Carla Molina / Fotógrafa y cineasta

A pesar de las limitaciones de movilidad en la pandemia, las mujeres han salido a las calles a trabajar para mantener a su familia. Estos son los retratos y las miradas de quienes luchan.

En la zona 7 María Inés, de 65 años, desde una pequeña ventanita despacha con miedo a sus clientes. Su esposo se enfermó del corazón y ella es quien trabaja para mantener el hogar.

Fátima Margot Catalán tiene 64 años y para mantener a su familia vende comida y refacciones. Todas las mañanas sale a vender mangos para mantener a sus cuatro hijos.

La desalojaron de su casa, fue a denunciarlo a todos lados pero nadie la ayudó. María Magdalena viuda de Sian, tiene cuatro hijos y desde hace nueve vivía en la casa de donde la desalojaron porque se quedó sin trabajo; por esta situación tuvo que repartir a sus hijos con familiares y solo se quedó con su hija. Está vendiendo mascarillas para sobrevivir.

Hacen chicharrines y plataninas para vender en los semáforos. Como no hay ferias, no tienen trabajo. Ella nació y creció en una feria y ahí aprendió a ganarse la vida, tiene 22 años y una hija de dos. Ahora vive con su niña en una carpa porque no tienen a donde ir.