En 2023 llegamos a nuestro primer cuarto de siglo como publicación feminista laCuerda. Hace veinticinco años, en 1998, apenas dábamos los primeros pasos en un camino que no sabíamos hasta dónde nos llevaría. Éramos mujeres de distintas procedencias agrupadas en torno al objetivo de visibilizar el sentir, pensar y hacer de las mujeres y las feministas en Guatemala. Hoy nos sentimos orgullosas de haber concitado tanto apoyo, tanta solidaridad, tantos saberes. Nos llena de satisfacción haber publicado hasta ahora 235 números impresos de laCuerda, y varias otras publicaciones, con la colaboración de personas que dieron testimonios, escritos, imágenes, acompañamiento, críticas, información y opiniones diversas.*

La Asociación Feminista La Cuerda surgió del interés compartido por el feminismo como teoría explicativa del mundo, como planteamiento político de transformación y como forma de vida personal, unido a la necesidad de dotarnos de un medio de comuni- cación que nos permitiera poner sobre la mesa pública nuestras “miradas feministas de la realidad”, desde nuestros puntos de vista y con nuestro lenguaje, en articulación con mujeres y feministas de otros territorios con quienes retroalimentarnos políticamente.

En aquel momento, el periodismo feminista fue un experimento novedoso que nos exigió formarnos y estudiar, reflexionar y discutir sobre la situación y condición de las mujeres, y proveernos de conceptos para explicar situaciones concretas. En la práctica im- plicó la búsqueda de fuentes documentales y personas dispuestas al intercambio; la escritura de textos poco ortodoxos, la producción de ilustraciones identifica- das con el medio y el estudio y práctica de metodologías para la investigación y la formación. Desde el inicio enfocamos nuestras lentes en aspectos que la cultura dominante desprecia o ignora, e igualmente hicimos análisis sobre temas de la agenda mediática desde diversas perspectivas feministas.

Esta ruta corrió necesariamente a la par de propiciar y fortalecer encuentros y articulaciones con feministas de distintos territorios, como referentes y potenciales aliadas, como compañeras de una colectividad de mujeres inconformes con el sistema deseosas de trabajar por acabar con las opresiones. El periódico laCuerda se ha nutrido de las relaciones con mujeres y organizaciones, con hombres inclusive, que nos dieron su apoyo, atendieron a nuestras convocatorias y nos abrieron puertas para acercarnos a organizaciones y espacios donde el feminismo no había llegado. El intercambio de teorías y visiones del mundo, el acercamiento con las cosmovisiones originarias y los conocimientos ancestrales son funda- mentales en este recorrido.

Las investigaciones realizadas por nuestro equipo de pensamiento en torno a las sexualidades, producto de reflexiones colectivas, puestas en común, discusiones y devoluciones, han fortalecido nuestro quehacer, dándonos claves para entender cómo funciona el heteropatriarcado colonial, revelando los prejuicios, previniendo las violencias y abriendo posibilidades para la apropiación de nuestros cuerpos y sexualidades

La gestión, administración y sostenimiento de los procesos siguen siendo fundamentales para que podamos continuar lo que hemos identificado como nuestra misión, la construcción de una colectividad que se conciba como sujeta política, con proyecto, fuerza y rutas para la transformación y construcción de vidas dignas.

Crecida de palabras

Hay aniversarios que merece la pena celebrar y llegar a los 25 años en un proyecto multifacético como La Cuerda nos animó a hacerlo, produciendo una revista especial que reúne memorias, miradas, pensares y sentires de feministas en Guatemala. Con esta publi- cación queremos dejar un aporte que sirva en el futuro como referencia de expresiones feministas de finales del siglo XX e inicios del XXI. Nuestra idea original fue elaborar un hilo de la historia del periodo de posguerra (1996-2023) durante el cual las mujeres y feministas nos constituimos como movimiento, en el sentido de reconocernos y actuar, a veces juntas, otras veces separadas, en favor de nuestras causas comunes. El fin de la guerra permitió organizarse abiertamente por demandas particulares, participar en organizaciones, informarse y expresarse libremente. Hacer un balance de este periodo nos permitirá observar hasta dónde la presencia y lo hecho por las mujeres han contribuido a llevar a cabo transformaciones sociales.

Para estructurar esta revista tuvimos discusiones colectivas en torno a una propuesta inicial que está en la raíz de lo que hoy presentamos. Basándonos en formas de reflexión, análisis y metodologías utilizadas en nuestros proyectos y actividades, elegimos los contenidos que consideramos debían estar incluidos. Recurrimos a la terminología que hemos desarrollado en colectivo con la Asamblea Feminista y así acotamos las secciones que la constituyen.

