Ana Cofiño / laCuerda

La Cuerda fue invitada a las actividades de fin del ciclo solar del calendario ixil Tachb’al Q’i que culminaron con el cambio de autoridades indígenas ancestrales en el Salón Municipal de Naab’a’ / Nebaj, actos de mucha significación que hoy marcan un parteaguas en la historia política de los pueblos por el hecho de que distintas comunidades se pusieron de acuerdo para tomar decisiones y defender sus territorios, así como para exigir el respeto a su voluntad. La unidad en la pluralidad en el Paro Nacional Indefinido es vista como un logro, un paso adelante para construir el Buen Vivir.

La alcaldía indígena de Nebaj ocupa un espacio reducido en el edificio de la Municipalidad que precede la plaza frente a la iglesia. Como decorado tiene las aves que aparecen en los tejidos de los huipiles de las mujeres. En la puerta un letrero dice B’oq’ol Q’esal Tenam Naab’a’ (alcaldía indígena ancestral de Nebaj) y adentro, como fondo de la mesa ante la cual están sentadas las autoridades, un cartel por la defensa de los territorios. Varios hombres vestidos con sus kotones rojos y sombreros de borde negro, muy elegantes y formales. En la mesa con las varas, Feliciana Herrera ocupa un lugar central como alcaldesa. Es, además, la más joven del grupo. A su lado, como visitante especial está la diputada poq’omam Sonia Gutiérrez Raguay, integrante de la junta directiva del Congreso de la República. El local es pequeño pero hay muchas personas congregadas, conversando, esperando pacientemente la llegada de la Cofradía que los guiará hacia el sitio sagrado de Vatz Jacinto donde se realiza la saturación de las varas y de las personas en el último día. 

El cambio de autoridades es como una renovación del tejido comunitario, en el cual se va cambiando de cargos y siempre se cuenta con el consejo de los ancianos, las y los principales. Feliciana Herrera como coordinadora, rindió un informe de las actividades realizadas, desde resolver casos de violencia hasta defensa de los bienes comunes. Es necesario recordar que en sus territorios operan empresas que explotan los ríos para producción de energía eléctrica sin dejar más que destrucción para los pueblos que habitan esos territorios. Mencionó otras varias problemáticas que se abordaron durante el año, así como la participación en el Paro Nacional Indefinido, del 2 de octubre de 2023 al 15 de enero de 2024, protesta que constituyó un momento de inflexión político importante que tuvo varios resultados inesperados, como la unidad de los pueblos y el reconocimiento de los diálogos como mecanismos para superar diferencias. Otras ganancias hubo, como el aprendizaje de algunas personas urbano-mestizas que reconocieron en la actitud de las autoridades ancestrales las virtudes puestas en práctica durante siglos.

Representantes mujeres y hombres nombrados por sus comunidades llegaron de Chajul, Cotzal, Sololá, Utatlán, Palín, Totonicapán, Ixcán, Sacatepéquez, Chimaltenango, Sacapulas, Chicamán, Palajunoj, San Marcos La Laguna, e invitados de fuera que fungieron como testigos de honor del documento emitido por las autoridades indígenas que declara, entre otros puntos, su inclaudicable demanda de exigir la renuncia de la Fiscal General Consuelo Porras, Rafael Curruchich, Cinthia Monterroso, Leonor Morales, Fredy Orellana, agentes del sistema de corrupción que hizo presa del Estado. 

Otras demandas contundentes que nombra el documento son las relacionadas con la propiedad comunitaria de los bienes, la protección de los territorios, la erradicación de las discriminaciones y el racismo, así como el respeto a las creaciones artísticas e intelectuales de los pueblos, entre otras.

Las formas de organización comunitarias implican responsabilidades y compromisos personales y políticos, ya que se adquieren con la comunidad, además de que están basadas en la palabra, en la buena fe, en el prestigio y son concebidas como cualidades que es necesario ejercer al pie de la letra. Todo ello lleva tiempo, es de todos los días. 

La neblina y la lluvia cubrieron de gris las montañas y las calles del pueblo, el frío cundió con humedad, pero el aguardiente, el café con pimienta y chile, los pepitos con frijoles, la hospitalidad y el ambiente festivo del fin de un ciclo y el inicio de uno nuevo, alumbrados por las velas y los fuegos, hicieron de esa ceremonia un momento luminoso de esperanza.