Libertad Sagüí Rian / Madre feminista, antropóloga y practicante de autodefensa feminista

 

Nosotras parimos, nosotras decidimos

La desigualdad de género marcó mi vida siendo adoctrinada como niña, los aretes de recién nacida, el rosa, servir, crecer insegura de mi cuerpa y aprender a ser linda para los otros. Las primeras nociones de feminismo las recibí de mi papá, cuando era adolescente, pero es hasta los 19 años que los feminismos llegaron para ayudarme a interpretar mis experiencias. En mi militancia feminista en ninguna ocasión alguien habló-debatió sobre la maternidad. Sí recuerdo que las compañeras de trabajo llegaban embarazadas, otras ya eran madres, algunas llegaban a los talleres con sus bebés y otras hablaban de sus hijxs durante los almuerzos, pero normalmente su rol de madres se quedaba en casa.

En ese momento no deseaba ser madre porque lo asociaba a la idea de sacrificio y frustración, mi reivindicación era por el derecho a no ser madre, a abortar y exigir información sobre derechos sexuales y reproductivos para las mujeres. Me negué rotundamente al mandato de ser madre por ser mujer, y pienso que tuve conductas materno-fóbicas, fui poco comprensiva de las necesidades de las madres.

Cuando una amiga se hace madre es con ella que me acerco a la experiencia de su maternidad feminista. En definitiva, interpela mi esquema de maternidad sacrificada, conservadora y hegemónica. Necesariamente, me hizo volver a ver a mi mamá, a las mujeres de mi familia, que son las personas-lugares donde construí y aprendí esa forma de maternar. Inevitablemente me sensibiliza, y en mí se abre un sentipensamiento por el deseo de hacerme mamá feminista. Pero es seis años después, en mis treinta, que me embarazo y decido continuar el proceso de gestación y la experiencia de maternar inicia en mi vida.

En una autoetnografía que realicé en mi primer puerperio, describo que esta etapa particular de la maternidad, constituye parte de la sexualidad y los derechos sexuales y reproductivos de algunas mujeres. El aprendizaje sobre las maternidades deviene no solo del entorno social, los medios de comunicación, sino de las experiencias de las mujeres de la familia, cada una vive su experiencia de manera diferente, y depende de factores como la condición económica, política, la edad, la identidad de género y orientación sexual, la identidad cultural, el deseo o la imposición de maternar.

Para Ester Vivas, autora de Mamá desobediente, la maternidad y todo lo que la rodea, como el embarazo, la infertilidad, el parto, el duelo gestacional, el puerperio, la crianza, son temas que a menudo quedan invisibilizados en el ámbito doméstico. Magdalena Sancho Moreno, académica y feminista, dice que las experiencias femeninas y entre ellas la maternidad, han sido minimizadas, despreciadas como secundarias y relegadas al ámbito femenino, doméstico y privado.

Ser madre ¿te hace una mala feminista?

Cuando me embaracé, todas las dudas e inseguridades afloraron, encontré poca información que me explicara desde los feminismos lo que sucedía con mi cuerpo, psique y experiencia social. La información encontrada prioriza la descripción sobre el desarrollo del embrión-feto-bebé, así como consejos para el cuidado del cuerpo gestante para el bienestar del bebé.

Me topé con el castigo y señalamiento de las feministas por decidir maternar, sentí la ausencia de amigas y la exclusión de actividades, lugares y horarios que no se acomodan a la maternidad y crianza, también me negaron trabajos por estar en gestación y ser madre, me topé con la desvalorización de mi trabajo de cuidado por parte de mi pareja. Entre la avalancha hormonal y emocional que conlleva el embarazo, parto, puerperio, me ayudó escribir y leer para explicar la profunda desigualdad que sentía.

Sancho Moreno hace un análisis sobre cómo la maternidad es un tema que se puede interpretar según las olas de pensamiento en el feminismo:

Los feminismos de la igualdad rechazan la maternidad, porque se ve como una servidumbre reproductiva y se reclama el derecho a no maternar como mandato social. La influencia de Simone de Beauvoir, el en El segundo sexo (1949) cuestiona la idea de la realización plena de la mujer mediante la experiencia de la maternidad, desmonta el mito del “instinto maternal” y lo interpreta como un instrumento de opresión. También reflexiona que el origen de la opresión de la mujer, son cuestiones culturales y está muy ligado al significado que se atribuye a la reproducción.

Los feminismos de la diferencia recuperan la maternidad.  Reconocen las características de las mujeres que habían sido invalidadas por el deseo de la igualdad. Se reconocen las formas de saber y conocer desde las mujeres. Se abre la interpretación de la maternidad como punto central de la división sexual del trabajo, que relega a las mujeres a la esfera doméstica de la sociedad y se ve la maternidad como elemento que organiza y reproduce las características diferenciales de los géneros, produciendo la desigualdad sexual.

Adrienne Rich, hace un análisis sobre la institución de la maternidad desde una perspectiva feminista, combinando su propia experiencia maternal: Of Woman Born: Motherhood as Experience and Institution (1986). En su obra desarrolla dos categorías sobre el ejercicio maternal: mothering o el maternaje, entendida como la experiencia empoderante y relación potencial de las mujeres con su capacidad reproductiva y sus criaturas; y motherhood o maternidad, entendida como la institución bajo el control y la dominación masculina.

Maternar desde los feminismos

Maternar es difícil en una estructura social, económica y cultural que por un lado enaltece a la madre de dios, promociona electrodomésticos para el día de la madre y por otro, desprecia a las madres tratándolas como sirvientas.

Necesitamos más feminismos que incorporen a las madres, el maternaje y la profundización sobre el trabajo de cuidado, porque aquéllos que no les incluyen, son feminismos liberales, que piensan que ser madre es una forma de “esclavitud” y porque la idea de libertad está asociada a la de independencia económica. Necesitamos más mujeres feministas que escriban sobre sus experiencias y la recuperación de su ejercicio maternal en sistemas colonialistas, capitalistas y patriarcales.

Para maternar con dignidad es necesario reconocer las iniciativas de las madres organizadas que han puesto el cuerpo para denunciar la violencia como las Madres de la Plaza de mayo en Argentina, Las Madres de Ciudad de Juárez en México y las Abuelas de Sepur Zarco en Guatemala.

Soy madre feminista de dos hijxs y decido maternar lejos de la idea del sacrificio y el mandato patriarcal.

 

 

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Bibliografía:

Sancho Moreno, Magadalena, De maternidad a maternaje, maternajes, feminismos y paces, Fórum de Recerca, España, 2016.

Vivas, Esther, Mamá desobediente, una mirada feminsita de la maternidad.

Podcast: Comadre