Lucía Escobar / Periodista 

La escritora, ensayista, catedrática universitaria e investigadora, Gloria Hernández (1960) acaba de ser reconocida con el Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias 2022. Desde su primera publicación de cuentos en 2002 con Sin señal de perdón, en una edición de autora, la escritora se ha dedicado principalmente a la literatura infanto-juvenil con más de 25 libros publicados. Es además, integrante de la Academia Guatemalteca de la Lengua.  La entrevistamos para conocer un poco más sobre su obra y su trabajo.

¿A qué edad te diste cuenta de que querías ser escritora?

En una sociedad donde muchas veces los roles de  mujeres y hombres son impuestos por la familia y la tradición, no contemplé la opción del cultivo del lenguaje sino hasta bastante tarde.  Fue cuando llegué a los talleres de cuento y poesía de Marco Antonio Flores, un pionero en la promoción de la escritura en los años noventa, que pensé en esa ruta de vida como posibilidad. Y bueno, tenía ya unos 38 años.

¿Qué significa ser integrante de la Academia Guatemalteca de la Lengua? 

Siento y asumo una gran responsabilidad, en primer lugar, con los maestros que me propusieron para este honroso cargo: el escritor Premio Nacional de Literatura Mario Alberto Carrera, mi querido catedrático en la escuela de letras en la USAC y el poeta, y también Premio Nacional, Francisco Morales Santos. Ambos con una trayectoria impecable y una pasión por la palabra que me transmitieron en sus clases y en sus obras. Me siento comprometida con una institución que vela porque no nos distraigamos en modas, políticas o ideologías y que los hispanohablantes tomemos conciencia de la importancia del uso óptimo de nuestro idioma español para defender las causas realmente importantes, como la discriminación contra la mujer, los niños, los adultos mayores y otros grupos en riesgo permanente de exclusión.

¿Qué es la literatura infantil?

Es el arte dedicado a los niños.Y aunque pueda parecer una visión simplista, no lo es.  Algunas personas, cada vez más pocas afortunadamente, consideran que este género no es necesario porque se formaron leyendo los periódicos o los libros serios en las bibliotecas de sus padres. Y eso está muy bien. Estuvo bien para ellos, porque se convirtieron en adultos responsables. Pienso a menudo qué hubiera sido de ellos si, además, hubieran leído a Michael Ende, a Beatrix Potter o a Roald Dahl…  Más allá de los conceptos, para mí, la literatura infantil es pura alegría.

¿Qué tan difícil es escribir para la juventud? 

La dificultad al escribir resulta mayor cuando tienes en la mente a un lector joven cuya curiosidad por el mundo lo lleva a explorar muchas cosas a la vez; es muy posible que su atención se pierda, si no consigues motivarla completamente.  A menudo escucho opiniones un poco ingenuas y desdeñosas, en la línea de que se escribe para niños, porque no se pudo con el lector formal, refiriéndose al lector adulto.Nada más desorientado que esas afirmaciones.  Muchos de los escritores clásicos incursionaron en el género y lo tomaron en cuenta, a pesar del reto que representa su interlocutor ideal.  Virginia Woolf, Miguel Ángel Asturias, Rabindranath Tagore, Gabriela Mistral, José Martí y tantos otros de mis héroes literarios no desatendieron la literatura infantil, acaso inspirados en el recuerdo del placer de sus lecturas en la infancia.  

¿Cómo es tu proceso creativo? 

Todo inicia con una idea pequeña motivada por la observación de mi entorno. Una frase escuchada por casualidad, una escena observada en la calle, una canción, un sentimiento generado por la lectura de algún poema. Luego, muchas veces, de tanto pensar en ella, la termino soñando con un detalle que me sobrecoge. Y es que tengo sueños muy vívidos. Es entonces cuando me despierto y escribo lo soñado en mi cuaderno y lo voy completando a lo largo de varios días. Hago dibujos. Lo vuelvo a escribir. De la intensidad del sueño, del horror, de la emoción o de su alegría, creo que depende muchas veces la ruta que esa idea inicial va a tomar, incluso su género.  

¿Qué es lo que más disfrutas del proceso de escribir? 

El oficio en soledad, el empeño diario. A la hora de escribir, busco cada palabra, su significado, sus sinónimos; la estructura de las oraciones, su ritmo, sus cadencias y su impacto en la lectura; reviso su efecto en mí, muchos días después, para comprobar que aún sea el que me propuse inicialmente. Y luego, en una etapa final, encontrarme con las personas que han leído lo publicado.Suslecturas resultan sorprendentes, inusitadas y me dan noticias de mí misma con sus miradas acuciosas.

¿Qué sentiste al recibir el premio nacional de literatura 2022? 

Una incredulidad total, mucha sorpresa. Quizá la lección más importante a nivel personal fue la de creer más en mí misma y reconocer que mi trabajo comparte la pasión y la dedicación que revela la obra de los otros escritores propuestos y a quienes, sin duda alguna, les llegará este reconocimiento. Este premio conlleva otro, más hermoso aún: la respuesta de los míos y la certeza de que no me he equivocado en la elección de mis amigos, a quienes yo llamo mi familia del corazón.  Muchos se han alegrado por mí y conmigo. Casi todos los candidatos propuestos me demostraron la nobleza de sus espíritus en saludos y parabienes que atesoro en mi corazón y esta es una buena señal.