En medio de la pandemia, el gobierno ha descuidado el esquema nacional de vacunación.
Francelia Solano / laCuerda
Las y los niños han sido los grandes olvidados durante la pandemia, pues la desnutrición y deserción escolar van en aumento. Pero no solo su alimentación y educación han quedado de lado, sino también su salud: la niñez no está recibiendo sus vacunas a tiempo.
Según el monitoreo de cobertura de vacunación que realiza cada año la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), se proyecta que ninguna vacuna llegará al porcentaje de cobertura necesario para la inmunización de rebaño en niñas y niños.
Poca cobertura de vacunación
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) estima que la cobertura útil en la población infantil es del 95%. No es un número imposible, ya que en el pasado incluso se ha superado este número debido a la alta aceptación de la vacunación por parte de madres y padres de familia.
Para que los sistemas de salud alcancen el porcentaje requerido de vacunación, se espera que cada mes el Ministerio de Salud y Asistencia Social (MSPAS) avance un 8.33% en la inmunización. Pero según los datos de la Defensoría de la Salud de la PDH ninguna vacuna ha llegado al 50% de cobertura que debería llevar en este momento del año.
De enero a junio del 2021 la vacuna con más cobertura es la primera dosis de sarampión, rubéola y paperas, que ha alcanzado el 42%, es decir que la campaña de inmunización lleva un mes de retraso. Por otro lado, la vacuna del neumococo, es la menos aplicada, apenas lleva el 30%.
El promedio del avance en las 14 dosis del plan nacional de vacunación es de solamente el 37%. En esas dosis están incluidas Hepatitis B pediátrica, BCG, Polio, Pentavalente, Rotavirus, Neumococo; Sarampión, Rubéola y Paperas (SRP); Difteria, Tosferina y Tétanos (DPT) y Virus de Papiloma Humano (VPH).
Según Zulma Calderón, defensora de la salud de la PDH, “el año pasado no tuvimos coberturas útiles de vacunación y este año, de seguir así, la previsión nos indica que terminaremos con solo un 75% de cobertura”.
La vacuna del VPH
La importancia de la vacuna contra el Virus de Papiloma Humano (VPH) radica en que previene en las niñas 5 tipos de cáncer: de cuello uterino, garganta, vagina, vulva y ano.
Pese a la importancia, el gobierno no está siendo efectivo en la vacunación. Por ejemplo, el año pasado, a pesar de los cierres de los Centros de Salud y del miedo de la gente a contagiarse, el MSPAS logró vacunar a 401 mil niños y niñas contra el VPH. Este año, lejos de mejorar, las cifras han empeorado.
Hasta junio del 2021 se han vacunado a un total de 120 mil niñas, niños y adolescentes, es decir que cuando ha pasado la mitad del año han vacunado solamente el 30%. Otro dato alarmante es que 200 mil niñas y niños entre 9 y 14 años, edad en que corresponde la vacuna, aún no han recibido la primera dosis.
Para sumar a las falencias del gobierno, un lote de 250 mil dosis se vencen a principios del 2022, lo que significa que el gobierno debe duplicar la cantidad de infantes y adolescentes con vacuna administrada de sus últimos 6 meses para lograr que ninguna dosis se desperdicie. Pero no hay estrategias claras.
La inmunización contra la VPH es de suma importancia, tanto que en 2012 se interpuso un amparo ante la Corte de Constitucionalidad, el 4048-2012, para garantizar que esta vacuna llegue a la población meta.
Una epidemia es terrible, dos sería mortal
Las 14 dosis que se incluyen en el Esquema Nacional de Salud cubren 12 enfermedades prevenibles y algunas de ellas ya están erradicadas en el país. Sin la vacunación a tiempo es posible que surjan brotes de estas enfermedades.
Para Karin Slowing, doctora e investigadora social, el riesgo de otras epidemias se incrementa si no se vacuna a tiempo. Plantea que un escenario con una combinación como sarampión y Covid-19 sería mortal. Según la Organización Mundial de la Salud, 1 de cada 2 niñas o niños que no han recibido la vacuna pueden morir de sarampión. De hecho, las fuentes autorizadas coinciden en señalar que antes de que llegase la crisis sanitaria por coronavirus, en el mundo ya había una crisis de sarampión. Misma que aún no ha desaparecido.
Es un tema alarmante en un país donde 26 de cada 10 mil niños mueren y donde la mayor causa de muerte en edades de 1 a 4 años son enfermedades diarreicas y neumonías. Justamente dos vacunas del esquema de vacunación, la del neumococo y rotavirus, previenen estas enfermedades.
En 2014 el país pasó por la mayor crisis de desabastecimiento hospitalario en 20 años. Las coberturas de vacunación cayeron al suelo cuando en el país ya se había logrado un porcentaje óptimo de vacunación. Slowing señala que “intentar restablecer esto tomó más de dos años y ahora vino otra crisis”.
Pero este año no es del todo por falta de abastecimiento, de hecho la PDH denunció que el 9 de septiembre vencen 23 mil 410 dosis de la vacuna TD (Tétanos y difteria) y 5 mil 300 dosis contra el sarampión y la rubéola. Lo que sí falta es voluntad, según Slowing y Calderón.
Sistemas de salud descuidados
Según la organización Laboratorio de Datos, desde marzo del 2020, con el primer caso de Covid-19, el MSPAS solo ha aumentado el 7% de su personal. Para el economista especializado en la gestión del gasto público, Enrique Maldonado, esto solamente muestra que el ministerio no tiene “la capacidad de planificación y proyección para poder identificar cuánto personal necesitan”.
Para las tres personas expertas ésta es la razón por la cual la niñez ha dejado de ser vacunada.
El personal de segundo nivel, que son los centros y puestos de salud, ya no puede cumplir sus funciones, porque están realizando al menos 4 actividades más. Entre ellas, atender los centros de vacunación covid, los centros de salud, centros de pruebas covid y los centros de bienestar respiratorio de la municipalidad.
La organización Laboratorio de Datos calcula que para no descuidar las otras áreas de salud, el MSPAS debería contratar un mínimo de 5 mil personas adicionales dedicadas solo a la vacunación Covid-19. Para que luego de esto, dice Slowing, “pudieran quedarse para reforzar el programa de inmunizaciones una vez pase la crisis”.
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El presupuesto
La inmunización de la infancia está incluida en el Programa 14, de la prevención de la mortalidad de la niñez y de la desnutrición crónica. Este funciona con una cartilla de vacunación que contiene dosis para al menos 12 virus, que se distribuyen entre niños y niñas menores de 5 años.
Pero la ejecución de este programa ha sido baja, lo que de alguna forma explica su lento avance. A mediados de agosto apenas se había ejecutado el 44% de lo asignado.
Maldonado explica que la mayoría del presupuesto del programa va dirigido a la compra del medicamento, pero el gobierno ha sido un “pésimo” ejecutor. Ejemplifica la poca capacidad de este gobierno explicando que durante más de un año no han realizado una sola subasta inversa, a pesar de que permite ahorrar dinero.
Se espera que las vacunas Covid-19 para mayores de 12 años comiencen a ser colocadas en el primer trimestre del 2022. Mientras tanto la niñez pendula entre 12 enfermedades casi erradicadas que pueden tener un rebrote, un virus nuevo, un sistema de salud colapsado y un Ministerio de Salud que no procura mejorar sus condiciones.