Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad (MPDL)

 

Deconstruir las opresiones de las mujeres y los pueblos pasa por un análisis profundo de las dinámicas sociales y la resignificación cultural de las mismas. No existe ninguna sociedad en paz, si no se lleva a cabo un proceso de sanación personal y sanación de los pueblos.

Formación participativa y sanación colectiva

“Como Asociación de Mujeres Mayas Kaqla, uno de nuestros desafíos es dar a conocer nuestro trabajo. Hemos estado muy para nosotras, muy para dentro de los grupos. La parte que hemos dado a conocer afuera es relativamente poco”. Cuando nos encontramos en Panajachel, Hermelinda Magzul, del grupo de mujeres mayas Kaqla, recién terminó de facilitar un taller de sanación con las promotoras de derechos humanos y socias de la Red Departamental de Mujeres Sololatecas con Visión Integral (REDMUSOVI), promovido por Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad (MPDL).

Durante los talleres, el equipo de Kaqla trabajó, desde una perspec- tiva de pertinencia cultural, asuntos como el papel de las autoridades ancestrales en la atención de las mujeres sobrevivientes de violencia,   la cosmovisión como medida de sanación y el autocuidado. Además, enfrentó el tema del racismo y de la opresión, analizando los elementos culturales que hay que tener en cuenta para la reparación digna de las sobrevivientes. “Nos definimos como una red de mujeres que aportamos a la plenitud de vida de las mujeres y de sus pueblos”, afirma Hermelinda, “nuestro interés esencial es reflexionar conjuntamente sobre el género, los derechos, las culturas y la cosmovisión de los pueblos”.

En la reflexión de Kaqla, la auto-determinación de las mujeres indígenas y la necesidad de salir de los dogmas impuestos por la cultura occidental representan puntos cardinales para seguir navegando en un mar todavía lleno de contradicciones e imposiciones. Por esa razón, la lucha en contra de la educación vertical de las conciencias hace parte del trabajo de Kaqla: “NO TRABAJAMOS SOLO PARA LAS OTRAS, NOSOTRAS TRABAJAMOS POR NOSOTRAS Y POR LAS OTRAS. Esto da un matiz diferente, nos ha ayudado a quitarnos la parte de maternalismo que tenemos. Somos muy tentadas en querer salvar, solventar la vida de otra gente.

¿Pero cómo estamos nosotras?”. Los talleres de Kaqla unen formación participativa y sanación colectiva con el objetivo final de “deconstruir la internalización de la opresión”.

Lenguaje y pertinencia cultural

La pertinencia cultural de la cual habla Kaqla, pasa también a través de una re-significación del lenguaje. Como el cuerpo tiene que investigar el lenguaje adecuado para conocerse y sanarse, también LA PALABRA TIENE QUE REGRESAR A LA TIERRA y no quedarse en la abstracción de lo teórico. “Nos hemos dado cuenta que es importante nombrar de otra manera y no darle más peso a términos que realmente no tenemos que fortalecer”, afirma Hermelinda y en su discurso va construyendo un pequeño diccionario sentimental y oral que definen desde Kaqla:

Violencia: “Regularmente no hablamos de la violencia y no significa que no trabajemos y no estemos en contra de la violencia. De hecho, es la esencia de Kaqla desde el inicio. Pero preferimos hablar de la plenitud de vida de las mujeres. Y eso lo hacemos para trabajar y sanar la violencia y los efectos que ha habido en la vida de las mujeres”. DECLINAR EN POSITIVO SIRVE  PARA  PONER EL ACENTO EN EL FIN DEL PROCESO, o sea, la felicidad integral de las mujeres, y para evitar cualquier tipo de revictimización. Para concentrarse más en la reparación y en la vida, que en el juicio y la muerte.

Feminismo: “Es una palabra, es una apuesta política que aporta. A veces yo siento que es como una etiqueta. Esta también es una    vía, pero hay muchas otras más y en nuestro caso como pueblos, como mujeres indígenas, no necesitamos utilizar el término”, afirma Hermelinda, “En el contexto actual hay muchos desafíos alrededor de la palabra, porque utilizarla por utilizarla no tiene sentido. Si yo supiera que tiene mucha trascendencia, la utilizaría… pero no es tan así. Pero sí, no hay duda que nosotras tenemos elementos del feminismo en que creemos y en que apostamos”.

Defensora: “Este es un término que a mí no me hace mucho sentido. Yo pienso que soy una mujer que promueve una vida diferente de distintas maneras, pero yo no tengo ni puedo defender a las demás. Lo que nosotras IMPULSAMOS ES QUE LAS MISMAS PERSONAS SE DEFIENDAN ASÍ MISMAS, que es lo mejor, yo no tengo por qué defenderlas, pero si puedo juntarme con ellas para hacerlo conjuntamente”. La lucha en contra del maternalismo está radicada en Kaqla, como también la humildad y la horizontalidad de los procesos que facilitan. A pesar de eso hay plena conciencia, gracias a un profundo conocimiento del contexto de acción y a un constante trabajo de sistematización de la información, que “sí hay que crear las condiciones para que las mujeres puedan defenderse solas, porque no es fácil”. Condiciones que hay que crear no alejándose de las comunidades de pertenencia, y entendiendo las necesidades y el lenguaje de las mujeres que las viven. Escuchando en primer lugar sus voces y sus cuerpos.