Verónica Oikión Solano / El Colegio de Michoacán

 

María del Refugio García Martínez,1 mejor conocida como Cuca García (N. Taretan, Michoacán, 2 abril de 1889. M. Ciudad  de México,  16 de julio de 1973), formó parte de una generación compelida a destruir el antiguo régimen, y a construir una alternativa de izquierda como parte de un proyecto de nación, al mismo tiempo en que se producía el proceso de institucionalización de la Revolución Mexicana.

Para abordar a Refugio García en toda su complejidad, como mujer y figura histórica, me he valido de las consideraciones realizadas por Sonya Rose en referencia a los cambios y desafíos en la práctica histórica: “Las historiadoras de las mujeres comenzaron a descubrir que las mujeres, igual que los hombres, habían sido trabajadoras, y activistas, y reformadoras sociales, y revolucionarias políticas, y demostraron cómo el trabajo de las mujeres contribuyó a las economías domésticas y a la economía en general”.2

En el caso de Cuca, se refleja de manera elocuente cómo ella, con diversas armas intelectuales y en distintos ámbitos, impugnó el ejercicio de la política como “una fortaleza inexpugnable”3    sólo abierta para los varones y a la que no debían acceder las mujeres.

A partir de su experiencia en las filas de la Revolución, incursionó y se forjó en el activismo político con el ánimo de profundizar el movimiento popular surgido en 1910, integrándose en la dinámica sindicalista de influencia ácrata   y en el ala radical revolucionaria del Partido Socialista Michoacano (1917), que devino en su militancia comunista. Cuca fue fundadora del Partido Comunista Mexicano (PCM, 1919), adherido a la Tercera Internacional Comunista (IC, 1919), lo que le permitió establecer redes de sociabilidad que la acercaron al imaginario de conquistas del proletariado tras el triunfo de la Revolución Bolchevique (1917) y la alentaron para concretar la emancipación femenina. Su liderazgo en el Consejo Feminista Mexicano (CFM, 1919) –adherido al PCM- recogió las pautas del feminismo anarcosindicalista y el feminismo anglosajón. Sus fines se orientaron a resolver la problemática de las mujeres trabajadoras. Esa experiencia es un ejemplo de cómo las mujeres de izquierda amalgamaron el radicalismo de la Revolución mexicana con el bagaje comunista, exaltando la revolución mundial.

Cuca García rodeada de mujeres del pueblo a las afueras de la Clínica de Maternidad para la mujer trabajadora “Primero de Mayo” impulsada por ella, personal de enfermería y compañeras suyas del Frente Único Pro Derechos de la Mujer, Ciudad de México, circa 1936. Foto: Archivo General de la Nación de México/Fondo Fotográfico Enrique Díaz Delgado y García, caja 55/10.

Cuca García fue agente confidencial e intermediaria política del gobernador michoacano Francisco José Múgica Velázquez (1921-1922). La impronta de su acción desde abajo la habilitó como promotora y maestra rural en la región de Zitácuaro con la idea de reducir el analfabetismo y concretar un plan cultural y de higienización social, vinculándose al proyecto vasconcelista (1923). También intervino activamente en los congresos de mujeres en 1923 y 1925.

Fue cuadro dirigente en el Comité Central del PCM (1927), y residió en   la Unión Soviética (1929-1930) como miembro de la Comisión Mexicana del Secretariado Latinoamericano de la IC. A su regreso organizó el Departamento Femenil del PCM, con un programa en defensa de las trabajadoras. En los congresos nacionales de obreras y campesinas (1931 y 1933) dejó constancia de sus propuestas sociales; también en el congreso contra la prostitución (1934) y en el congreso socialista femenino de Pátzcuaro (1934).

En el marco de la política mundial de la IC en favor de los frentes populares unitarios, Refugio García encabezó en México una dirigencia colectiva, pronunciándose contra el imperialismo, el fascismo y la guerra, y redobló esfuerzos para promover a las mujeres, sobre todo a las obreras y campesinas. En ese contexto, fortalecido aún más por las reformas sociales del gobierno de Lázaro Cárdenas, surgió el Frente Único Pro Derechos de la Mujer (FUPDM) en 1935, del que Cuca fue Secretaria General. El FUPDM fue un disenso masivo que impulsó la ciudadanía femenina y la conciencia feminista. Incluyó demandas educativas, laborales, de  salud,  agrarias,  etcétera,  y pugnó  por el reconocimiento de los derechos civiles y políticos de los conglomerados femeniles en todo el país.

El precario sistema electoral, configurado desde el orden político masculino a través del Partido Nacional Revolucionario, desconoció el triunfo de Cuca García como diputada federal por el distrito de Uruapan (1937). La impugnación de ese desequilibrio político y de género se condensó en las luchas que ella encabezó para cuestionar la jerarquía masculina  y la Constitución  Política de 1917, la cual impedía a las mujeres acceder al sufragio y ser consideradas plenamente como ciudadanas.

Al defender sus posturas feministas e, incluso, al denunciar las desigualdades instigadas por los militantes y la propia dirigencia varonil del PCM, y sufridas por las propias comunistas al interior de su partido, Cuca debió dejar su larga militancia comunista (1940). En el inicio de la década de los cuarenta terminó por desaparecer el FUPDM, sin que el régimen cardenista hubiese concretado la reforma constitucional por el reconocimiento del sufragio, exigido por el accionar de grandes contingentes femeninos, que acabaron diluyéndose a lo largo de esos años.

En la movilización masiva impulsada por la Federación de Partidos del Pueblo Mexicano (FPPM), como la alternativa opositora al partido de Estado, se involucró directamente Cuca García,  y refrendó  el sufragio  femenino al frente de su Comisión Femenil (1950-1953). Los objetivos de la FPPM pretendían alcanzar el poder político en la sucesión presidencial de 1952, llevando como su candidato al general Miguel Henríquez Guzmán. Pero luego de la jornada electoral que reconoció el triunfo de Adolfo Ruiz Cortines, el candidato oficial, la oposición henriquista fue severamente reprimida y rápidamente suprimida. Se cerró entonces el ciclo político y feminista de Refugio García.

María del Refugio García Martínez murió sin ningún reconocimiento y en condiciones de miseria.

El rescate de su figura ha representado devolverle su identidad desvanecida y arrancarla de los sótanos pretéritos del poder masculino, para preservarla y recordarla inmersa en las incesantes proezas de las subversiones femeniles mexicanas de la primera mitad del siglo XX. A la vez, para revertir su ocultamiento que hasta hace muy poco la mostraba de manera mutilada y reducida, pues su figura histórica ha permanecido velada en la historiografía mexicana. 

 

 

 

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  1. Verónica Oikión Solano, Cuca García (1889-1973), por las causas de las mujeres y la revolución, prólogo de Mary Kay Vaughan, Zamora, El Colegio de Michoacán y El Colegio de San Luis, 2018, 480 p., ils.
  2. Sonya O. Rose, ¿Qué es historia de género?, traducción de Noelia Adánez González, Madrid, Alian- za Editorial, 2012, p. 21.
  3. Michelle Perrot, Mi historia de las mujeres, traducción de Mariana Saúl, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2009 (Sección de Obras de Historia), p. 187.