Norma Sancir / periodista

“Nosotros no pedimos matrimonios igualitarios, lo que queremos es permanecer con vida”, expresa Jorge López Sologaistoa, activista por los derechos humanos de las comunidades de la diversidad sexual y de género. 

Las recientes elecciones en Guatemala han tenido un giro inesperado, los partidos políticos que participaron esperaban acceder a los cargos públicos con los votos de sus simpatizantes. Según datos preliminares del Tribunal Supremo Electoral (TSE) dos partidos (UNE y Semilla) llegaron a la segunda vuelta electoral.  Sin embargo, los resultados no fueron oficializados como correspondía, debido a las acciones jurídicas interpuestas por partidos políticos, insinuando fraude. La Corte de Constitucionalidad (CC) resolvió un amparo provisional en contra del Tribunal Supremo Electoral y mandó a que se realicen audiencias para revisión de actas, deteniendo la información oficial. 

Los 30 partidos inscritos, diferentes sectores de la sociedad civil y la población en general reaccionaron expresando su opinión en los medios de comunicación y redes sociales, generado información, desinformación, campañas y declaraciones de partidos políticos y sectores religiosos sobre la familia, la homosexualidad y el matrimonio igualitario, las agendas globales y el fantasma del comunismo. 

Foto: Norma Sancir

Jorge López Sologaistoa, con una trayectoria de 30 años en promover los derechos en favor de la diversidad y la igualdad en la población, actualmente director de OASIS, organización que promueve y defiende los derechos de las comunidades de la diversidad sexual y de género, indica que el discurso homofóbico sobre los matrimonios igualitarios no es nada nuevo, “los sectores del poder político usan la diversidad sexual como instrumento de división”.   

Según él, las desigualdades sociales en Guatemala han existido desde antes del conflicto armado; con la firma de los acuerdos de paz se esperaba que ya no hubiera gobiernos dictatoriales y que aumentara la participación ciudadana, pero no fue así, los problemas estructurales, la desigualdad y la pobreza aún existen en la población.  En relación con la situación actual afirma: “Este fue un proceso electoral donde los partidos políticos no representan a sus bases comunitarias, no hay democracia, representan a grupos de personas corruptas, quienes quieren tomar el poder administrativo del país, no pretenden cumplir planes de gobierno y luchar en contra de los problemas sociales”. 

Considera que hay que conocer la historia del país y sus diversas etapas políticas para comprender las recientes elecciones; indica que hubo pequeños avances con la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) al juzgar a personas involucradas en casos de corrupción, pero que hay un poder económico que se siente en riesgo y ha implementado estrategias para seguir en el poder, una de ellas es hacer uso de la diversidad sexual para desacreditar a sus adversarios. 

Ilustración: Archivo La Cuerda

En este sentido, Pilar Salazar, periodista, comunicadora y antropóloga, indica que un país conservador como Guatemala está siendo utilizado por los partidos conservadores y corruptos que siguen en el poder,  difundiendo a través de netcenters  y colocando en la opinión pública  advertencias  sobre un establecimiento del comunismo, el matrimonio igualitario y la agenda 2030 de Desarrollo Sostenible,  “uno de cuyos objetivos es alcanzar  una prosperidad que sea de forma respetuosa con el planeta y sus habitantes, tema enfocado en el cambio climático, que no tiene nada que ver con otro enfoque.”

Según el Observatorio Nacional de Derechos Humanos LGTBIQ+, en lo que va del año 2023 ya se registraron 17 muertes violentas de personas de la diversidad, siendo el semestre más violento desde 2020. En el año 1997 María Conchita una mujer trans asociada de OASIS fue ejecutada por dos soldados del ejército de Guatemala. López Sologaistoa precisa: “Lo que nosotros pedimos es que nos dejen de matar, es una lucha de sobrevivencia y tener medicina, nuestra prioridad no son matrimonios igualitarios, no queremos tirar ramos”, agrega que respeta las creencias y la fe de la población, sin embargo, los gobiernos corruptos han utilizado la religión para manipular, como lo hizo el presidente Alejandro Giammattei cuando nombro a Guatemala como capital provida de Iberoamérica. 

Foto: Norma Sancir

Continúa explicando que la persecución, criminalización y muerte han sido orquestadas por políticos a través de las iglesias. Se ha utilizado a la comunidad LGTBI como instrumentos para dividir a la población. Su discurso está enfocado en sus intereses empresariales, sin importar la muerte y los asesinatos de la diversidad sexual. En las recientes elecciones, partidos políticos y sectores religiosos usaron el discurso de odio en contra de la diversidad sexual.

Por su parte, Salazar indica que las demandas enfocadas en los derechos humanos de la diversidad sexual se dirigen a la salud integral con un enfoque de pertinencia, sobre todo en el caso de las personas trans que “han muerto por desinterés e irresponsabilidad de parte del sistema de salud estatal”. Los crímenes por prejuicios y odio son otra preocupación de la diversidad sexual, según ella “no existen leyes que condenen el agravante de homicidio por odio y prejuicio; hay una propuesta de ley del 2019 hecha por la exdiputada Sandra Morán, que fue engavetada por el congreso”. 

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Indica que no existe la figura legal de transfemicidio, “también las personas trans necesitamos una ley de identidad integral de género que reconozca jurídicamente y socialmente a las personas, como ciudadanos y ciudadanas, a las personas no binarias con el género con el que nos asumimos en nuestra vida y no con el que nos han asignado el sistema”.  Concluye que para la comunidad de la diversidad no es prioritario el matrimonio igualitario, hay otras necesidades más urgentes y básicas para la vida.   

Por otro lado, el director de OASIS refiere que los temas importantes que hay que discutir son: las niñas siendo madres, los altos índices de desnutrición, la necesidad de implementar un sistema educativo donde la juventud conozca la historia de Guatemala.  Concluye diciendo: “Lo que pedimos es que se nos respete como seres humanos, que no nos utilicen como instrumentos de división, que no fomenten el discurso de odio, el machismo y la transfobia”