Ha pasado un año sin que el Congreso de la República elija a las y los nuevos integrantes de la Corte Suprema de Justicia y Cortes de Apelaciones. La consecuencia inmediata es el incumplimiento de los plazos establecidos en la Constitución. El efecto de fondo es la continuidad de la impunidad. En esta entrevista la investigadora Andrea Reyes profundiza en el tema.

Jody García / laCuerda

Fotografía: Plaza Pública

Andrea Reyes es abogada y notaria e investigadora de asuntos judiciales. Ha observado de cerca el proceso de elección de Cortes desde que las Comisiones de Postulación analizaban los expedientes de las y los aspirantes y hasta ahora, que en el Congreso confluyen intereses de distintos tipos para retrasar las votaciones.

laCuerda: ¿Qué está pasando con la elección de nuevas magistradas y magistrados?

El tema legal ya está agotado. Los amparos ya fueron resueltos y al Congreso solo le queda obedecer. El problema es que las bancadas mayoritarias tienen rupturas. Hay un pleito entre la bancada Todos y la oficialista. Además hay intereses de UCN en escoger a ciertos personajes porque se vienen casos contra ellos a partir de lo que pueda mencionar Mario Estrada en Estados Unidos.

¿En el congreso no hay elecciones por pleitos entre Vamos y Todos?

Si hace un año me preguntabas cuáles eran los temas prioritarios para el Congreso, el enemigo en común era frenar la lucha contra la corrupción y sacar a la CICIG. Ahora no tienen una agenda sino varias agendas y cada quién está velando por su propio proceso de impunidad.

¿Cómo se benefician de no elegir Cortes?

Si eligen ahora, los diputados no tienen ninguna garantía de que los magistrados les van a obedecer. Además, necesitan que algunos actores permanezcan en las Cortes sí o sí porque muchos de los juicios que veníamos arrastrando se encuentran en la fase final. Eso quiere decir que las apelaciones van a empezar a caer en estos días y necesitan a magistrados que estén dispuestos a liberar gente de forma descarada.

¿Es decir que ahora parece más conveniente quedarse con quienes ya estén porque tiene garantía de saber quiénes son y a quién responden?

Sí, además tienen alguna forma de apretarlos, de decirles que los elegirán después de darles apelaciones o amparos a su favor.

¿Por qué esto es más que un pleito entre el Congreso y operadores políticos?

Nosotros tenemos leyes y estas tienen una razón de ser, que las personas que están en el poder no se enquisten en él. ¿Qué pasa si esto empieza a pasar con otro tipo de jueces? Se está dañando la institucionalidad porque a nadie le va importar volver a hacerlo después. No tenemos garantías de que si ahora se pasan los plazos, más adelante no vayan a irrespetar las leyes para resolver cosas más graves.

¿Qué es lo que más le preocupa de esta crisis?

La pasividad de las personas. No sé si el mensaje no se ha terminado de entender. Por gusto fuimos a la Plaza (a manifestar) si después van a dejar ir (a los corruptos) porque no fuimos capaces de observar el proceso cómo se debía.