Verónica Oikión Solano / El Colegio de Michoacán, A.C.

 

Estas pinceladas biográficas son para dar visibilidad a Graciela Amador Sandoval (Zacatecas, 5 de abril de 1891 – Ciudad de México, 5 de octubre de 1961), mujer oscurecida en la historiografía mexicana, en particular, en los estudios sobre el comunismo en México, así como en las contribuciones sobre la cultura y las artes escénicas. Historiografía construida, en gran medida, desde las miradas de los historiadores varones.

El enfoque de historia social de las mujeres y de las relaciones de género, enmarcado en el giro biográfico, me permite explorar a una figura histórica ensombrecida por su estatus de mujer y por su matrimonio con el muralista David Alfaro Siqueiros.

Graciela Amador (llamada Gachita por sus padres desde la niñez) perteneció a una familia con acomodo económico. Hija de Josefa Sandoval y de un notable historiador liberal zacatecano, don Elías Amador. Durante su adolescencia, Gachita estudió composición musical con el renombrado maestro Manuel M. Ponce.

El 6 de enero de 1918 conoció a José Alfaro Siqueiros, amigo de su hermano Octavio, en medio de momentos fúnebres por el fallecimiento de su padre y su hermano Juan Neftalí. En su testimonio, Graciela cuenta que le impuso a su amado el nombre de David, con quien se casó el 5 de agosto de aquel año. Ambas familias se opusieron al matrimonio. Pero su estado de enamoramiento traspuso las repulsas y las objeciones familiares.

A inicios de los años veinte, Alfaro Siqueiros introdujo  a  Amador  en  los  círculos  del  arte revolucionario.  Esa  cohorte  de  jóvenes  artistas fundó el Sindicato de Obreros Técnicos, Pintores, Escultores y Grabadores Revolucionarios, en diciembre de 1922. Su órgano periodístico se denominó El Machete; su leyenda metafórica, que aparecía en su primera plana, fue de la autoría de Amador: “El machete sirve para cortar la caña, para abrir las veredas en los bosques umbríos, decapitar culebras, tronchar toda cizaña y humillar la soberbia de los ricos impíos”.

A mediados de 1925 El Machete se convirtió en el órgano periodístico del Partido Comunista Mexicano (sección mexicana de la Tercera Internacional Comunista).

Desde 1923, toda la cúpula del Sindicato se incorporó al PCM a instancias de la interacción sostenida con Rafael Carrillo y Rosendo Gómez Lorenzo, dirigentes del PCM. Amador, quien ingresó al PCM en 1924, desplegó sus dotes intelectuales en El Machete como escritora, cuentista y corridista. Empero, los historiadores varones sólo la mencionan en su calidad de administradora del periódico, tal como comenzó a aparecer a partir de agosto de 1924.

Graciela junto con Alfaro Siqueiros, se trasladó a Guadalajara en 1925, en donde realizaron un activismo sindical importante entre los mineros. Gachita se abocó a las mujeres de los trabajadores de las minas de Jalisco para inducirlas a la militancia comunista, concientizarlas y hacer de ellas, junto con sus esposos, hijos y hermanos, la vanguardia de la lucha del proletariado y las mensajeras de la nueva revolución social, mediante la formación de centros revolucionarios de mujeres, que ella misma auspició.

En 1928, Amador y Alfaro Siqueiros, en su calidad de delegados de la Confederación Obrera de Jalisco, se trasladaron a la Unión Soviética para asistir al IV Congreso de la Internacional Sindical Roja. Gachita llevó especialmente la representación de las agrupaciones femeninas jaliscienses y tuvo el privilegio de entablar un diálogo con Clara Zetkin, la gran lideresa comunista, internacionalista y feminista. Parte de su experiencia en la URSS, la volcó Gachita en un relato teatralizado titulado “En la Rusia Soviet. La Casa del Obrero”, exaltando las nuevas condiciones del pueblo ruso.

En aquel periodo, escribió alrededor de veinticinco relatos; algunos fueron confeccionados como piezas teatralizadas, con personajes que reproducían verdaderos dramas socialistas.

En tanto, su proyecto en pro del denominado “Niño Luchador”, ecial atención a la niñez proletaria, tuvo como objetivo construir un espacio de educación y emancipación social niñas y niños a partir del acuerdo de la Sección Mexicana del Socorro Rojo Internacional (organismo adherido a la Tercera Internacional para la protección de militantes comunistas perseguidos). Su experiencia en la URSS –al realizar un recorrido por las casas establecidas para el cuidado de la infancia- le dio incentivos para proponer la elevación social de las hijas e hijos de los proletarios y activistas acosados en México, que no tenían acceso a educación, vivienda y salud.

Luego de su ruptura amorosa propiciada por la infidelidad de Alfaro Siqueiros en 1929, Graciela abandonó inesperadamente su militancia comunista e inició sus labores como folklorista, acopiando y rescatando música popular, realizando una obra relevante e promoción de la cultura mexicana.

Seguidamente, su talento artístico la situó, como nera, al lado de un equipo de mentes brillantes y con sensibilidad artística, a la vanguardia del teatro guiñol ico en los años treinta, auspiciado por el gobierno de Lázaro Cárdenas; sus quehaceres resguardaron, fomentaron y divulgaron la cultura de la marioneta y el títere, con una extraordinaria función pedagógica. En 1934, encabezó su propio grupo teatral conocido como Teatro Periquillo o Periquito, realizando giras en la Ciudad de México y en distintos puntos del territorio nacional, incluso, en el estado de California, en Estados Unidos. Y puso en escena obras que se transmitieron en la televisión mexicana a principios de los años cincuenta.

Graciela Amador tuvo la convicción de que sus acciones contribuían a la construcción de un México menos desigual y en beneficio de las mayorías; encuadradas en dos imaginarios de lucha: el posrevolucionario y el comunista, cuyas simientes apuntaban al cambio y la revolución social.

 

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Principales fuentes consultadas:
El Machete, órgano periodístico del Partido Comunista Mexicano. Varios números de los años 1924 a 1930.
Graciela Amador, “Mi vida con Siqueiros: Graciela Amador narra su vida con el pintor. La historia de un amor vivido con intensidad (Primera parte)”, revista Hoy, núm. 575, México, febrero de 1948, pp. 70-71 y 114.
Graciela Amador, “Mi vida con Siqueiros: Graciela Amador narra su vida con el pintor. La historia de un amor vivido con intensidad (Segunda parte)”, revista Hoy, núm. 576, México, marzo de 1948, pp. 48-49 y 82.
Graciela Amador, “Mi vida con Siqueiros: Graciela Amador narra su vida con el pintor en forma apasionante (Tercera parte)”, revista Hoy, núm. 577, México, marzo de 1948, pp. 48-50 y 82.
Graciela Amador, “Mi vida con Siqueiros: Graciela Amador narra su vida con el pintor en forma apasionante (Cuarta y última parte)”, revista Hoy, núm. 578, México, marzo de 1948, pp. 48-50.