Mélina Nantel / La Cuerda

El 20 de agosto pasado, Karin Herrera fue elegida como la nueva vicepresidenta de Guatemala. Con una formación como química bióloga y más de tres décadas de experiencia en investigación y docencia, ha trascendido desde el ámbito académico hasta la política. Será la segunda vicepresidenta mujer en la historia del país. En esta entrevista exploramos su infancia en tiempos tumultuosos, su compromiso con el feminismo y su motivación para involucrarse en la política universitaria y gubernamental.

Karin Herrera creció en Guatemala durante el conflicto armado. Mantuvo su enfoque en la educación y la ciencia, obteniendo su título de bióloga química en 1991. Aunque no se identifica como activista, está comprometida con el feminismo a través de sus investigaciones y de su involucramiento político.

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¿Podría compartir cómo fue su infancia y cómo influyó el contexto del conflicto armado en su desarrollo y posterior interés por la ciencia?

En mi infancia mi mamá siempre procuró que tuviéramos un jardín lleno de diferentes plantas, la visita a lugares con mucha naturaleza y particularmente me gustaba mucho la observación de las hormigas, los pajaritos que llegaban al jardín, acostarme sobre el techo de mi casa y ver el movimiento de las nubes o sobre la grama para ver las ramas y hojas de los árboles, era capaz de pasar mucho tiempo solo observando. Me encantaba ir a los museos.

El conflicto armado me planteó el deseo de investigar no sólo lo que expresaba una de las partes, sino la otra parte y formar mi propia opinión al respecto. Aunque la misma no coincidiera, por ejemplo, con la de mi mamá. El conflicto armado me permitió darme cuenta de la injusticia social y de la necesidad de buscar soluciones para reducir las brechas que separan algunos segmentos de la población de mejores condiciones de vida. Y esas soluciones se pueden encontrar desde la ciencia. También a través de los avances de la ciencia, varias familias han logrado encontrar a sus seres queridos desaparecidos varios años y décadas después.

En 2015 decidió involucrarse en la vida política universitaria. ¿Cuáles fueron las razones detrás de esta decisión y cómo superó las barreras o miedos que pudieron haber surgido en ese momento?

Decidí involucrarme en política universitaria por la coyuntura nacional en ese momento, que mostraba un gran deterioro del Estado (corrupción) y del ejercicio de la política con ética, así como por la participación del movimiento estudiantil de la universidad pública en ese tiempo y como docente universitaria no podía quedarme sólo como espectadora, tenía que dar ese paso al frente e involucrarme.

Considero que mi determinación y anhelo de lograr un cambio en la universidad, me ayudó a superar los comentarios negativos que trataban de desmotivar mi participación. La convicción de la necesidad de no dejar de luchar por recuperar lo perdido hasta ese momento en la universidad pública, me hizo perseverar aun sin todo el apoyo que se requiere para lograr más victorias y avance contra el sistema que prevalece.

Mi deseo por aportar un granito de arena para el cambio, me hizo sobreponerme a las burlas, comentarios negativos o bloqueos que varias veces me impidieron tener una mayor participación en espacios de aportes y de mayor impacto.

Tanto en 2015 como en 2021 y ahora en 2023, fue elegida para roles importantes en el ámbito académico y político. ¿Por qué considera importante su participación en instancias de toma de decisiones, especialmente como mujer científica?

Para mostrar a otras mujeres y jóvenes que se puede participar aunque no se haya estudiado política o se tenga una percepción negativa del ejercicio político, y principalmente si se tiene preocupación por el gran deterioro del Estado, y la falta de atención a las necesidades de las mujeres. Por tal motivo, es indispensable involucrarnos si queremos cambiar o volver a motivar la esperanza en lograr mejores condiciones de vida y de la atención a los derechos de otras personas.

Considero que quizá participando desde otras perspectivas, de manera diferente, con compromiso y voluntad de servicio y sin los modelos políticos tradicionales, podríamos lograr resultados diferentes, que permitan reconstruir el Estado y avanzar paso a paso hacia el desarrollo integral tan anhelado que tenemos pendiente desde hace varias décadas. Y la falta de desarrollo nos afecta y limita a toda la población.

Foto: Ana Cofiño

Usted se considera feminista. ¿Podría explicar cómo se manifiesta su feminismo en su vida y trabajo como científica y líder? 

Considero que lo manifiesto al apoyar a otras mujeres a lograr continuar sus estudios, para ingresar a la Universidad, cuando las apoyo para lograr una meta o un proyecto, cuando motivo a otras jóvenes estudiantes a continuar, a no desmayar, cuando incluyo en mis equipos de trabajo a otras mujeres jóvenes, cuando decido dar oportunidades que me solicitan a pesar de las adversidades. Puedo mencionar como ejemplos que fui electora estudiantil de la primera Decana electa en la USAC, cuando ella ganó, sentí esa victoria como un logro propio, apoyé a una de las primeras mujeres que se postuló para Rectora de la USAC. Me gusta apoyar a las lideresas estudiantiles aunque respetando las formas. Me gusta hacer cosas que no se han hecho antes en investigación nacional que motiven a otras para hacerlo.

Usted tiene un profundo conocimiento de las barreras y desafíos que enfrentan las mujeres en la búsqueda de roles de liderazgo. ¿Podría compartir algunas de estas barreras y cómo cree que pueden superarse? 

