Como un desastre anunciado estamos viendo venir la total toma del Estado por las mafias que están llevando al país hacia un modelo de destrucción de dimensiones letales. Es tal su voracidad, que ignoran las consecuencias de su actuar, pretendiendo que no les va a llegar su sábado, como a todo coche.

Ante las previsibles consecuencias que desde ya padecen las mujeres, es menester que tomemos medidas preventivas y de cuidados. No es exagerado considerar que nuestras vidas se puedan ver afectadas cuando el sistema se rinde ante la impunidad. Por ello, observar nuestros entornos, evitar riesgos innecesarios y reforzar nuestra seguridad, son acciones para el presente, ahora. No olvidemos que los grupos que están hoy en el poder ven como enemigas a las organizaciones y personas que cuestionan su proceder.

En otro nivel, lo mismo podemos pensar en cuanto a los efectos del cambio climático. Sabemos que el agua de consumo humano ya es un bien escaso y monopolizado por las grandes empresas. El anuncio apocalíptico de las guerras del agua puede parecer exagerado, pero no estaría de más que implementáramos en nuestras viviendas y comunidades, sistemas de almacenamiento y protección del agua. Esto sólo como ejemplo, pero también es necesario reflexionar sobre la forma en que la corrupción afecta la vida cotidiana. Otro ejemplo son los productos farmacéuticos, más caros en Guatemala que en toda la región. Si por ese rumbo van a ir todos los insumos básicos, la crisis será fatal.

Y como lo que las feministas queremos es vivir en armonía, desarrollando nuestras potencias, disfrutando de la gente y de la naturaleza, persistimos en el empeño de construir desde ya y en todos los espacios, una propuesta de sociedad basada en una ética de respeto mutuo, de reconocimiento y equidad; en relaciones solidarias y justas en todos los ámbitos de la vida; estructuradas de manera que la humanidad no destruya más y que prevalezca el bien común.

Esta es una auténtica lucha continua y cotidiana, porque vivimos en un mundo patriarcal capitalista donde el racismo, el odio a la diversidad, los fundamentalismos y la impunidad predominan, perpetuando la violencia como única forma de sostenerse en la cúspide. No obstante, sabemos que los cambios ocurren, que si persistimos en las justas causas, tarde o temprano se alcanzan metas. No han sido en vano las luchas de las mujeres que nos dieron las claves para continuar ampliando nuestros horizontes.

Feministas en Guatemala estamos trabajando para regalarnos un espacio donde podamos fortalecernos en colectividad, por medio de discusiones, aprendizajes mutuos, apapachos, bailes, sueños compartidos. Los días 17, 18 y 19 de octubre en la ciudad de Guatemala, estaremos confluyendo mujeres de todos los territorios de Iximulew con la esperanza de dar entre todas otros pasos hacia la emancipación.