Chibut es una aldea ubicada en el municipio de San Pedro Carchá, Alta Verapaz. Desde hace 35 días, 81 familias perdieron sus hogares y pertenencias debido a las tormentas Iota y Eta. Durante las últimas semanas han sobrevivido con el frijol y maíz que debía durar para todo un año. “Cuando se termine es probable que escuchemos de casos de muertes por desnutrición”, pronostica Mario Choc, líder comunitario. 

Kimberly López / laCuerda

La aldea Chibut está ubicada al menos a 40 kilómetros de Cobán, la cabecera de Alta Verapaz. Desde antes del paso de las tormentas tropicales ya era difícil llegar hasta esa comunidad. Sin embargo, durante el último mes el acceso se volvió casi imposible. Incluso las autoridades municipales y gubernamentales se han distanciado y dejaron de proporcionar ayuda a las 89 familias damnificadas. Todas conformadas, en promedio, por al menos cinco integrantes. 

La vía telefónica es la forma más fácil de tener información de las familias pues la comunidad entera quedó incomunicada y rodeada de una especie de laguna. Tras varios intentos, laCuerda logró comunicación con Mario Choc, uno de los líderes comunitarios. 

Las familias se alimentan de maíz, frijol y chile, de la cosecha reciente.

“No podemos sembrar nada, estamos rodeados de una especie de río, no hay nada con lo que nos podamos mantener”, relata Choc por llamada telefónica. 

Nadie responde al llamado  

En estas semanas, explica Choc, las familias han pedido la presencia de autoridades de la Municipalidad, Gobernación, Ministerio de Defensa y Centro de Gobierno. Sin embargo, nadie ha acudido al llamado. 

La población ha pedido el apoyo de las autoridades municipales para las 89 familias afectadas.

A pesar de ser una de las comunidades más afectadas, en todo este tiempo, las familias han recibido donativos solo dos veces. “Para nosotros no es posible salir de acá, estamos acorralados”, dice el líder. 

Por más de 30 días, la niñez, las mujeres y hombres han sobrevivido con escasas mudadas de ropa. Han permanecido albergados en algunas casas que lograron salvarse de la tormenta. “Hemos improvisado espacios para dormir, ahorita no estamos para pedir gustos, algunos duermen en el suelo, otros en unas bancas, tenemos unas estructuras sencillas con nylon y algunos parales”, detalla Choc. 

En medio de todo esto, la alimentación es el principal temor de la población. 

“Ya lo poco que tenemos se nos está terminando porque somos muchas familias. Una familia produce su cosecha para un año pero lo que era para un año se nos está terminando en un mes”, lamenta el representante de la comunidad.  

Por ahora las y los habitantes consumen alimentos hechos con maíz, frijol y chile. Pero cada día cuentan con menos recursos. 

Posibilidad de apoyo 

Ante la situación de las 89 familias incomunicadas y atrapadas por la acumulación de agua, las y los habitantes de Campur, una comunidad vecina, están realizando una colecta de víveres para trasladarlos a Chibut. 

Las y los habitantes quedaron aislados por la acumulación de agua.

“A todas aquellas personas, organizaciones y empresas que quieran colaborar con víveres, colchonetas, ropa, medicinas u otras cosas, pueden hacerlas llegar desde Campur, para que se puedan trasladar hasta la comunidad a puro mecapal, porque no hay de otra”, explica Erick Cu, vecino de Campur. 

Mientras tanto, el miércoles 9 de diciembre, se oficializó la creación del “Gabinete Específico de Reconstrucción por los Daños Causados por las Depresiones Tropicales Eta e Iota”. La instancia tendrá vigencia por un año a partir de esta fecha. El gabinete tendrá como objetivo coordinar las acciones enfocadas a mitigar y atender los daños de bienes y servicios derivado de los efectos de los fenómenos naturales recientes.