Han pasado dos años desde que un Tribunal emitió una sentencia por la muerte de tres estudiantes de la Universidad del Valle. El caso lleva dos años en impugnaciones. Este es el relato de la larga búsqueda de justicia que han llevado adelante las familias de Nahomy, Juan Carlos y Ángel.

Jody García/laCuerda

En junio de 2019, el Tribunal de Puerto Barrios, Izabal, condenó al biólogo Lemuel Valle, por el delito de homicidio culposo en la muerte de Nahomy Lara, Juan Carlos Velásquez y Ángel de León. En la misma sentencia, el juez Felicito Mazariegos ordenó a la mina Compañía Guatemalteca de Níquel (CGN) el pago de una indemnización de Q51 millones y libró de todo cargo a la Universidad del Valle de Guatemala (UVG).

Las familias de los jóvenes impugnaron en la Sala de Apelaciones de Izabal, instancia que tres meses después anuló la sentencia. A partir de eso, presentaron dos casaciones en la Corte Suprema de Justicia (CSJ), donde el caso ha pasado dos años.

Jahir González, abogado de las familias, explicó a laCuerda lo que significa que el caso haya “salido del territorio de la mina”, es decir, que el expediente ya no esté en Izabal y qué ha pasado en los últimos dos años.

«Al anular la sentencia, la Sala cometió una violación al procedimiento porque el delito de homicidio culposo fue probado en el juicio. Prueba hay. Hay suficiente documentación para vincular tanto a la mina como a la universidad y a Lemuel Valle”, dijo González.

Los dos recursos que presentaron contra la anulación de la sentencia, atacan dos puntos: uno de ellos es que la Sala de Apelaciones no conoció, ni aprobó, ni rechazó su impugnación contra el fallo que liberó de cargos a la UVG.

El segundo punto es que la Sala de Apelaciones, al anular la condena contra Lemuel Valle. le cambió el delito para decir que no cometió homicidio culposo y que no tuvo ninguna responsabilidad en la muerte de los estudiantes.

Entre la desesperanza y la lucha

Brenda Orellana, madre de Nahomy Lara; Carlos de León y Diana Palacios, padre y madre de Ángel de León; así como Mauricio Velásquez y Edna Marroquín, padre y madre de Juan Carlos Velásquez, llevan 9 años buscando justicia por la muerte de sus hijos e hija.

En el camino han envejecido, se han frustrado y también se han fortalecido para apoyar a otras familias que sufren lo mismo que ellos. Sin embargo, hay momentos en los que la respuesta del sistema de justicia los lleva a sentir desesperanza.

“Yo ya perdí la esperanza. Sigo adelante, pero ya no me complico. Me digo que mi hija ya está descansando. Aprendí a no guardar rencor ni odio porque eso a uno lo enferma. Eso es lo que siento. Ya no me mortifico si esto se pierde y se gana, pero todavía sigo”, dijo Brenda Orellana, quien a raíz de la muerte de su hija ha conocido y apoyado a otras personas que atraviesan el duelo por la pérdida de un ser querido.

Edna Marroquín, quien guarda luto desde la muerte de su hijo Juan Carlos, relató que su vida cambió totalmente hace nueve años y que aunque se siente cansada, continuará con la búsqueda de justicia.

“Yo sí sigo en la lucha, así no vea el final porque ya soy grande. Yo no voy a claudicar porque no es justo. Yo no voy a perdonar a quien o quienes mataron a mi hijo y voy a seguir esta lucha hasta que se termine. Yo sé que en Guatemala no hay justicia porque eso se nos ha demostrado, pero voy a seguir”, dijo a laCuerda.

Mauricio Velásquez, padre de Juan Carlos, relató que en estos nueve años se han enfrentado a injusticias y a manipulación del caso de parte de actores externos.

“Este fue un proceso viciado y es triste saber que se haya involucrado gente que no tiene nada que ver. Ahora esperamos que la gente de la Corte Suprema de Justicia sepa comprender que nuestra lucha va simplemente en la búsqueda de la verdad”, señaló.

Por su parte, Carlos de León, padre de Ángel, relató que en estos nueve años han conocido la forma corrupta en la que funciona el sistema de justicia de Guatemala.

“Hemos sido víctimas de la injusticia porque no se ha hecho justicia desde todo punto de vista. No logramos establecer la causa de por qué mataron a nuestros hijos. Lo que nos impulsa es saber la verdad. Somos víctimas de este sistema judicial corrompido y cooptado”, enfatizó.

Actualmente el Ministerio Público (MP) está llamando a rendir primera declaración a Arnoldo Font Nájera, ex catedrático de la UVG, quien estaba en la actividad en la que murieron los tres estudiantes.

Aunque ya fue citado a declarar, no se ha presentado argumentando que se encuentra fuera de Guatemala.