Lucía Escobar / Periodista

Comunidad Tz’unun Ya’ es un colectivo conformado por personas de San Pedro la Laguna y mujeres organizadas.  Recientemente realizaron un performance en la ciudad de Guatemala para protestar por la contaminación del lago de Atitlán. Su trabajo y propuestas no son nuevas. Desde hace varios años han formulado soluciones a favor del medio ambiente. Ahora sienten que esto no es suficiente y exigen nuevas leyes y que los empresarios asuman parte de la solución. 

En el Día internacional contra el cambio climático, unas 80 personas de San Pedro la Laguna y algunas de San Lucas Tolimán, se organizaron para realizar una inusual protesta que les llevó a la Cámara de Industria y al Congreso de la República. En un acto simbólico devolvieron plásticos y basura que han recogido en jornadas de limpieza y que consideran, no les corresponde tratarla. Lo hicieron inspirados en una obra visual de Manuel Chavajay en donde se ve a un abuelo indígena cargando con un mecapal al Banco de Guatemala. 

Un problema que viene de atrás

La contaminación del lago de Atitlán se ha agudizado en los últimos años. Pero esta situación ha permitido la organización comunitaria a favor del medio ambiente. Después del florecimiento de la cianobacteria en 2009, un grupo de mujeres alertó sobre la mancha verde en el lago. Ellas se organizaron por 13 sectores para limpiar las orillas de la playa de manera mensual. Lo han hecho durante años sin recibir ninguna retribución económica por su trabajo. 

Este 2022 se han aliado con el Comunidad Tz’unun Ya’ para hacer acciones de limpieza en conjunto. Son más de 360 personas las que participan y el 90 por ciento son mujeres, pero también hay pescadores. Nicolás Tumux, representante de los pescadores, comenta que sacan entre 600 y 700 costales de basura al mes. 

Estos 13 grupos organizan entre 14 a 16 jornadas de limpieza al año y participan en otras dos de la Municipalidad de San Pedro La Laguna. Este ayuntamiento contabilizó unos tres mil quintales de plástico PET que se procesan al año en la planta de tratamiento que se ubica en el municipio y en la que invierte alrededor de dos millones de quetzales anuales y para el 2023 tienen previsto ampliarla con una inversión de tres millones 700 mil quetzales. 

No al Popoférico 

Pero los desechos plásticos no son la única amenaza que sufre el lago de Atitlán. También las aguas negras y grises de hoteles, restaurante y casas particulares van a caer a este manto de agua del que dependen varias comunidades. Ante esta situación, la organización Amigos del Lago propuso la creación de un mega colector que junte y saque estas aguas del lago. Sin embargo, los pueblos indígenas que viven ahí no están de acuerdo con esa propuesta.

En 2017 se junta un grupo de personas para oponerse a la creación del mega colector y en defensa del territorio y del lago. Esa oposición los hizo buscar propuestas de solución a cada una de las causales de contaminación en la región.  Es así, como el colectivo Tz’unun Ya’ se forma y desde ese momento realizan talleres, foros, diálogos, videos informativos, de análisis, y jornadas de limpieza en coordinación con los grupos de mujeres. Además, han interpuesto acciones legales ante distintos órganos jurisdiccionales en materia de derechos humanos. En 2019 interpusieron una acción de amparo ante la Corte de Constitucionalidad por la posible violación al derecho de consulta establecido en el Convenio 169. “Nuestra postura sigue siendo la misma. No podemos pensar en la privatización de los servicios de agua y saneamiento porque son un derecho humano” afirma Nancy González, coordinadora del colectivo, y agrega: “Aportamos en la revitalización del lago con propuestas basadas en los derechos humanos, los derechos de la naturaleza y sin obviar el conocimiento milenario de los pueblos que han habitado la cuenca de Atitlán”. 

Tu industria, tu basura*

San Pedro la Laguna, fue el primer municipio en todo el país en tomar acciones legales contra el desbordante problema de la basura no orgánica. Aprobaron el Acuerdo municipal 111-2016 que prohíbe el uso de plástico de un solo uso. Al principio la gente tomó consciencia y volvieron a retomar costumbres como llevar una bolsa de tela para el pan o servilleta para las tortillas, o el uso de la hoja de maxán para envolver y de tuppers para los granos. En las ventas de comida, se dejó por un tiempo el duroport y se volvió a los platos lavables. 

Aunque el Acuerdo 111-2016 sigue vigente, actualmente no todos lo están respetando porque la pandemia del covid-19 causó retrocesos en su cumplimiento por las medidas sanitarias que se impusieron. 

Nancy González afirma que el plástico de un solo uso es muy nocivo para el lago y éste se ha convertido en un tiradero de tóxicos de desechos hospitalarios y de plaguicidas. Esta situación pone en riesgo la salud humana y ambiental con un gran impacto ecológico. “Una de las propuestas que nosotros tenemos, es que la municipalidad emita un nuevo acuerdo para prohibir el ingreso de PET al municipio y que las empresas que entren con sus productos plásticos puedan llevárselos y tratar su basura. Las empresas deben asumir los costos dentro de su producción o que modernicen el envasado de sus productos. Ya no podemos seguir maquillando el deterioro y menos con propuestas que se dirigen a exigirle a las poblaciones todos los compromisos económicos para reparar los problemas que ellos no han creado en absoluto. Es necesario elevar la responsabilidad a un eslabón superior en la cadena de producción. No podemos seguir simplificando la complejidad con grandes inversiones en la reclasificación de desechos sólidos y sacrificando zonas de ecosistemas únicos para convertirlos en vertederos para satisfacer solamente mandatos técnicos sin consulta a los pueblos indígenas. La propuesta es de saneamiento y no debería convertirse en factor de ganancias para la propia industria que contamina” afirma la coordinadora. 

·       Ninoshka López, bióloga de la Universidad del Valle de Guatemala evidenció en 2018 que el lago está contaminado en un 70 por ciento por partículas de micro plástico. 

·       En 2015 el doctor Alfonso Romero estimaba que se habían retirado unos 4 mil envases de pesticidas del río San Francisco que desemboca en el lago.

 

*Consigna cantada en la manifestación.

Información y foto: Comunidad Tz’unun Ya’