Según datos oficiales del Ministerio de Salud, todos los hospitales temporales implementados para atender pacientes positivos de Covid-19 han alcanzado un nivel de ocupación de más del 92%. Ese dato supone una situación alarmante para médicos y personal de salud que denuncian no darse abasto para atender a todas las personas en estado crítico y moderado que ingresan cada día y luchan por su vida.
Kimberly López / laCuerda
A este punto, Guatemala suma 10 mil 100 fallecidos por Covid-19. Y cada día se registran alrededor de 1 mil 200 casos más. En paralelo, la red de hospitales nacionales y temporales llegó al borde de sus capacidades ante la indiferencia de las autoridades de salud.
El viceministro Francisco Coma, durante una citación realizada en el Congreso, intentó minimizar el caos que enfrenta el personal de salud en cada turno. Según el titular, los números no son tan devastadores.
Los hospitales nacionales están a un 87% de su ocupación en pacientes graves y a un 56% en pacientes moderados. En los hospitales temporales, el área de pacientes graves está a un 92% mientras que los moderados han ocupado el 75% de la capacidad de los centros.
Sin embargo, los testimonios del personal cuentan la realidad de una forma más fiel.
“Es demasiada la gente, no estamos en condiciones de atenderlos como se debería”, dice uno de los doctores que forma parte de la primera línea en el Hospital temporal Parque de la Industria. El centro asistencial que supuestamente atendería a más de 300 personas y que sería el pilar de la atención de salud durante la pandemia. Hoy cuenta con 252 camas. La realidad es muy lejana de las promesas que hizo el presidente Alejandro Giammattei, en marzo de 2020, cuando la pandemia apenas comenzaba.
El personal médico, en su desesperación, decidió romper el silencio e ir en contra de una de las normativas internas: no dar declaraciones a medios para “no desinformar” sobre la situación de hospitales.
Bajo el anonimato, las y los salubristas relatan que en cada turno deben enfrentar la falta de personal, de medicamentos y de camas. Todo se ha vuelto “un martirio” porque deben pasar horas viendo cómo los pacientes ingresan por decenas y no hay espacio para ubicarlos. A veces, tampoco hay suficientes medicamentos para atender sus molestias.
Este colapso no es una novedad. Las denuncias han sido una constante y en varias ocasiones el personal ha tenido que suspender sus labores, salir a la calle y manifestar su descontento por falta de equipos, recursos humanos e incluso por atrasos en el pago de salarios.
En los informes elaborados por la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH), realizados pese a la resistencia de las mismas autoridades administrativas, consta que el centro ha superado el 100% de su ocupación y mantiene un abastecimiento del 70%. Sin embargo, hay fármacos que hacen falta y son importantes. Por ejemplo, los sedantes. Además, los medicamentos críticos están ingresando en cantidades mínimas.
En el hospital hay 252 camas. De estas, 46 conforman el área de intensivo. Es una de las áreas más críticas porque alberga a los pacientes con más riesgo de morir. Las personas instaladas en este espacio deberían contar con una atención más minuciosa. Sin embargo, relata el personal, el descontrol y falta de personal es tal que los especialistas y médicos no alcanzan.
En ese hospital fallecen alrededor de 12 pacientes por día.
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Otros hospitales en crisis
En el Hospital de Villa Nueva, el drama es similar.
Según el Ministerio de Salud, ese hospital tiene una ocupación del 103% en pacientes moderados y 102% en pacientes graves. Es decir, hace tiempo el hospital superó sus capacidades pero sigue recibiendo decenas de personas en estado crítico cada día.
El relato de una de las personas que integran el personal de salud despierta preocupación. En algunos turnos, explica, las personas llegan tan graves que deben ser atendidas de inmediato pero a veces no hay ventiladores suficientes porque todos están ocupados.
El área crítica está al borde del colapso y el personal se queda corto para satisfacer las necesidades de los pacientes. Son pocos los doctores, terapistas y enfermeros disponibles por turno, en comparación con la demanda que enfrenta el hospital.
A 200 kilómetros, en el departamento de Quetzaltenango, la crisis que viven los médicos del Hospital Temporal de esa región es la misma. Uno de los integrantes del personal de salud relata que además de la alta demanda que vive el centro asistencial, la falta de medicamentos ha sido uno de los principales problemas de cada turno.
Especialmente, aquellos que sirven para dormir a los pacientes. Por el momento, ese hospital ha alcanzado un 70% de ocupación pero mantiene una alta demanda de pacientes de intensivo y casos graves.
Ante estas denuncias, autoridades de salud insisten en que pese al desborde en algunos hospitales, intentan controlar la crisis. La falta de personal profesional dispuesto a trabajar en estos centros ha sido otra de las dificultades, según el viceministro Coma.
En julio, el Ministerio reportó un incremento del 30% en la positividad de los casos. Es uno de los picos más altos de la pandemia. En los departamentos de Guatemala, Quetzaltenango y San Marcos están albergadas la mayoría de personas positivas. Mientras esta tendencia continúe y la vacunación no supere siquiera el 2% de la población, es difícil imaginar otro escenario.
“Mi reflexión es que nos cuidemos, los hospitales ya no pueden más y nosotros tampoco”, concluye uno de los doctores, tras culminar una jornada dura de trabajo.