera.

El sistema se llama LETS y nació en Canadá, como una respuesta al sistema capitalista y neoliberal que no da espacio a muchas personas o no valora capacidades consideradas “pasatiempos”, excluyendo así a muchas personas del mercado laboral y de consumo. LETS significa Local Exchange and Trading System 1 y es una de las muchas formas de regresar a una economía localmente organizada, basada en el intercambio o trueque.

En muchos lugares de Guatemala, ya existen mercados locales donde se vende o intercambia productos, muchas veces ecológicos, de campesinas/ os o artesanas/os de la región. 

El sistema LETS es diferevnte en el sentido que también se “vende” servicios, lo que significa un enriquecimiento importante. También personas con poco dinero a veces necesitan algo más que comida sobre la mesa.

LETS tiene un componente social y nivelador fuerte: uno de los principios más importantes del sistema, es la valorización equitativa de cualquier tipo de trabajo. Se paga lo mismo por una hora de clases de español que por una hora de trabajo físico en el campo. De esta manera todas/todos tenemos el mismo acceso a los productos y servicios disponibles en el sistema. Lo que tiene gran significado para quienes, por alguna razón, tienen dificultades para ser aceptadas en el mundo tal como funciona en este momento: personas con capacidades diferentes o con limitaciones económicas.

Es obvio que LETS no funciona a través de un mercado “normal” en la plaza del pueblo. Para poder intercambiar con los miembros del grupo, se necesita una plataforma digital donde todas/todos pueden publicar lo que ofrecen o necesitan, y donde tienen una cuenta de la moneda virtual que se usa dentro del grupo, a la cual se transfiere el monto por pagar o recibir, según los productos o servicios ofrecidos. Quienes organizan el grupo, deciden el nombre que tendrá su moneda. La moneda dentro del grupo al que pertenezco se llama ietske, palabra flamenca que significa “alguito”, restando de esta manera importancia al dinero que tanto controla nuestra vida. Otros grupos dan nombres que refieren al apodo que se les da como habitantes de una región o ciudad.

Para que pueda funcionar el sistema, los miembros de un grupo tienen que vivir preferentemente dentro de un perímetro más o menos limitado para ser accesibles, aunque existe la posibilidad de intercambiar también con miembros de otros grupos (interlets), haciendo transferencias de una moneda a otra.

Aquí en Flandes2, hay una organización pequeña, reconocida por el gobierno, que se encarga de sensibilizar al público sobre la existencia de LETS y que mantiene actualizado el sistema digital general. Pero su función principal es dar apoyo a todo el voluntariado que da vida a los grupos locales. Ellas o ellos organizan actividades como mercados con productos de las personas integrantes del grupo, talleres o conciertos, donde todo, por supuesto, se paga con la moneda alternativa.

En los momentos de ofrecer o comprar servicios o productos y en las actividades colectivas, te encuentras con todas estas personas que creen en otro tipo de economía y de sociedad, donde hay lugar para todas las personas, con todas sus capacidades y limitaciones.

En esta era de los teléfonos con acceso a internet y jóvenes que han crecido con ellos, no es un sueño lejano pensar que este sistema se puede introducir hasta en los pueblos más remotos de Guatemala, como una forma de aportar a la creación y el fortalecimiento del Buen Vivir.

 

 

 

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1. Sistema Local de Intercambio y Comercio.

2. Región al norte de Bélgica donde se habla flamenco.