Las fuertes lluvias provocadas por la depresión tropical ETA están afectando a la mitad del territorio nacional. Se estima que la población más afectada será la que vive en situación de pobreza, sobre todo hogares liderados por mujeres.

Jody García /laCuerda

La depresión tropical ETA ingresó a Guatemala la tarde del miércoles 4 de noviembre y para este jueves ya se reportan derrumbes, deslizamientos, desborde de ríos, personas fallecidas y desaparecidas.

El mayor impacto de ETA se registra en Izabal y Alta Verapaz, según un reporte del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh), que también informa de fuertes lluvias y vientos en Petén, Quiché, Huehuetenango, Baja Verapaz, Chiquimula, Zacapa, Jalapa, Jutiapa, Santa Rosa, Chimaltenango y Guatemala.

Según el recuento de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED), a las 3 de la tarde de este jueves, 662 personas se encuentran albergadas en 18 centros ubicados Quiché, Alta Verapaz e Izabal. Por su parte, el presidente Alejandro Giammattei dijo que se reportan más de 50 fallecidos.

Durante la tarde del jueves CONRED registró 99 incidentes de inundaciones, deslizamientos y derrumbes, incluidos un caso en Chisec, Alta Verapaz y dos en Trigales y Pajales, Cunén, Quiché, donde tres niños y un adulto fallecieron. Además, se contabilizan 55 mil personas afectadas, 1 mil 801 personas evacuadas, 92 viviendas en riesgo y 442 casas con daños moderados.

También han sido evacuadas familias de Morales, Izabal, debido al desborde del río Motagua, que está en alerta por el incremento de su nivel de agua.

Destrucción de caminos

Sofía Letona, directora de Antigua al Rescate, una organización que ayuda a familias de Chiquimula y Jocotán que sufren de hambruna, desnutrición y escasez de alimentos, dijo que las fuertes lluvias han dejado aisladas a comunidades que ya se encuentran en situación de emergencia.

“El paso de Chiquimula para Camotán quedó bloqueado. El camino de Jocotán para La Palmilla también desapareció porque se desbordó un río. Los dos caminos que había para llegar a los puestos de salud están totalmente desechos”, relata Letona.

La obstrucción de los accesos a las comunidades aumenta el aislamiento en el que ya se encuentran, pues carecen de servicios básicos como agua y energía eléctrica, y cierra las posibilidades de que reciban víveres y servicios de salud.

“El Ministerio de Comunicaciones tiene que liberar los caminos”, señala Letona.

¿Qué se espera?

A corto plazo, el Insivumeh informa que continuarán las lluvias por las próximas 48 horas. También se esperan desprendimientos y deslizamientos de tierra en zonas montañosas ya que los suelos están totalmente saturados y no tienen capacidad de absorción.

Emilio Varillas, vocero del Insivumeh, dijo esta tarde que se prevén crecidas y desbordes de ríos y daños en la red vial. Esto ya está ocurriendo con el río Motagua y el río Polochic.

A mediano y largo plazo los estragos de la tormenta se verán reflejados más allá de las condiciones climáticas.

Andrea Ixchíu, periodista y defensora de derechos humanos, reportó que en el territorio Ch’orti’ debido a las inundaciones, hay pérdida de viviendas, cosechas, alimentos y animales, lo que anuncia una crisis alimentaria durante los próximos meses. En Xeucalvitiz, Nebaj, Quiché, integrantes de una familia están desaparecidos debido a un deslave.

Ante este panorama es notable la falta de presencia gubernamental en muchas comunidades, señala Ixchíu.

“No hubo ninguna alerta o previsión a las comunidades, no hubo un proceso preventivo de emergencia y hasta la fecha el apoyo ya sido más solidario y local entre vecinos, que han puesto a disposición hoteles y locales como albergues”, agrega.

Iván Aguilar, coordinador del Programa Humanitario de Oxfam Guatemala, es parte de un equipo que está monitoreando a ETA, dice que el impacto de la depresión tropical es similar al causado en 1998 durante el Huracán Mitch.

“No se puede decir que los daños son al mismo nivel pero sí estamos ante escenarios bastante parecidos, incluso en la misma región que fue afectada en 1998”, comparte con la laCuerda.

Las fuertes lluvias y los vientos de 45 kilómetros por hora, están azotando la Franja Transversal del Norte, una zona con altos índices de pobreza y pobreza extrema, con crisis por inseguridad alimentaria.

“La depresión afectará lugares donde se preveía una recuperación de la producción agrícola para el consumo familiar”, señala Aguilar y recuerda que en 2019 las cosechas de cientos de familias resultaron afectadas por la sequía. Este año, cuando empezaban a rescatarse, la lluvia está arrasando con ellas.

Entre la población que se verá más afectada por las lluvias e inundaciones, se encuentran las familias en situación de pobreza, de inseguridad alimentaria y desnutrición, especialmente los hogares rurales liderados por mujeres con poco acceso a recursos económicos, destaca el coordinador de Oxfam.

“Ese tipo de situaciones puede afectar a la niñez y eso los empuja a tener una situación más precaria”, enfatiza y concluye en que el gobierno debe destinar los fondos que no fueron ejecutados para la atención de la pandemia Covid-19 a las familias afectadas por ETA.