Una es la falta de credibilidad y confianza en otras mujeres, el error de una mujer es observado con una gran lupa. Por ejemplo, en la unidad académica en la que he trabajado, con más de 100 años de existencia y aproximadamente un 70 por ciento de la población estudiantil son mujeres. Y en las elecciones de Decano (a) para un período de cuatro años, la mayoría han sido hombres y sólo dos mujeres. Considero que es algo cultural, aunque es importante señalar que las mujeres muchas veces tenemos que tomar decisiones que podrían calificarse de poco o muy difíciles por nuestras familias y todas las responsabilidades que esto representa. Y en los procesos electorales se presenta como más fácil decidir el voto por un hombre que por una mujer, a veces se conocen descalificaciones o expresiones de poca confianza. Para superarlo, las mujeres no favorecidas o propuestas, por el sistema imperante desfavorable, debemos participar aun con miedo, con valentía frente a la agresión y adversidad y con gran capacidad de resiliencia frente a la oposición. Poco a poco el electorado se acostumbrará a ir eligiendo opciones que ofrecen una manera diferente de hacer las cosas.

¿Puede mencionar a algunas mujeres científicas que hayan tenido un impacto significativo en su vida y que hayan influido en su carrera científica? 

Ivonne Sommerkamp, la primera mujer científica guatemalteca que confió en darme la oportunidad de realizar el primer estudio etnomicológico en Guatemala a través de mi tesis de pregrado. Además, me invitó a participar en las Exposiciones Nacionales de Hongos. A las doctoras Margarit Dix y Anne Dix ambas me dieron la oportunidad de proponer a través de mi tesis de maestría un componente microbiológico en el proyecto que presentaron para desarrollar en la cuenca del Polochic y lago de Izabal. A la M.Sc. Olga Torres, una Química Bióloga que ha realizado importantes investigaciones en el país, un ejemplo a seguir. A Heidi Logemann la admiro por su gran dedicación a la Micología, un gran referente para numerosas colegas. A todas ellas me permito expresar mi agradecimiento por todo lo aprendido.

En cuanto a la promoción de la participación de las mujeres en la ciencia, ¿cuáles estrategias o iniciativas ha encontrado más efectivas para inspirar a más mujeres a seguir carreras científicas? 

Considero importante la divulgación de los resultados de investigación en espacios con jóvenes estudiantes universitarias o en estudios de secundaria y diversificado. La organización de conversatorios abiertos con científicas guatemaltecas que están laborando en el país y en el exterior. El intercambio o pasantías con grupos de investigación que incluyan a mujeres científicas. La propuesta de algún tipo de incentivo dentro de un proyecto de investigación por la inclusión de jóvenes investigadoras en formación o pasantías para jóvenes investigadoras dentro de los proyectos. Promoción de ferias científicas para las jóvenes estudiantes en formación para la presentación de sus ideas creativas e incluir el reconocimiento a las ideas que tengan las mayores posibilidades de desarrollo. Y no puede faltar una mayor promoción de las carreras STEM.

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¿Podría proporcionar ejemplos de investigaciones científicas ue se centren en cuestiones relacionadas con las mujeres, la salud de las mujeres o temas pertinentes? 

Los diferentes estudios sobre los embarazos en adolescentes en el país. Y los estudios relacionados con la importancia del acceso al agua potable y saneamiento ambiental para prevenir la desnutrición. Por ejemplo, en municipios como Camotán y Jocotán, con altos porcentajes de desnutrición, se han realizado seminarios de investigación para determinar la calidad del agua para consumo humano. En estos municipios se ha registrado la muerte de menores de edad por desnutrición.

Finalmente, ¿cómo definen sus propias investigaciones científicas y de qué manera contribuyen o se relacionan con temas que afectan a las mujeres y a la sociedad en general?

Citaré tres ejemplos, el primero, en mi tesis de pregrado que fue el primer estudio etnomicológico, se realizó una primera aproximación hacia las mujeres colectoras de hongos en un municipio con una mayoría de población indígena. El segundo, mi tesis de maestría, se evaluaron tanto la calidad fisicoquímica, microbiológica del agua e indicadores biológicos en las cuencas del Río Polochic y lago de Izabal. El agua es un tema que preocupa a numerosas mujeres. Es un problema de interés en las áreas en las que hay menos acceso al agua apta para consumo humano; manifiestan esta necesidad por el tiempo y esfuerzo invertido en transportarla y las consecuencias de consumir agua contaminada. El tercero, en los proyectos sobre calidad microbiológica del agua que realicé junto a un grupo de jóvenes investigadoras e investigadores, presentaron los resultados de afecciones respiratorias y alérgicas que padecen las mujeres y hombres que laboran en laboratorios o en instalaciones con colecciones biológicas. En los espacios que realizamos los muestreos principalmente trabajaban mujeres.

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La elección de Karin Herrera como la nueva vicepresidenta de Guatemala marca un hito significativo en la historia de este país. Como vicepresidenta, tiene la oportunidad de aplicar su experiencia y conocimiento en la toma de decisiones que podrían impactar a toda la nación.

En un momento en que Guatemala enfrenta desafíos complejos, la presencia de líderes como Karin Herrera podría ofrecer una perspectiva alentadora. Su compromiso con la educación, la ciencia y el feminismo, y su ascenso a la vicepresidencia, refleja la posibilidad de una mayor diversidad y participación femenina en la política, y subraya las oportunidades que ofrece Guatemala para el liderazgo femenino en todas las esferas de la sociedad.