La Fiscalía contra el Delito de Femicidio del Ministerio Público (MP) ha documentado de 2020 a la fecha, ocho casos de mujeres que han muerto tras someterse a una cirugía en su cuerpo. En algunos casos el MP tiene bajo sospecha posibles malas prácticas médica y hasta el momento ha procesado a dos médicos.

Mariela Castañón / laCuerda

Foto: Archivo Familiar

Era un día distinto para Gema Sagastume. Había esperado con emoción ese momento. Tendría una figura esbelta y una cintura pequeña. El 26 de diciembre de 2019, se levantó con una sonrisa en el rostro, la operación ya estaba programada. Mara López, su mamá, siempre la apoyó. La amaba, quería verla feliz y realizada. Ese día, ambas salieron rumbo a la clínica del doctor Nector Humberto Estrada Magariño.

Gema, la joven de 24 años, estaba frente a su sueño: la liposucción. En su infancia recibió presión de las maestras de ballet por tener una complexión diferente al resto de niñas extremadamente delgadas; de adulta laboraba en la visita médica donde el “cuerpo perfecto” es condicionante. Al mismo tiempo, Estrada le reafirmó que, aunque hiciera deporte, nunca tendría cintura por “tener cuerpo de hombre”.

Muerte inesperada

Aunque los únicos estudios que requirió Estrada antes de la operación de Gema fueron para determinar el nivel de sangre, Mara le pidió a su hija que visitara a otro médico para que identificara si existía alguna complicación en su salud. El resultado del diagnóstico previo a la cirugía fue: hipertensión severa en grado dos, por eso tomó medicamentos.

Gema entró al quirófano. Pasaron cinco horas y su madre sintió preocupación. Después de un buen rato, el médico salió del quirófano, se sentó cerca de Mara y le dijo: “Tuvimos un problema, Gema está muerta”. Según la investigación del MP, la joven murió por “infarto al miocardio”. Ella fue afectada por una “hemorragia extensa de tejido celular subcutáneo, del tórax anterior y abdomen”.

Al conocer la noticia, Mara sufrió una crisis nerviosa, gritó. Ingresó al quirófano. Gema tenía un color azul en la piel. Estaba en la camilla con una bata celeste, hinchada del cuello, los ojos, el estómago y la boca, “totalmente indefensa”. Estaba muerta. “Levantate, vámonos de aquí”, gritaba su madre incrédula. “La anestesista solo me decía: ‘hicimos lo que pudimos’”, explica Mara.

Mientras la abogada del centro médico llegaba al lugar, una de las enfermeras preguntó si la familia tenía servicio funerario para la sepultura; al mismo tiempo, el doctor a cargo redactaba el acta de defunción para trasladar el cuerpo a una funeraria, sin mayores explicaciones. La familia inmediatamente llamó a la Policía Nacional Civil (PNC), y los agentes, al identificar anomalías en el proceso, notificaron al MP. El caso fue judicializado y está bajo investigación de la Fiscalía contra el Delito de Femicidio.

Gema tenía 24 años cuando murió, trabajaba en un laboratorio. Estudiaba mercadotecnia y visita médica simultáneamente. Empezó a trabajar desde los 15 años para  colaborar en el hogar, su mamá enviudó joven y ella estaba consciente de la situación; quería ayudarla a sostener los gastos de la familia. Su último deseo era tener una cintura pequeña. Antes de ingresar al quirófano le dijo a su madre: “Ya no estoy nerviosa, cuando salga de aquí me voy a meter al box”. Para la intervención quirúrgica solicitó un extra financiamiento de 25 mil quetzales.

Estrada, un historial de denuncias

Estrada fue capturado por la PNC el 7 de noviembre de 2020 acusado por los delitos de homicidio culposo y usurpación de calidad. Los hallazgos de la investigación determinaron que la clínica no contaba con un banco de sangre, requisito fundamental que los hospitales deben cumplir para poder responder adecuadamente frente a una emergencia. Gema sufrió una hemorragia interna que no pudo ser controlada.

Inicialmente el MP cuestionó que Estrada no cumpliera con algunos requerimientos solicitados en su profesión, porque si bien es cierto que estudió una especialización de Cirugía Plástica en México, esto no lo tiene registrado en el Colegio de Médicos. Tampoco era colegiado activo, pero el juzgado determinó que en este caso eran responsabilidades administrativas que no se le podían reprochar penalmente, aunque para el MP esta información sí es relevante, al mismo tiempo que considera “negligencia” el hecho de que Estrada se retirara después del fallecimiento de Gema, en tanto debía quedarse en el lugar para dar declaraciones. 

Nector Humberto Estrada Magariño tiene cuatro denuncias en el MP, una por homicidio culposo en el caso de Gema y tres por lesiones culposas. A familiares de Gema les preocupa que otras mujeres puedan ser tratadas por Estrada, además cuestionan que el médico continúe ejerciendo, a pesar de las cuatro denuncias en su contra.

laCuerda se comunicó al Hospital de Día Médico Quirúrgico, para solicitar hablar con Estrada, la recepcionista informó que se encontraba en una operación y no podía atender la llamada. Hubo tres intentos de comunicación con el médico, pero al cierre de este reportaje no se obtuvo respuesta. El próximo 24 de marzo, está programada la audiencia de etapa intermedia por el caso de Gema.

Casos en investigación

Del 2020 a la fecha, el MP ha registrado ocho muertes de mujeres que se han sometido a una cirugía, y ha procesado a dos médicos por sospecha de malas prácticas. En las investigaciones se ha identificado que algunas víctimas mueren en el proceso de la intervención quirúrgica, pero en otros casos, después de ser operadas, como ocurrió con una joven en una clínica de la zona 11, que decidió someterse a una liposucción para extraer la grasa y colocársela en los glúteos. Después de 25 días sintió malestar, tuvo  una infección y murió.

Para el MP los casos donde la víctima muere después de una operación representan “un desafío”, porque mientras más tiempo pase, existen más dificultades para averiguar si la causa de muerte está relacionada con la intervención quirúrgica.

La violencia estética existe, pero no está tipificada en la legislación guatemalteca. En los casos donde se sospecha que hubo malas prácticas médicas, el MP ha imputado cargos como homicidio culposo y lesiones culposas. Para la abogada Stephanie Rodríguez, es necesario realizar un análisis integral para considerar si se debe reconocer la violencia estética como un tipo penal, que, en todo caso, debería tener una definición con elementos específicos.

Rodríguez agrega que en nuestra sociedad permea un sistema machista y patriarcal donde los roles de género se acentúan más, se exige a las mujeres una condición física,  una forma de vestirse y de comportarse. Los cambios serán posibles cuando “la educación llegue a toda la población”, reiteró la abogada.

En la página de Facebook “Somos tu voz Gema”, se lee: “Hace 2 años, cuando tenía 24, me sometí a un procedimiento estético por la presión de los estereotipos ideales femeninos que marcaron mi vida, desde muy pequeña. Aunque no sentencio las operaciones de ese tipo, ahora estoy segura de que no son necesarias”.