Menos oportunidad de estudiar, mayor desempleo y pobreza. Un estudio profundiza en las consecuencias que tiene el embarazo en niñas y adolescentes.

Jody García/laCuerda

El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) presentó un informe que analiza las consecuencias socioeconómicas del embarazo en adolescentes de Guatemala, Argentina, Colombia, Ecuador, México y Paraguay. En estos países cada año dan a luz alrededor de un millón y medio de adolescentes de entre 10 y 19 años. Conforman la segunda región del mundo con la tasa más alta de casos.

“Estos embarazos son consecuencia de la falta de información, el limitado acceso a métodos anticonceptivos y la violencia sexual y de género. Estos embarazos, que se podrían haber evitado, se traducen en menos oportunidades”, es una de las conclusiones del informe que fue presentado este 11 de noviembre.

En Guatemala, el Observatorio de Salud Sexual y Reproductiva (OSAR), contabiliza que entre enero y el 16 de septiembre de este 2020, se reportaron 77 mil 847 embarazos de niñas y adolescentes entre los 10 y 19 años. Los departamentos con más casos son Huehuetenango, Alta Verapaz, Quiché y Guatemala.

Ilustración: Diego Orellana

El embarazo en estas edades tiene consecuencias en la vida de las niñas y adolescentes que van más allá de la maternidad. Por eso, en este estudio, además de señalar dichas consecuencias se calcula el costo de oportunidad, es decir, los gastos asociados a la asistencia al embarazo en la adolescencia en diferentes dimensiones: educación, participación laboral, ingresos, salud y  sobre los ingresos fiscales no percibidos por impuestos, ya sean a nivel individual como de Estado.

En ese sentido, a nivel individual se señala que perjudica su futuro ya que suelen alcanzar menores niveles educativos, de inserción laboral y menores salarios, así como una carga alta de trabajo doméstico. Se estima que quienes fueron madres en la adolescencia tienen tres veces menos oportunidades de obtener un título universitario. En el caso de Guatemala, solo el 34% de las madres jóvenes termina la secundaria.

La falta de educación impacta de forma directa en sus ingresos económicos. La investigación de UNFPA señala que las mujeres que fueron madres a temprana edad ganan en promedio 24% menos que quienes fueron madres en la vida adulta, situación que las hace más propensas a caer en condiciones de pobreza.

La tasa de desempleo y los ingresos económicos golpean a las madres jóvenes. Según el estudio, a nivel regional las niñas y adolescentes que pasan por embarazos y dan a luz pierden la posibilidad de ganar $1,243 al año en comparación con una mujer que fue madre después de los 20 años. En Guatemala la pérdida anual de ingresos de quienes fueron madres en la niñez o adolescencia ascienden a Q 426,148,605 (aproximadamente $55,000,000), debido a sus brechas educativas. Además, se estima que la mayoría se dedica de forma exclusiva a tareas domésticas no remuneradas.

“Considerando a toda la población de mujeres de los países del estudio, se estima que el costo de oportunidad total de la actividad productiva representa, en promedio, el 0.29% del Producto Interno Bruto”, cita el informe.

A nivel estatal

El embarazo en la adolescencia también tiene implicaciones a niveles macro. UNFPA detalló que los Estados que son parte del informe, en 2018 dejaron de recaudar $746 millones 118 mil 322 por reducción de la carga tributaria, que equivale a $110 por cada mujer que experimentó un embarazo en la adolescencia.

En el caso de Guatemala, la disminución de la actividad laboral de las mujeres que fueron madres en la adolescencia y su consecuente pérdida de ingresos, genera que el Estado deja recaudar anualmente alrededor de Q148.05 millones (19.1 millones de dólares) por concepto de Impuesto al Valor Agregado (IVA) e Impuesto Sobre la Renta (ISR).

A eso se suman los gastos que se realizan por los servicios de atención pública en la gestación, parto y puerperio, que oscilan entre los $305 y $607 millones en los países que abarcó el estudio. Así mismo, el costo promedio de la atención del parto natural es de $679 y por cesárea $997.

Si bien es cierto que en algunos países los gastos recaen sobre los Estados, el estudio estima que el 81% del costo de oportunidad del embarazo en la adolescencia recae sobre las mujeres que fueron madres. En Guatemala la cifra exacta es del 84% en las niñas y adolescentes y 16% de parte de los gobiernos.

A los datos alarmantes se suman los efectos de la pandemia COVID-19, donde el confinamiento incrementó los riesgos de embarazos por abusos sexuales hacia niñas y adolescentes expuestas dentro del hogar. También supuso menores oportunidades para acceder a métodos anticonceptivos.

Se cuantifican alrededor de medio millón de embarazos adicionales por la pandemia, lo que ocasiona costos económicos de $606 millones.