Mélina Nantel / laCuerda

Foto: Mélina Nantel

El miércoles 12 de julio pasado, en el Tribunal de Sentencia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente de Chiquimula, continuó el debate oral y público del caso de la periodista Norma Sancir contra cuatro agentes de la PNC por el delito de abuso de autoridad que ocurrió durante una cobertura periodística en septiembre de 2014.

El juicio finalmente comenzó la semana anterior, el 28 de junio, después de más de ocho años de espera para la periodista que busca justicia. Al abrir la audiencia este miércoles, el juez Jorge Douglas Ochoa Loyo recordó que en la primera audiencia se había escuchado el testimonio del ex comisario Ceferino Salquil Solval, quien afirmó, entre otras cosas, que no había «dado órdenes» en el momento de los hechos, negando su responsabilidad en las violencias verbales y físicas experimentadas por Sancir.

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Testimonio de Norma Sancir

Ese miércoles, el juez escuchó el testimonio de la periodista, quien recordó en detalle el día de los hechos. En septiembre de 2014, durante una manifestación de las comunidades indígenas Maya Ch’orti’ en el puente Jupilingo, ubicado en Chiquimula, se denunciaron abusos y violaciones a los derechos humanos. El día antes de su arresto, la periodista se había acercado al lugar para realizar su trabajo periodístico: documentar, hacer entrevistas y tomar fotografías. Durante su testimonio, reafirmó que no había ningún motivo incriminatorio que justificara su arresto. «La mañana de los hechos, salí de mi casa a las siete de la mañana, tomé mis cosas de prensa. Subí a un tuc-tuc. Al llegar vi muchas patrullas, vehículos paralizados del día anterior y nubes de gas lacrimógeno», recuerdó.

Relató que tomó sus primeras fotos desde el tuc-tuc en el que se encontraba y luego comenzó a caminar hacia la multitud para tomar fotos panorámicas y obtener una vista general. Rápidamente, fue abordada por policías. “Cuando intenté tomar mis fotos panorámicas para tener una vista completa, los policías se acercaron a mí, me arrodillaron. Escuchaba  que decían ‘revisala, quitale el teléfono’. Pensaba que la policía estaba allí para protegerme, pero pronto entendí que no era el caso.”

Foto: Mélina Nantel

En varias ocasiones, la periodista recordó a los policías sus derechos. Les decía que los estaban violando. Sin embargo, continuaban mirándola, tomando sus pertenencias, fotografiándola y gritándola. «He recibido apoyo psicológico desde entonces, y ha sido útil. Pero recordar ese momento, la injusticia, el dolor causado a mi familia también, es muy doloroso», señaló durante su testimonio, que entregó con gran carga emocional.

Norma Sancir enfatiza que sólo estaba haciendo su trabajo, como lo ha hecho durante años. Durante ocho años ha buscado justicia, no sólo para ella, sino también para todas las periodistas que han enfrentado situaciones similares, que han sido forzadas al exilio o que temen no poder realizar su trabajo de manera tranquila y libre.»No quiero que esto le suceda a otros compañeros. Quiero que haya justicia, que nos permitan trabajar», afirmó ante el tribunal.

Interrogantes ‘impertinentes’

Después del testimonio de la periodista, los abogados de los acusados realizaron varias preguntas que ya habían sido respondidas durante la intervención de Sancir. Antes de salir de su casa a las siete de la mañana en el día de los hechos, Norma había mencionado que había llamado a colegas y contactos en el lugar para saber qué cubrir. En su testimonio, había especificado que esas llamadas se realizaron entre las seis y las siete de la mañana. Sin embargo, los abogados de los acusados le pidieron que precisara la hora exacta, una pregunta a la que su abogada se opuso.

Durante el debate oral, más de cuatro preguntas formuladas por los abogados de los acusados fueron objetadas por la abogada de Norma Sancir. Estas preguntas, consideradas como «repetitivas e irrelevantes», tendrían, según ella, el objetivo de confundir a la periodista en su testimonio y sembrar dudas en el juez. También se trataría de un intento de victimizarla para responsabilizarla de su arresto.

Pruebas médicas respaldan el caso

Además del testimonio de Norma Sancir, en el debate oral y público del 12 de julio se presentó el testimonio del doctor José Ernesto Galdámez Samayoa, quien fue el profesional encargado de evaluar el estado de salud de la periodista después de los hechos. El doctor declaró ante el juez que se observaban más de siete excoriaciones en las muñecas de Norma. Esta irritación podría ser causada por objetos de hierro, como esposas, por ejemplo.

Durante su testimonio, la periodista también recordó que más allá de las lesiones físicas sufridas durante su arresto, el tiempo de encarcelamiento tuvo un impacto en su salud. «Los días que estuve en prisión, dormí en el suelo. Pasé frío, me enfermé. Tuve problemas de depresión y problemas psicológicos. Me sentía culpable por lo que mi familia estaba pasando», relató.

El debate oral y público continuará el miércoles 19 de julio a las 14:00, en una breve audiencia en la que se presentarán pruebas documentales.