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Pusimos en primer plano Sueños Feministas, como lugar imaginado que vamos construyendo des- de el presente, y al que queremos llegar con nuestra propuesta de sociedad. Continuamos con Memorias e Historias que consideramos fundamentales como fuentes de conocimiento para entender el presente y transformarlo. Hilos de la historia es una versión gráfica del periodo, en la que incluimos elementos del contexto, demandas y luchas, logros y desafíos, personas y grupos que han participado en este devenir. Simbólico Emancipador gira en torno a las formas artísticas e intelectuales que han surgido de y contribuido a fortalecer una cultura crítica y propuestas de transformaciones para caminar hacia formas de vida digna. Cuidado de las Redes de la Vida es central porque concebimos a la humanidad como parte de una compleja red interdependiente con la naturaleza que es preciso cuidar para garantizar el bien común. Sexualidades Libres es una propuesta feminista de au- tonomía, de libertad y plenitud a la que le damos relevan- cia, partiendo de concebir la sexualidad como un eje central de la vida que no se restringe a la reproducción ni a lo corporal, sino como una energía vital que nos po- tencia personal y colectivamente como sujetas de ruptura con las opresiones y construcción del bien común. Caminos a Seguir son las posibles rutas y recorridos de distinta duración hacia los lugares deseados. 

Con estos ensayos queremos contribuir al análisis de los movimientos de mujeres y feministas y dejar una constancia impresa para quienes en el futuro se pregunten qué pasó antes. Las mujeres necesitamos conocer y analizar los tiempos que nos antecedieron desde nuestras perspectivas y ubicaciones, y escribir una narrativa histórica que nos sirva de herramienta para el presente. Queremos ver el pasado desde hoy para continuar andando. En estas miradas también reconocemos las propuestas políticas derivadas de cosmovisiones de Pueblos Originarios que nos han ampliado concepciones y miradas del tiempo, del ser, de la vida y la muerte.

Para la producción de esta publicación, convocamos a amigas, colegas, hermanas, compañeras conocedoras de los temas que han sido parte de estos movimientos y les solicitamos escribir textos o aportar imágenes. La mayoría de ilustraciones provienen de portadas de los números publicados hasta hoy, así como de la generosa colaboración de decenas de personas que las proporcionaron.*

Nos sentimos contentas y agradecidas con sus contribuciones y con lo que estamos cocinando entre todas desde hace casi un año cuando imaginamos esta revista. Nos da mucho gusto seguir compartiendo relaciones donde confluimos para construir en colectivo. Apreciamos muchísimo que hayan acudido a nuestro llamado y nos llena el corazón saber que hemos dado puntadas para la reparación y sostenimiento del tejido feminista que ha sobrevivido pese a las adversidades, y que hoy es más grande, fuerte y colorido. Evaluando lo hecho hasta ahora, sentimos que es como la crecida de un río, una corriente de sabias palabras y valiosas ideas, de junturas y relaciones que no cesan de fluir.

Matyoxinïk / Agradecimiento

Creemos que este es un buen momento y lugar para rendir un sentido homenaje a quienes nos antecedieron en el periodismo y la escritura, en las luchas por los derechos de las mujeres, en la apertura de espacios feministas para la sanación, el aprendizaje, el cues- tionamiento. Agradecemos a las abuelas, a las maestras, las hermanas que alumbraron nuestros pasos con su ejemplo, sus conocimientos, su amor.

Por supuesto, atesoramos la compañía cercana de parientes, amistades y personas que dieron su solidaridad, consejos, tiempo, recursos y afectos sin- ceros, sin ellas esta aventura no hubiera sido posible. Con tristeza y alegría recordamos a amigas que fueron piezas importantes del engranaje como Ledy Orantes (t) y Patricia Samayoa (t), así como tantas compañeras grabadas en la historia y la memoria del feminismo en estas tierras.

Reconocemos el apoyo recibido del diario elPeriódico, que nos dio cobijo para la distribución, así como para la Cuerdita, columna que se publicó hasta el cierre forzoso del medio. Nos unimos a quienes exigen la inmediata liberación de su director, José Rubén Zamora, preso ilegalmente desde hace dos años.

Para que esta revista llegara hoy a tus manos intervinieron muchas personas y factores. La concepción colectiva, las decisiones en grupo, la solicitud de materiales, el corte y confección de la obra, las pruebas y errores son parte de un proceso complejo, que reúne las energías de muchas personas a lo largo de jornadas prolongadas. El resultado final es la conjunción de todo ello, auspiciado por el deseo compartido que nos ha animado siempre a cuestionar imposiciones, desenmascarar trampas y encontrar claves para la emancipación. A lo largo de este cuarto de siglo, cientos de personas donaron textos, fotos o dibujos, así como tiempo e información. Apreciamos profundamente esa solidaridad clave para continuar dando cuerda. Reconocemos los aportes simbólicos y materiales que hacen posible la permanencia de La Cuerda, sabemos que sin ello no estaríamos aquí. Saludamos a todas las personas que han leído, escuchado o apoyado nuestras propuestas. Su atención le da sentido a este quehacer. 

Agradecemos también el apoyo de quienes han colaborado para financiar nuestras propuestas, convencidas de que vale la pena sostener este proyecto político cultural que sobrevivió la pandemia y hoy continúa sus búsquedas y andanzas. Cerramos esta edición a un mes de iniciado el Paro Nacional Indefinido convocado por las Autoridades Ancestrales de los Pueblos Originarios, sintiéndonos partícipes de la esperanza colectiva por una Iximulew donde todas las personas podamos vivir en armonía con justicia, dignidad y libertad.